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El futuro del autoconsumo colectivo
El autoconsumo colectivo ha abierto la puerta a que las comunidades de propietarios compartan paneles solares. Una de las ventajas de esta nueva figura son los costes. Tal y como señaló Jorge Morales, director de Geoatlanter, durante el Foro Solar organizado por Unef, “es más barato hacer una sola instalación compartida entre todos los vecinos que el hecho de que cada vecino se reserve una parte del tejado”. Aunque la inversión depende de los metros cuadrados de la cubierta, a nivel doméstico “el coste es de unos 5.000 euros por persona, con rentabilidades en torno al 10%, lo que supone un ahorro de unos 500 euros”, señaló Morales. El objetivo de este tipo de instalación, afirmó el representante de Geoatlanter, “es maximizar el autoabastecimiento”, es decir, que la mayor parte de la energía producida por esa instalación se consuma dentro de la comunidad porque, aunque los excedentes se puedan retribuir, “siempre van a tener un valor menor que el autoabastecimiento”, indicó. La Comunidad de Madrid dispone de 13.000 hectáreas de posibles tejados para instalar fotovoltaica, de las que entre 6.000 y 7.000 hectáreas serían energéticamente viables.
cuyos objetivos está “flexibilizar los trámites administrativos para facilitar la implantación de renovables”. Además, “para romper los techos de cristal para la penetración de las renovables distribuidas en régimen de autoconsumo residencial -añadió- vamos a poner en marcha el año que viene una línea de ayudas específica para autoconsumo solar”.
Juan Pedro Yllanes, consejero de Transición Energética y Sectores Productivos del Gobierno Balear, afirmó que la apuesta por las renovables en su territorio “no tiene vuelta atrás”. Entre las medidas que el Gobierno balear ha puesto en marcha para el fomento de las renovables, está la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. “Uno de los problemas más graves que tenemos en Baleares -señaló Yllanes-, es la diferente configuración en cada una de las islas, algunas de ellas muy pequeñas, como Formentera, donde la instalación de energías alternativas se encuentra con el problema de que gran parte del territorio está protegido y difícilmente se puede plantear la instalación de parque solares, de manera que la mejor apuesta es el autoconsumo fotovoltaico”, apunto Yllanes.
El consejero anunció la reciente creación del Instituto Balear de la Energía (IBE), con el que pretenden hacer una labor pedagógica “para convencer a la población de que abandonen la reticencia de placas para autoconsumo”. El Gobierno balear también ha reclamado a los cuatro
Baleares y Canarias defienden el autoconsumo en su apuesta por las renovables
consejeros insulares una zonificación de los lugares donde se puedan instalar parques fotovoltaicos para tener producción suficiente y satisfacer la demanda de todas las islas.
Otro de los proyectos que se ha puesto en marcha en Baleares es el de las comunidades locales de energías renovables, que plantea la instalación de autoconsumo en zonas turísticas para que hoteles, comunidades de propietarios y comercios puedan coproducir la energía eléctrica que produzcan. Durante los meses que estos edificios no consuman energía, el excedente se podrá consumir en el mismo núcleo, incluso por los que no tengan tejado solar. También obliga a reservar un mínimo de energía excedentaria para los hogares vulnerables de la zona.
Aunque Baleares está conectada con la Península, la línea que une Mallorca con Menorca no funciona y esta última depende exclusivamente de la central térmica de Mahón, con todos los problemas que esto supone en emisiones y su repercusión en la calidad del aire en Menorca. La entrada en funcionamiento, en el primer semestre de 2020, del cable submarino que unirá ambas islas, suavizará la situación. También está pendiente la tercera conexión por cable entre Ibiza y Formentera, que permitirá acabar con la central térmica de Can Marí, que obliga a instalar generadores en temporada alta porque por sí sola no es capaz de dar servicio a todo Formentera.