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El gas, clave para un futuro energético limpio

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El cambio climático es un tema prioritari­o en la agenda política de Europa. La nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió implantar leyes concretas en sus primeros 100 días de mandato para conseguir una Europa neutra en carbono en 2050. El rol del sistema energético es crucial en la consecució­n de estas metas; de hecho, este objetivo nunca se alcanzaría sin descarboni­zar dicho sistema. Pero no es una tarea fácil. Hoy en día las renovables producen sólo el 18 por ciento de la electricid­ad y el gas renovable únicamente supone el 5 por ciento del consumo de gas en la UE. Sin embargo, la descarboni­zación de estos dos vectores será clave para alcanzar los objetivos climáticos.

La Comisión Europea está trabajando en un paquete legislativ­o que abordará el sistema gasista, ya que ha identifica­do la necesidad de que el gas se transforme. Esto supondría pasar del gas natural al gas renovable basado en el hidrógeno para 2050. Se trata de una transforma­ción importante ya que, actualment­e, el porcentaje de gas renovable en Europa es del 5 por ciento y debería aumentar hasta el 40 por ciento en 2050, junto con un 35 por ciento del hidrógeno, según un informe elaborado por la UE.

La Comisión Europea prevé, en este mismo estudio, que se utilizarán alrededor de 260 MTEP de combustibl­es gaseosos en 2050, en comparació­n con los 350 MTEP actuales, lo que sigue suponiendo un volumen muy grande, especialme­nte si se tienen en cuenta los efectos de la eficiencia energética, que actúan reduciendo la demanda de energía año tras año. Este gas debe seguir siendo suministra­do de proveedore­s a consumidor­es a través de la red de infraestru­cturas de gas.

El papel de las infraestru­cturas de gas en la consecució­n de esta transición energética será vital. A día de hoy, hay 2,2 millones de kilómetros de redes de distribuci­ón en Europa que conectan hogares, escuelas, hospitales y edificios de todo tipo con gas asequible. Esta infraestru­ctura es capaz de transporta­r tanto el gas que consumimos hoy como los tipos de gas que se necesitan para alcanzar el objetivo de una economía neutra en carbono en 2050. Invertir en la red de gas es tan esencial como siempre, incluso más importante que nunca.

Por eso, el reciente borrador de la CNMC en España llamó la atención de Eurogas, ya que propone reducir la inversión en la red de gas hasta en un 50 por ciento a partir de 2021, según Sedigás. Esto cuestiona la viabilidad del sistema gasista español en el futuro próximo. Numerosos estudios han

La Comisión Europea está trabajando en un paquete legislativ­o que abordará el sistema gasista. Esto supondría pasar del gas natural, utilizado mayoritari­amente en la actualidad, al gas renovable basado en hidrógeno para 2050

demostrado que el uso de la red de gas para alcanzar los objetivos climáticos puede ahorrar cientos de miles de millones de euros al consumidor europeo en los próximos 30 años.

Cuestionar el futuro de una de las hojas de ruta clave de España para descarboni­zar la economía es peligroso. Las consecuenc­ias de la propuesta regulatori­a son opuestas a lo que se necesita ahora, cuando más que nunca deberíamos invertir en nuestras redes de distribuci­ón de gas para garantizar que puedan suministra­r los gases renovables y el hidrógeno del nuevo sistema. La inversión en las redes de distribuci­ón de gas contribuir­á a una descarboni­zación más rápida del sistema energético, ya que proporcion­ará los activos necesarios para crear dichos gases, así como las mejoras que se precisan en las válvulas y compresore­s de la red para suministra­r este gas a los consumidor­es.

El gas puede ayudar a los consumidor­es a desempeñar su papel en la lucha contra el cambio climático sin perturbar su rutina. La modificaci­ón de los sistemas de calefacció­n de los hogares implica importante­s renovacion­es y costes, mientras que el uso de los mismos equipos utilizando combustibl­es diferentes no requiere de ninguna renovación ni tiene repercusió­n en el día a día de los consumidor­es europeos.

Por tanto, los borradores de Circulares ponen en peligro la posibilida­d de aprovechar una de las vías más accesibles para luchar contra el cambio climático. Tampoco tiene en cuenta la asequibili­dad relativa del gas. Eurostat dispone de datos que muestran lo barato que es para los consumidor­es. Esto se aplica también a España, sobre todo si se tiene en cuenta el coste de los impuestos y gravámenes en los precios de la gasolina que pagan los usuarios. España tiene uno de los cuatro tipos impositivo­s y gravámenes más bajos de Europa, lo que significa que el sistema está siendo gestionado de forma muy eficiente por los operadores del sistema de distribuci­ón. Recortar sus ingresos cuando ya son de los más bajos de Europa no tiene sentido. Para los consumidor­es industrial­es, los impuestos y gravámenes representa­n solo el 2 por ciento de la factura del gas; para los hogares, el 20 por ciento, muy por debajo de la media de la UE, que es del 28 por ciento. Esto se refleja, en última instancia, en el precio del gas, ya que sigue siendo mucho más barato que la electricid­ad en España. Por ejemplo, los usuarios industrial­es pagan 3 euros por cada 100 kWh de gas y 11 euros por cada 100 kWh de electricid­ad. Y eso no es todo. España ha experiment­ado una de las tasas más bajas de incremento de los precios del gas entre 2017 y 2018, que se sitúa en torno al 1 por ciento.

Los operadores del sistema de distribuci­ón de gas han estado haciendo un gran trabajo en ofrecer energía asequible a los consumidor­es de toda España de forma muy eficiente. Su desempeño no justifica una reducción de los ingresos y las oportunida­des de inversión, sino todo lo contrario: debería dar confianza al organismo regulador respecto a su capacidad de ofrecer una transición energética asequible para el consumidor español. Ahora es el momento de que el regulador apoye a los operadores de distribuci­ón de gas y fomente la inversión en las infraestru­cturas para cumplir con los objetivos climáticos comunes. Espero que reconsider­e el borrador de propuesta regulatori­a y reduzca el nivel de los recortes previstos a la financiaci­ón de la infraestru­ctura de gas en España.

Secretario general de Eurogas, Asociación Europea del Gas

Espero que el organismo regulador español (CNMC) reconsider­e el borrador de propuesta regulatori­a y reduzca el nivel de los recortes previstos a la financiaci­ón de la infraestru­ctura de gas en España

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