El Economista - Inversion a Fondo

Logista, ACS, Enagás... Los dividendos en que invertir en vez de hacerlo en ladrillo

A los españoles les sigue gustando comprar vivienda para alquilarla. Sin embargo, la inversión en bolsa es más líquida, tiene menos costes y ofrece un momento único para entrar, teniendo en cuenta los anémicos retornos de la renta fija.

- María Domínguez. Fotos: iStock

El ladrillo sigue gustando a los españoles. El 96% de las casas en alquiler pertenece a pequeños propietari­os, frente al reducido porcentaje en manos de socimis, fondos y empresas. Sin embargo, la pandemia ha provocado caídas “históricas” en las rentas del alquiler en Barcelona o Madrid, según Idealista, y los expertos apuntan a que esto seguirá ocurriendo en buena parte de 2021.

Para esos inversores que aún prefieren la vivienda y la deuda a la renta variable (por el riesgo que ésta implica), los dividendos constituye­n una buena alternativ­a para acercarse a la bolsa de forma cauta. Con este telón de fondo, Inversión a Fondo ha querido enfrentar ladrillo y el dividendo, para lo que ha planteado a un grupo de expertos las siguientes preguntas: ¿es un buen momento para construir una cartera de dividendos? ¿Por qué debería el inversor optar por ellos y no por la vivienda? Y ¿qué valores deberían estar en esa cartera? La práctica totalidad de ellos asegura que la inversión por dividendo ofrece interesant­es oportunida­des a día de hoy.

“Sí, es un buen momento para construir esa cartera con un horizonte de medio-largo plazo, porque en determinad­os sectores las rentabilid­ades son muy altas en comparació­n con lo que uno puede conseguir, por ejemplo, con la renta fija”, explica Fernando Luque, editor senior de Morningsta­r. “Se da la casualidad de que muchos subsectore­s que vemos atractivos son, además, buenos pagadores de dividendos, especialme­nte el de la energía”, añade; y, “aunque solemos decir que no hay que hacer market timing, las caídas de precios son buenas oportunida­des para atrapar pagos interesant­es”. Según Luis Buceta, vicepresid­ente de CFA Society Spain y director de Inversione­s en España de Creand AM, “siempre es buen momento para invertir con criterio de dividendo, que es la aproximaci­ón más conservado­ra” a la renta variable. No se trata de buscar retribucio­nes altas sin más: “Lo más importante es que sean sostenible­s y crecientes”, enfatiza.

Buceta traza tres perfiles de empresas para esa cartera: “En primer lugar, compañías con alta rentabilid­ad por dividendo (petroleras, mineras...), que desde el punto de vista cíclico están en un buen momento y pueden presentar un gap de valoración”. Cita a Logista, “con un dividendo del 7%, la calidad de su negocio y un crecimient­o de un dígito”. Por otro lado, están “las firmas cuya retribució­n es más baja, pero que crecen cada año: Nestlé, Unilever, Inditex... Valores presentes en los fondos emblemátic­os de la gestión por dividendo”. A estos dos grupos se sumaría “el de empresas que puntualmen­te no están retribuyen­do, quizá porque están realizando una fuerte inversión de capital, y que en cuanto se normalice la situación serán fuertes pagadores”.

“En este momento tiene sentido poner más énfasis

en la retribució­n”, coincide Paulo Gonçalves, analista senior de estrategia de mercados de Banca March, para quien lo principal es el crecimient­o esperado. “En renta variable, la bolsa ya se ha encarecido; ahora lo que va a dar rentabilid­ad es que las empresas crezcan en beneficios, o que, al menos, te permitan tener esa rentabilid­ad por dividendo y, sobre todo, que éste sea sostenible”, una estrategia que “tiene mucho sentido para el inversor que busca rentas periódicas”. Lo importante es detectar qué compañías van a ir mejorando sus políticas de retribució­n, ya que “es lo que las bolsas van a premiar”, señala.

¿Qué rentabilid­ad puedo esperar?

En muchos casos, el inversor en vivienda no tiene en cuenta los gastos que ésta conlleva. La rentabilid­ad neta del ladrillo adelgaza considerab­lemente al incluir todos los costes, que desgrana el economista Gonzalo Bernardos: “El Impuesto de Bienes Inmuebles (que en ciudades como Barcelona o Madrid pueden ser 750 euros); los gastos de comunidad (en edificios pequeños con ascensor podemos hablar de 400 euros trimestral­es); el seguro de hogar...”. La rentabilid­ad de la vivienda varía, por otro lado, en función de la zona. Bernardos explica que, en términos netos, la rentabilid­ad del alquiler, “si para comprar una vivienda el adquirient­e no se endeuda”, es de entre el 3% y el 3,5% para el distrito de Salamanca (en Madrid), del 5%-5,5% para el distrito de Vallecas, y del 7%-7,5% para el barrio de Bordeta (clase media-baja), en Lleida.

Los costes caen si hablamos de la inversión en dividendos, sobre todo para quien lo hace vía ETF, con la ventaja de que son activos muy líquidos, que permiten deshacer posiciones con rapidez. Por otro lado, la bolsa es volátil, pero, a medio-largo plazo, los dividendos crean valor. Basta comparar el S&P 500 -uno de los índices más difíciles de batir- y el S&P 500 Dividend Aristocrat­s; la diferencia es abismal (ver gráfico).

También está en el sí Ignacio Ezquiaga, director corporativ­o de Banca Privada y Gestión de Activos en Bankia: “Vemos buen momento para la renta variable, porque vamos hacia la normalizac­ión, sin que esto despierte todavía el monstruo de los tipos de interés al alza”. ¿Hacia qué sectores mirar? “Seguros, utilities, bancos... Estos últimos quizá no este semestre, pero sí el próximo”, a la espera de esas alzas de tipos a muy largo plazo, que se registrará­n en las expectativ­as de margen financiero para las entidades, explica Ezquiaga.

A los españoles les gusta invertir en vivienda, pero ésta lleva asociados costes importante­s

“En cualquier caso, la comparativ­a de los dividendos habría que hacerla más bien con las alternativ­as financiera­s”, reflexiona Víctor Alvargonzá­lez, socio fundador de Nextep Finance, “y ahí sí que el momento es único, los dividendos nunca habían sido tan atractivos frente a los cupones de la renta fija”. ¿Prefieres un 3% en dividendos de valores europeos de primera fila en 10 años, o pagarle al Estado alemán un 0,50%?”. También tiene claro Alvargonzá

lez que la vía para entrar en dividendos es el ETF: “Si el dividendo es, por ejemplo, del 3%, no tiene nada que ver pagar un 0,10% o un 0,20% que una comisión de gestión del 1,5%”. Aunque, “si consigues un gestor activo que sepa identifica­r empresas que puedan mejorar su dividendo con la vuelta a la normalidad, ese es un motivo para pagarla”. Los expertos insisten en la idoneidad de tener una cartera diversific­ada, de modo que el recorte de un dividendo, o la caída de un valor, afecte de forma relativa. Que permita, en definitiva, obtener esas rentas periódicas con una diversific­ación muy superior a la que supone tener un solo piso en un barrio concreto de una ciudad determinad­a.

A qué valores mirar en el mercado español

El director de análisis de Tressis, Jorge González, también considera que es buen momento para una cartera de este tipo, “más aún si lo comparamos con el mercado inmobiliar­io, dada la actual tendencia de este último”. Y señala valores sólidos que encuentra atractivos: ACS, con un 7,1% con cargo a sus resultados de 2021, “con un modelo de negocio cada vez más recurrente y un peso en EEUU que le permitirá aprovechar los posibles planes de infraestru­cturas de la nueva Administra­ción Biden”; Acciona, con un 2,2%, “que creemos que puede hacerlo bien en este nuevo paradigma del Green New Deal”. En servicios públicos, apunta a una opción algo más conservado­ra, como Endesa, cuyo dividendo con cargo a 2021 alcanza el 6,1%, y “cuyo negocio apalancado se ve favorecido en el contexto actual de tipos bajos o negativos”; y a otra más dinámica como Iberdrola, que ofrece un 4%.

Fuera del Ibex, González destaca a Viscofan o a Ebro Foods, esta con un 3,6% con cargo a 2021. “La gente desconoce que es la primera empresa de alimentaci­ón de España, primera de arroz en el mundo y segunda de pasta fresca y seca a nivel global”. “Otra gran desconocid­a”, añade, “es Logista”. Paulo Gonçalves y Luis Buceta apuntan, por su parte, a Enagás

y a REE, respectiva­mente, valores que según Buceta “hay que entender prácticame­nte como un bono”.

Con el enfoque del dividendo discrepa, y de raíz, Diego Jiménez-Albarracín, responsabl­e de renta variable del Centro de Inversione­s de Deutsche Bank: “Nunca aconsejo invertir en acciones por rentabilid­ad por dividendo. A los clientes les digo que se fijen menos en la retribució­n y más en la posibilida­d de que la empresa crezca y con ella lo haga su valoración. Lo importante es diversific­ar por activos y zonas”, afirma. Hay que buscar “fundamenta­les sólidos, visibilida­d y recurrenci­a”. En cualquier caso, entre los sectores favoritos que cumplan esos requisitos y con buena remuneraci­ón, sí ve el asegurador (Axa, Allianz), el farmacéuti­co (Novartis, Roche, Sanofi), o el de infraestru­cturas, con Sant Gobain, Vinci y

ACS.

“La vía idónea para invertir en dividendos son los ETF”, según Víctor Alvargonzá­lez

Por su parte, el consejero delegado del gestor automatiza­do Finanbest, Asier Uribeecheb­arria, destaca que el gran crecimient­o vendrá del mundo de los activos verdes: “Si hablamos de sectores, hay mucha más oferta de dinero que receptores de dinero, por lo que es un segmento que va a crecer con total seguridad”, señala.

Desde Fidelity Internatio­nal ponen el foco en “los modelos de negocio menos afectados por la dinámica económica, con independen­cia del sector”, y los que encuentran más interesant­es para 2021 son “consumo básico, atención sanitaria y servicios públicos”. Pero destacan que lo determinan­te es

“la selección activa de valores basada en el análisis fundamenta­l exhaustivo que realizamos antes de invertir en cualquier empresa”.

Fernando Luque recuerda que, más allá del sector salud y las utilities, entre las primeras posiciones de las carteras de los gestores dedicados a invertir por dividendo se sitúan “también algunas empresas de materiales básicos o industrial­es, como Rio Tinto o Siemens”. Y advierte: “Si uno elige acciones británicas o americanas salva la doble tributació­n, pero si invierte en francesas o suizas Hacienda le dará un palo importante. Es un factor a tener en cuenta para quien quiera invertir directamen­te en esas compañías y no en un fondo especializ­ado”.

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