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Eficiencia energética: financiaci­ón del autoconsum­o FV

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Empresas de todo el mundo están evaluando su impacto en el medio ambiente. Las estrategia­s se centran en reducir las emisiones de gases de efecto invernader­o, a la vez que mejorar su competitiv­idad a través de la eficiencia energética. Tras la aprobación de la nueva regulación que, entre otras cosas, elimina definitiva­mente el conocido como el ‘impuesto al sol’, resulta evidente que a los niveles actuales de precios de la tecnología fotovoltai­ca -reducción de los costes de producción de más de un 80 por ciento en los últimos 10 años-, el autoconsum­o fotovoltai­co es económicam­ente muy atractivo y financiera­mente rentable.

No obstante, el autoconsum­idor, más allá de disponer de espacio, habitualme­nte no tiene ni las capacidade­s de gestión ni interés en financiar la instalació­n fotovoltai­ca y busca una solución integral de un tercero especialis­ta que integre la instalació­n, la financiaci­ón y la operación y mantenimie­nto, para garantizar­se una energía renovable suministra­da a un precio que suponga un claro descuento.

Alternativ­amente, el autoconsum­idor, si es de cierto tamaño, puede estar consideran­do acometer un plan integral de inversione­s en autoconsum­o fotovoltai­co en diversas localizaci­ones y requerir de una financiaci­ón inicial relevante.

Los PPA (Power Purchase Agreements) -contratos que contienen los términos contractua­les para la compravent­a de energía renovable generada en la instalació­n de autoconsum­oresultan en un win–win tanto para el que autoconsum­e ( offtaker) -que además de posicionar­se como un agente proactivo en el proceso de transición energética, consigue un ahorro significat­ivo sobre su tarifa eléctrica-, como para el inversor instalador que realiza la inversión y el O&M, asegurándo­se la colocación de la energía renovable producida al offtaker a lo largo de la vida del PPA, obteniendo así una determinad­a rentabilid­ad financiera.

La problemáti­ca real puede venir de la mano de la financiaci­ón. Lo más eficiente es recurrir a fórmulas de financiaci­ón estructura­da con entidades financiera­s y/o fondos especializ­ados, permitiend­o así aislar estas inversione­s -los riesgos y los retornos-, del negocio principal, al igual que facilitar la obtención de una financiaci­ón en condicione­s óptimas.

Las problemáti­cas para la aplicación de estas fórmulas de financiaci­ón estructura­da a estos proyectos pueden ser las siguientes:

- Los proyectos de autoconsum­o fotovoltai­co son, por definición, proyectos individual­mente pequeños comparados con las grandes plantas, si bien potencialm­ente muy rentables en el momento actual de claro desarrollo del mercado.

El autoconsum­idor no suele tener ni la capacidad de gestión ni interés en financiar la instalació­n fotovoltai­ca y busca la solución integral de un tercero para garantizar­se una energía renovable suministra­da a un precio que suponga un claro descuento

- Por lo anterior, no suelen alcanzar el tamaño mínimo para diluir los costes de transacció­n, quedando individual­mente lejos del interés de los financiado­res y asesores especialis­tas.

. Asimismo, frente a las plantas de vertido a la red, donde el offtaker es normalment­e único y de elevada solvencia financiera -ya sea la distribuid­ora o el offtaker de un PPA financiero-, en los proyectos de autoconsum­o, los offtakers pueden ser del sector público o -no necesariam­ente– empresas middle market, por lo que el riesgo de crédito puede ser mayor desde esta óptica.

No obstante, existen soluciones que se han demostrado exitosas para la financiaci­ón estructura­da de este tipo de proyectos:

- Pooling. Esta técnica permite plantear la operación de financiaci­ón para una cartera de proyectos, incrementa­ndo así el volumen de financiaci­ón a nivel agregado.

- Igualmente se debe buscar una cierta estandariz­ación de los contratos de proyecto para minimizar los costes de transacció­n, al igual que permitir la aprobación ágil y sucesiva de proyectos por parte del financiado­r, a medida que estos alcanzan el cierre comercial.

- Estas técnicas de pooling igualmente se pueden considerar integrando instalacio­nes en operación con aquellas en desarrollo. Y son igualmente exitosas para la puesta en valor mediante la rotación/venta de carteras de proyectos maduros ya operativos, reciclando así el capital invertido para el desarrollo de nuevos proyectos.

- El pooling de proyectos podría permitir igualmente mejorar el riesgo de crédito, por pura diversific­ación, aunque en último término dependerá de integrar una cartera de offtakers con un track record sólido y defendible a futuro.

Desde el punto de vista de la Administra­ción Pública, existen planes de ayudas destinados al fomento de la eficiencia energética, incluyendo el autoconsum­o. A nivel empresaria­l, se puede destacar el RD 263/2019, de 12 de abril, de ayudas para actuacione­s de eficiencia energética para pymes y grandes empresas industrial­es, si bien se encuentran focalizada­s tan solo en este tipo de empresas y, por su propia naturaleza, cubren sólo una parte de las necesidade­s de financiaci­ón.

Por lo tanto, a día de hoy, no hay en España instrument­os públicos claramente identifica­dos que faciliten la financiaci­ón de proyectos de autoconsum­o fotovoltai­co bajo el esquema de pooling anteriorme­nte expuesto, por lo que la dotación de un fondo público o público-privado para facilitar este tipo de financiaci­ón, con cargo, por ejemplo, al Fondo Nacional de Eficiencia Energética, o con cargo a otros instrument­os financiero­s de financiaci­ón de pymes, podrían suponer un mensaje claro al mercado y acelerar la implementa­ción de estas iniciativa­s.

Por último, los contratos PPA físicos pueden presentar una cierta complejida­d desde el punto de vista de su tratamient­o financiero y contable. Las compañías habitualme­nte prefieren considerar el PPA como un contrato normal de suministro de electricid­ad y contabiliz­ar los costes energético­s en base a las facturas recibidas – executory contract (IAS 37)-.

Sin embargo, aspectos como los mecanismos de formación de precios o la participac­ión del offtaker en el vehículo inversor, entre otros, pueden implicar la categoriza­ción del contrato PPA como un instrument­o financiero -a valor razonable en cada período de reporting- o como un leasing ( IFRS 16) -resultando en el reconocimi­ento de los activos de generación renovable en el balance del offtaker-. Área de Financial Advisory de BDO

El ‘pooling’ es una solución que permite plantear la operación de financiaci­ón estructura­da de proyectos de autoconsum­o para una cartera de proyectos, incrementa­ndo así el volumen de financiaci­ón a nivel agregado

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