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sector ha reaccionado a esta situación y, en la actualidad, las plataformas de las redes sociales compiten por atraer el mejor contenido de vídeo, ofreciéndoles ingresos a los creadores para que publiquen sus creaciones en estos canales.
Pero a pesar de ser más fácil crear este contenido en vídeo, no todos los creadores tienen el mismo impacto ni número de seguidores ni crecen tan rápidamente y mucho menos obtienen cifras astronómicas por sus contenidos. Son significativos casos como el de Eugenio Monesma, youtuber de documentales etnográficos, que ha conseguido en tan solo cuatro meses sumar más de 650.000 seguidores en Facebook, llegando las visualizaciones de algunos de sus vídeos a los 50 millones, o el de Mentour Pilot, youtuber de avión que vive en Gerona, cuya cuenta de Facebook ha llegado al medio millón de seguidores en unos meses. Sus páginas en Facebook están generando altos ingresos, que se estiman en 250k euros en el primer año. Aún hay más casos llamativos como el de Brad Mondo, creador de peinados, que ha pasado en Snap en tan solo tres meses de cero a 20 millones de espectadores únicos o Bailey Saarian, creadora de belleza y true-crime, cuyo número de seguidores ha crecido desde los 35.000 en Facebook a los 10 millones en diez meses.
Los factores que influyen en este crecimiento son diversos. Sin duda, uno de los más importantes son los algoritmos que tiene cada plataforma. “Esto implica que los creadores pueden encontrar audiencias en la mayoría de las plataformas, pero las reglas de cada red social son complicadas y cambian a menudo. Este es el principal punto de dolor para los creadores”, afirma Miguel Villamizar, Country Manager de Jellysmack para España.
Para los creadores es un trabajo en sí mantenerse al día con los algoritmos. Y no hay que olvidar que cada dos años hay una red social nueva que empieza a dominar, ni tampoco la mayor democratización de los procesos de creación o el aumento continuado del número de creadores. Y en toda esta conjunción de factores es donde entra la tecnología y, en concreto, la inteligencia artificial (IA) para el proceso de distribución multiplataforma y con el fin de maximizar su alcance e ingresos en tiempo récord en un mercado que “no es España, sino medio mundo”, ampliándose además con la posibilidad de traducir a otros idiomas los contenidos.
La aplicación de la inteligencia artificial en este tipo de creaciones ya lleva tiempo utilizándose. “Ahora, es importante entender que el creador es el talento detrás de los grandes contenidos. No creo que la IA sea capaz de sustituir a ese talento”, añade el responsable de Jellysmack, empresa especializada y unicornio con sede en Estados Unidos y que llegó el año pasado a España para apoyar a los creadores o influencers enfocados en el vídeo en redes sociales haciendo uso de herramientas de deep data e IA.
“La inteligencia artificial nos ayuda a identificar a los creadores con mayor potencial y a encontrar su au