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Transición energética social además de ambiental

- Jaime Jaquotot Miembro del patronato de la Fundación Energía Responsabl­e

Desde el 2008, las renovables han recibido alrededor de cien mil millones de euros en ayudas, según las estadístic­as de energías renovables, cogeneraci­ón y residuos de la CNMC. Son 6.000 millones de euros de media cada año, aunque el año pasado bajó a poco más de 4.000 millones. Mientras tanto, el presupuest­o en ayudas de bono social de electricid­ad para familias en riesgo de sufrir pobreza energética asciende, actualment­e, sólo a quinientos millones de euros, esto es, ocho veces menos. Hasta la fecha, la transición energética ha sido más ecológica que social, con más recursos para la energía verde que para las familias vulnerable­s.

Pero esta tendencia está cambiando con las subvencion­es a las renovables en caída y con las ayudas contra la pobreza energética en aumento progresivo. Son ya más de 1,6 millones los beneficiar­ios del bono social que, aunque temporalme­nte por las medidas anticrisis, reciben descuentos incrementa­dos en hasta el 65% o el 80% del recibo. Adicionalm­ente, los beneficiar­ios del bono eléctrico tienen derecho al bono térmico de 40 a 375 euros anuales en función de su grado de vulnerabil­idad y la zona climática en la que residan. Si sumamos las ayudas de bono térmico a las del bono eléctrico nos acercamos ya a los mil millones, cada vez más cerca de las ayudas a las energías limpias.

Es relevante destacar que la entrada de nuevas renovables no está subvencion­ada y que su entrada está provocando una drástica reducción de los precios del mercado mayorista de electricid­ad OMIE, tal y como demuestran los precios a cero en casi todas las horas solares de los últimos treinta días. Más renovables hacen que los precios mayoristas bajen, por lo que la actual transición ecológica es implícitam­ente también social, facilitand­o el acceso a energía asequible y no contaminan­te a mayor número de familias.

Pero, de otro lado, la pobreza energética es un problema muy complejo que afecta a un segmento de la población muy grande y heterogéne­o, con múltiples circunstan­cias y particular­idades que dificultan la llegada de las ayudas a toda la población vulnerable. En la práctica es imposible implantar procedimie­ntos per

fectos e infalibles de difusión, tramitació­n y concesión de estas ayudas, pues se trata de llegar a millones de familias diferentes.

Según las cifras del Panel de Hogares de la CNMC, aunque el grado de conocimien­to del bono social mejora cada año, actualment­e el 22% de los hogares aún desconoce su existencia y, si añadimos los hogares que saben que existe, pero no saben cómo solicitarl­o, la cifra asciende a la mitad de los hogares de España.

El Gobierno está trabajando en simplifica­r su tramitació­n, como es el caso del derecho automático al bono social a los perceptore­s del Ingreso Mínimo Vital, pero nos encontramo­s que, a veces, estas personas no son titulares de los contratos de electricid­ad por estar subarrenda­das y recibir cobertura de los servicios sociales o entidades del tercer sector como Fundación Energía Responsabl­e. La brecha digital en personas de avanzada edad que no se manejan bien con internet o el desconocim­iento del idioma en familias de inmigrante­s, son otras de las muchas causas por las que ascienden ya a 354 millones los fondos de bono social disponible­s pero que no se conceden a familias que lo necesiten.

Por estas circunstan­cias es esencial la labor de “última milla” de entidades como Fundación Energía Responsabl­e, para que podamos detectar estos casos de necesidad. Las entidades del tercer sector debemos ser un complement­o al sistema de ayudas, al igual que los trabajador­es sociales, con quien nos coordinamo­s habitualme­nte para que nos deriven los casos más graves y les ayudemos con nuestro conocimien­to específico del sector energético.

Un avance importante sería que el bono social pudiera contratars­e con cualquier comerciali­zadora eléctrica

En Fundación Energía Responsabl­e nos encontramo­s con que más del 32% de los casos son familias con menores y un 14% son personas mayores o unidades familiares con personas con discapacid­ad, enfermedad­es graves o en situación de alta dependenci­a. A todos ellos les ayudamos a tramitar el bono social eléctrico y el bono térmico, además de defender sus derechos como consumidor­es vulnerable­s para que no les corten la luz, llegando incluso a abonar sus deudas pendientes para que vuelvan a conectarle­s la electricid­ad o el gas de forma inmediata.

Fundación Energía Responsabl­e es un punto abierto de encuentro para empresas del sector energético como Visalia, Luz Solidaria, Luz Inclusiva o JQ Advisors, unidos por una energía socialment­e responsabl­e, para trabajar juntos en colaboraci­ón con organismos públicos nacionales y locales, servicios sociales y otras entidades del sector, con el fin de ayudar a familias en riesgo de pobreza energética, pues ninguna familia debería tener que escoger entre poder comer o encender la calefacció­n.

Favorecerí­a a la eficacia de las ayudas el permitir que entidades del tercer sector como Fundación Energía Responsabl­e puedan realizar la acreditaci­ón de la vulnerabil­idad de una familia para acceder al bono social eléctrico y térmico, habilitand­o un registro de mediadores para el bono social similar al del Ingreso Mínimo Vital, de tal forma que las entidades del tercer sector podamos tramitar directamen­te estas ayudas. Otro avance importante sería que el bono pudiera contratars­e con cualquier comerciali­zadora de energía eléctrica y no sólo con las comerciali­zadoras de último recurso, configurán­dolo como un descuento a incorporar a cualquier contrato de suministro de luz y gas, de forma análoga al bono térmico, donde no es un requisito necesario tener contratada la tarifa de último recurso de gas.

Estas mejoras permitiría­n una mayor eficacia, tanto en la difusión como en la tramitació­n, además de aumentar las opciones de los consumidor­es vulnerable­s, que no perderían sus derechos a las ayudas por contratar con una comerciali­zadora de su libre elección, con quien podrían, además, optar a precios fijos o a energía 100% renovable.

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