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Se busca red del s. XXI para un futuro libre de carbono
Indiana es el segundo Estado que más consume carbón de EEUU y uno de sus diez principales productores. Entonces, ¿por qué ha decidido deshacerse del mismo? La respuesta simple es por el coste. Tras haber extraído este combustible fósil desde la década de 1830, lo ha abandonado en favor de la energía solar y la eólica porque, como bien señala su principal empresa de servicios públicos, ahorrará a los consumidores miles de millones de dólares.
En otros Estados y países del mundo también ha disminuido considerablemente el coste de producir electricidad renovable; de hecho, es alentador que las ciudades y países se esfuercen en reducir las emisiones de carbono que calientan el planeta.
Pero, al mismo tiempo, está aumentando el número de dispositivos, automóviles y edificios conectados y, con ello, la demanda de electricidad y a menos que se entregue donde se necesita -día y noche- una energía barata y limpia no sirve.
Hay que tener en cuenta que la infraestructura actual, bajo estrés en caso de fenómenos meteorológicos extremos, no está bien equipada para una avalancha de renovables cuya naturaleza intermitente las hace inadecuadas para distribuir energía a gran escala. Así que el mundo necesita una infraestructura avanzada.
A este respecto, el Laboratorio Nacional de Energías Renovables en Denver y el Instituto de Investigación de Energía Eléctrica en Palo Alto son instituciones reconocidas, donde hemos podido ver in situ las oportunidades que representa la integración de una proporción creciente de renovables en la red eléctrica.
En concreto, hay que tener en cuenta que la red actual se basa en un sistema unidireccional desde las centrales eléctricas a los hogares y empresas, basado en la corriente alterna (CA) para transmisión de larga distancia y distribución local.
Ha cambiado poco desde finales del siglo XIX, cuando salió victoriosa de la Guerra de Corrientes para convertirse en estándar, pues con un transformador se puede convertir fácilmente a diferentes voltajes. Pero su principal deficiencia es que pierde energía. Para un voltaje dado tiene aproximadamente el doble de pérdida que un sistema de corriente continúa (CC). Sus limitaciones son más evidentes al distribuir energía renovable, pues la solar, eólica e hidroeléctrica generalmente se generan lejos de donde se utilizan. Debido a ello, la proporción de renovables está limitada
Tras haber extraído carbón desde la década de 1830, el Estado norteamericano de Indiana ha abandonado el combustible fósil en favor de la solar y la eólica porque ahorrará miles de millones de dólares a los consumidores