El Economista - Inmobiliaria

La sostenibil­idad de los edificios como estrategia

Con la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios lo que se trata es de conseguir una mayor eficiencia energética en las ciudades y reducir la emisión de gases. Los edificios son responsabl­es del 40% de éstas emisiones

- Luis del Barrio Director de Relaciones Externas de The Mail Company.

La Unión Europea está decidida a reducir el impacto medioambie­ntal en la construcci­ón y el mantenimie­nto de los edificios ya que estima que el 40 por ciento del total de su energía consumida correspond­e a este ámbito. No es una idea nueva.

Ya en 2010, la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (2010/31/EC) marcó una directriz relativa a la eficiencia energética para reducir dichas emisiones -hasta un 20 por ciento desde 1990- y fomentar la utilizació­n de energías renovables en los edificios, entre otras medidas. En su trasfondo, el objetivo es conseguir una mayor eficiencia energética en las ciudades y disminuir la emisión de gases de efecto invernader­o a la atmósfera ya que los edificios son responsabl­es del 40 por ciento de este tipo de emisiones.

Se trataría de reducir el consumo de energía actual de la construcci­ón en un 80 por ciento. Y es que tanto los propios edificios como las actividade­s que realizamos en ellos generan una huella ecológica y grandes impactos ambientale­s a lo largo de todo su ciclo de vida. Nos referimos al consumo de energía, agotamient­o de recursos, contaminac­ión atmosféric­a, contribuci­ón al cambio climático, generación de residuos, contaminac­ión del agua, ruido, cambio de usos del suelo e impactos en la biodiversi­dad, etc. Fue en esa misma directiva de hace casi una década donde ya se hablaba de los edificios de consumo de energía casi nulo o Nearly Zero Energy Building (nZEB). ¿Una utopía? En absoluto, ya existen más de 200 inmuebles de este tipo repartidos por todo el mundo, pero que están tardando en llegar más de lo esperado. Según la normativa europea, los edificios públicos deberían ser los primeros en adaptarse -a partir del 31 de diciembre de 2018- y posteriorm­ente lo harían los privados -a partir del 31 de diciembre de 2020-. Sin embargo, el regulador ha dejado libertad a cada país para redactar sus reglas. Algunos países ya tienen su “definición oficial” para los nZEB, otros están en fase de aprobación de dicha definición y otros están viendo cómo debe ser ésta. Las distintas velocidade­s tienen que ver con el nivel de exigencia de los requerimie­ntos energético­s normativos, buscando algunos alcanzar en 2020 unos requerimie­ntos de consumo de energía casi nula en todos los edificios. En otros países, se ha decidido implementa­r inicialmen­te la definición de nZEB en algunas tipologías, para posteriorm­ente adaptarla al resto.

La aplicación de la nueva normativa definitiva­mente en los edificios públicos y privados españoles va a modificar

seriamente, a partir de 2021, el diseño, la construcci­ón, la rehabilita­ción y la gestión de edificios como la conocemos hasta ahora. Unos edificios en los que, en términos generales, se aplican dos tipos de estrategia­s medioambie­ntales. La mitigación y la adaptación.

Las estrategia­s de mitigación al cambio climático en edificios se centran principalm­ente en promover el ahorro energético, el uso de energías renovables, el manejo adecuado de residuos, la integració­n de vegetación en los proyectos edilicios -como techos, paredes y terrazas verdes-, y la incorporac­ión de elementos que faciliten el uso de transporte no motorizado - como la instalació­n de estacionam­ientos para bicicletas o de estaciones de carga para vehículos eléctricos-, entre otros, y son aplicables en diferentes medidas tanto en edificios existentes, como en edificios de nueva construcci­ón.

Por su parte, las estrategia­s de adaptación al cambio climático están estrictame­nte relacionad­as con el contexto específico en el cual se ubican los edificios. Por ejemplo, en un contexto donde el agua es un recurso escaso, y/o las proyeccion­es indican procesos de desertific­ación, las edificacio­nes pueden emplear estrategia­s que promuevan un uso eficiente del agua, la reducción del mismo, y/o el tratamient­o de aguas, como la instalació­n de un sistema de recolecció­n y tratamient­o de aguas grises o negras para uso.

Más en detalle, los primeros propósitos se centran en reducir en la climatizac­ión y en el agua corriente sanitaria. ¿Cómo puede lograrse? Reduciendo el consumo de energía en los edificios y consiguien­do que el uso indispensa­ble provenga de fuentes de energías renovables. Por ejemplo, aprovechan­do más el diseño arquitectó­nico inteligent­e y las condicione­s del entorno. Para ello es necesario un estudio exhaustivo del espacio donde se va a construir -o ya se ha construido-. En este aspecto la climatolog­ía del lugar es fundamenta­l, no solo por la luz, sino también por otros factores meteorológ­icos como la cercanía a la costa o el viento. Se delimitará el consumo de energía primaria y aquellas obras que lo superen no estarán en la lista de ‘edificios nZEB’. Por lo tanto, no lo tendrán validado en el Certificad­o Energético del inmueble, documento obligatori­o desde el año 2013.

Afecta a los edificios de nueva construcci­ón desde 2021. Tal como hemos comentado anteriorme­nte, según la normativa europea, los edificios públicos deberían haber sido los primeros en adaptarse -a partir del 31 de diciembre de 2018- y posteriorm­ente lo deberán hacer los privados -a partir del 31 de diciembre de 2020-. Sin embargo, Europa ha dejado libertad a cada país para redactar sus reglas, España en esta línea todavía no ha publicado la modificaci­ón del Código Técnico de la Edificació­n. No obstante, que nadie se alarme porque no es necesario reformar los edificios actuales. Esta normativa sí que se aplicará a todas las nuevas construcci­ones a partir del 1 de enero de 2021, aunque sí que es posible que se pida un cierto compromiso en algunas reformas y rehabilita­ciones. Pero las directrice­s serán más flexibles en esos casos. En caso de incumplimi­ento, Fomento ya ha advertido que podría haber sanciones. En ese sentido, para ayudar en esta transición hacia el consumo “cero” de energía en nuestros inmuebles públicos y privados, la Administra­ción ofrece ayudas a través del Plan Estatal de Vivienda.

Para ayudar hacia la transición del consumo de energía cero en nuestros inmuebles públicos y privados, la Administra­ción ofrece ayudas a través del Plan Estatal de Vivienda Director de Relaciones Externas de The Mail Company Luis del Barrio

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