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Tormenta perfecta para el sector del gas natural español: precios y CNMC
El sector del gas natural atraviesa una tormenta perfecta. A los bajos precios que registra estos días en los mercados internacionales, mínimos en casi 20 años, se suma la revisión de la retribución que ha puesto en marcha la Comisión Nacional de Mercados y Competencia que supone un recorte de hasta casi el 40 por ciento para algunas empresas. La transición hacia el gas natural ha comenzado con fuerza. Con unos precios del CO2 que rozan ya los 30 euros por tonelada, países como Alemania han comenzado a reducir su generación con carbón y otros como España comienzan a abandonarlo definitivamente. Ni por precio, ni por emisiones resulta ya la generación con carbón una tecnología que pueda seguir mucho más tiempo en el mercado.
El mercado internacional del gas vive además en una situación de contagio, es decir, cuando los precios son más bajos de lo que habrá en el futuro y se tiende a almacenar. Prueba de ello son las regasificadoras españolas que se encuentran prácticamente al máximo de su capacidad de almacenamiento e incluso se han visto forzadas a tener que rechazar la descarga de buques.
Mientras el precio del gas vuelve o no a recuperarse, la demanda se encuentra fuerte con crecimientos del orden del 11 por ciento y en gran medida las temperaturas que se registren este invierno serán claves para
marcar la recuperación de los precios. España se debate estos días ante el dilema de si el gas debe ser o no una energía de transición o si la economía debe dar pasos hacia una mayor electrificación. El temor a que mayores inversiones en el sector gasista acaben convirtiéndose en activos varados persiste, máxime en un escenario en el que cada día más las renovables irán ganando peso en el mix de generación y las tecnologías convencionales solo tendrán un papel de respaldo. De hecho, el propio Ministerio de Transición Ecológica en sus orientaciones de política energética lo deja claro y quiere que dejen de incentivarse las inversiones en expansión de la red de gas cuando los ingresos de los nuevos puntos no sean suficientes para satisfacer los costes.
Esta medida supondrá que las distribuidoras tendrán que vigilar mucho más sus inversiones y a su vez se incrementará su riesgo, lo que abre la puerta a una mejora de la tasa de retribución por este mayor riesgo de mercado que se espera que acaben asumiendo.
El sector del gas natural vive una tormenta perfecta. A los precios de los mercados internacionales, los más bajos en 20 años, se suma la incertidumbre regulatoria