El Economista - Inversion a Fondo
Los reguladores no evitan la tentación del bitcoin
Las advertencias sobre seguridad y especulación caen en saco roto ante la expectación que levanta una alternativa digital que rompe el ‘status quo’
inversores, entre los que también han aparecido manos fuertes hasta hace poco reticentes a entrar en este mercado.
El sesgo anti-status quo del sistema financiero mundial regulado fue el factor que aumentó la popularidad del bitcoin o el ethereum en sus inicios. La aceptación en poco tiempo como método de pago por parte de distintos y diversos actores de la economía en todo el Globo consolidó su existencia, pese a los vaivenes de su cotización o las dudas sobre la liquidez y la seguridad, con problemas y fallos graves y concretos en estos años. Sin embargo, la percepción más propia de una burbuja especulativa clásica de ganar dinero con facilidad y rapidez, a la que aluden los anuncios publicitarios, sin poder justificar su valor intrínseco, ha sido una constante en su existencia, y su cara más peligrosa.
En un comunicado conjunto publicado el 8 de febrero, la CNMV y el Banco de España inciden en que “las criptomonedas, así como los distintos actores implicados en su comercialización directa, no están regulados en la Unión Europea” y “esto implica que si una persona compra o mantiene criptomonedas no se beneficia de las garantías y salvaguardias asociadas a los productos financieros regulados”. Apenas unos días después, la propia CNMV emitió una advertencia sobre chiringuitos financieros con una lista de una decena de entidades relacionadas con las criptos sin autorización “para prestar servicios de inversión u otras actividades sujetas a la supervisión” del regulador. “Su fuerte dependencia de tecnologías poco consolidadas no excluye la posibilidad de fallos operativos y amenazas cibernéticas que podrían suponer indisponibilidad temporal o, en casos extremos, pérdida total de las cantidades invertidas”, continúa el comunicado.
Estas amenazas son, en realidad, reconocibles, y está demostrado que su advertencia no evita la tentación, a la que los propios asesores financieros se niegan a renunciar. EFPA (asociación europea de estos profesionales) no descarta este mercado como alternativa, siempre que suponga un porcentaje pequeño del ahorro, y recomienda informarse en profundidad sobre el tipo de