El Economista - El Economista Energia
La incertidumbre política
El curso comienza con un suspenso claro de los partidos políticos que no han sido capaces de llegar a acuerdos para formar Gobierno y en consecuencia nos llevan a unas nuevas elecciones el próximo 10 de noviembre. Cada día que pasa con el Ejecutivo parado, suponen acciones de Gobierno que no se pueden emprender, planes que no arrancan y sobre todo incertidumbre a la hora de realizar inversiones.
Con la amenaza de un enfriamiento de la economía a la vuelta de la esquina parece sensato que tras las elecciones las negociaciones entre los partidos no se demoren tanto. El sistema necesita una revisión para tratar de evitar que se convierta en costumbre esta carísima segunda vuelta.
La situación además genera problemas añadidos. La CNMC tendrá que aprobar unas Circulares clave en funciones. Un año más deberán prorrogarse los Presupuestos Generales del Estado y los problemas para las comunidades autónomas seguirán incrementándose. Los impagos a proveedores de las regiones vuelven a crecer. Las ventas de coches siguen alicaídas y la gran industria estancada y aprobando recortes de empleo.
El complicado escenario macroeconómico se enturbia además con los problemas del petróleo por sus precios altos y el escenario contrario con el gas que en EEUU ha estado a punto de registrar los menores precios en 50 años.
Esta misma semana, la comisaria de Industria, Elzbieta Bienkowska, ha explicado en el VI Foro Industrial que hace falta más Europa para que progrese la industria europea. Bienkowska ha defendido el importante papel que puede jugar para las compañías, incluidas las de servicios, un mercado único con más de 500 millones de personas. La comisaria, además, lanzó un mensaje claro para todos aquellos que únicamente se dedican a pedir ayudas públicas: las administraciones no están para crear empleos, están para escuchar a las empresas.