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LA SITUACIÓN DEL CARBÓN EMPEORA POR LA CAÍDA DE LA PRODUCCIÓN
Las actuales condiciones del mercado están afectando seriamente a las centrales de carbón en España. Esta situación podría llevar a Endesa a acelerar el cierre de dos de sus plantas
Que las centrales térmicas de carbón en España tienen los días contados, no es ningún secreto. Hasta hace solo un mes, la previsión era que nueve de las quince plantas de carbón que aún siguen activas en nuestro país echen el cierre en 2020; sin embargo, esta cifra podría aumentar en dos instalaciones más -un total de 11- si Endesa decide adelantar el cierre de As Pontes (A Coruña) y Litoral (Almería) tras anunciar, a finales de septiembre, su intención de “promover la discontinuidad de la producción de sus centrales térmicas de carbón en la Península”.
Las actuales condiciones del mercado han provocado que ambas plantas lleven varios meses paradas y que, económicamente, no sean rentables. Los altos precios del CO2 -que han llegado a alcanzar los 30 euros por tonelada- y los bajos precios del gas, han provocado una fuerte caída de su producción a lo largo del año en favor de otras tecnologías. Esta situación también está afectando al resto de térmicas de Endesa, así como a las plantas de Iberdrola y Naturgy, que tampoco están produciendo.
La decisión de la energética fuerza a reajustar una parte de las previsiones incluidas en el Plan de Energía y Clima, que estima que este tipo de plantas puedan seguir operando, al menos, hasta 2030, con hasta 1.300 megavatios, de ahí que la ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, se haya reunido con sindicatos, agentes locales y la propia empresa para conocer la situación y estudiar los pasos a seguir. Este encuentro se une a otras actuaciones que a lo largo del mes de octubre se han llevado a cabo en señal de protesta, como la jornada de huelga general en As Pontes y la concentración ante el Congreso de los Diputados en Madrid a mediados de octubre.
Una de las opciones barajadas y que se expusieron durante la reunión con Ribera es el uso de carbón junto a otros biocombustibles para mantenerla en activo. Endesa lleva desde el verano haciendo pruebas empleando una mezcla de orujillo de oliva y biomasa procedentes del sur del país en esta central de casi 1.500 megavatios de potencia como alternativa, aunque los expertos no ven posibilidades reales en esta opción, al menos para cubrir toda la producción, a la que califican de poco eficiente.
Podrían estar abiertas una década más
La diferencia entre las centrales de As Pontes y Litoral respecto a las ocho instalaciones que han presentado la solicitud de cierre -Lada (Asturias) y Velilla (Palencia) de Iberdrola; Andorra (Teruel) y Compostilla (León) de Endesa; Narcea (Asturias), La Robla (León), Meirama (A Coruña) y Anllares (León) de Naturgy, es que Endesa sí ha realizado las inversiones necesarias -unos 350 millones de euros- para adaptar ambas centrales, alimentadas con carbón de importación -que tiene menos emisiones que el nacional-, al cumplimiento de los nuevos límites de emisiones que marca la Unión Europea y que entrarán en vigor el 30 de junio de 2020, lo que les permite seguir abiertas una década más.
En la misma situación se encuentran también las plantas asturianas de Aboño y Soto de Ribera, propiedad de EDP, en las que la energética ha invertido más de 200 millones de euros en los últimos diez años, así como la central de Los Barrios (Cádiz), propiedad de Viesgo y una de las últimas centrales que se construyeron en España, en la que también se han realizado las inversiones necesarias -alrededor de 80 millones de euros- para su continuidad después de junio de 2020.
Respecto a las plantas que han presentado la solicitud de cierre -que suponen el 52 por ciento de la capacidad de carbón y el 5 por ciento de la