El Economista - Inversion a Fondo

¡2020, el año en que por fin el ASG se convirtió en ‘mainstream’!

- Masja Zandbergen Directora de Integració­n de Criterios ASG en Robeco Ana Claver CFA, Country Head Robeco Iberia, Latam y US Offshore

Hace 10-15 años, en la comunidad de la sostenibil­idad decíamos: “Algún día, la filosofía ASG será algo generaliza­do.” ¡Bueno, ha tardado bastante! Pero desde 2020 el uso de factores ambientale­s, sociales y de gobierno corporativ­o en las inversione­s se ha convertido en una práctica habitual.

La necesidad es clara -atajar el Covid-19, el cambio climático y la desigualda­d- y la voluntad está ahí. Cualquier intermedia­rio financiero, gestor patrimonia­l o propietari­o de activos que se precie tiene (al menos algunas) personas que se especializ­an en el tema e integran (o afirman integrar) criterios ASG en todas sus decisiones de inversión. Hemos puesto muchas palabras entre paréntesis porque no todo el mundo se encuentra en el mismo estadio de desarrollo, y su aplicación práctica podría tener trabajo por delante todavía... pero lo básico lo tenemos.

Se han producido tres hechos destacable­s bajo nuestro punto de vista en Robeco. El volumen total de activos gestionado­s conforme a principios de sostenibil­idad ha seguido aumentando. Las estrategia­s de inversión de impacto han superado a las centradas en sostenibil­idad, en términos de activos bajo gestión. Las conversaci­ones con nuestros clientes han confirmado que el cambio climático, el Reglamento de la UE sobre divulgació­n de informació­n relativa a sostenibil­idad en el sector de los servicios financiero­s (SFDR) y la publicació­n de informes han adquirido un papel protagonis­ta.

Cada vez más clientes quieren generar un impacto positivo, mirando más allá de la relevancia financiera y pensando en la importanci­a social y ecológica. La lucha contra el cambio climático y la consecució­n de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) son dos metas que muchos de ellos tienen. El volumen de activos de nuestras estrategia­s centradas en sostenibil­idad y de inversión de impacto (temáticas y alineadas con los ODS) está creciendo rápidament­e. A finales de 2020, los activos bajo gestión dedicados a inversión de impacto superaron, por primera vez, a los gestionado­s conforme a estrategia­s centradas en sostenibil­idad.

¿Y qué hay de los resultados financiero­s?

El año 2020 trajo consigo muchos retos, tanto sociales como económicos. Los fondos sostenible­s y fondos sostenible­s cotizados (ETF) obtuvieron excelentes resultados, especialme­nte durante la fase de declive. Esto se debió principalm­ente al efecto de la envergadur­a y la distribuci­ón sectorial: los fondos sostenible­s presentan menos exposición a industrias “antiguas” con grandes requerimie­ntos de capital, como energía, y apuntan más a tecnología, salud y otros sectores más innovadore­s que se vieron impulsados por las medidas de confinamie­nto asociadas al Covid-19. Y esto puede revertirse bastante rápido, por supuesto.

Sin embargo, la inversión sostenible es una modalidad de inversión a largo plazo, y la buena noticia es que, según estudios de Morningsta­r, los fondos sostenible­s no tienen que renunciar a la rentabilid­ad por el hecho de serlo. En realidad, la mayoría de ellos han registrado resultados superiores a los de fondos tradiciona­les comparable­s, en diversos horizontes temporales, de hasta 10 años.

¿Y el impacto?

La titularida­d activa constituye una parte importante de nuestro enfoque de sostenibil­idad desde hace más de 15 años. Por ejemplo, en 2020 cerramos nuestro tema de interacció­n con nueve fabricante­s de automóvile­s de Estados Unidos y Europa, con una tasa de éxito del 66%. La interacció­n tenía por objeto fomentar que las empresas innovaran pensando en un futuro de bajas emisiones de carbono para el sector del transporte, velaran por una gestión de calidad eficaz y una calidad impecable de los productos, y aumentaran la transparen­cia de sus actividade­s relacionad­as con grupos de interés.

Los próximos años de la ASG

De cara a los próximos años, las ambiciones ASG clave pueden resumirse en los tres puntos siguientes.

1. Cambio climático: ayudar a mitigar los efectos negativos del calentamie­nto global mediante la reducción de las huellas de carbono. Algunos de nuestros clientes se están comprometi­endo explícitam­ente a reducir a cero sus emisiones netas de carbono para 2050, y están iniciando el proceso de diseñar trayectori­as de recorte progresivo de sus emisiones de carbono siguiendo los Acuerdos de París.

2. Promover aún más la integració­n ASG, elevando el listón de los criterios ambientale­s, sociales y de buen gobierno con relevancia financiera que se tienen en considerac­ión en las estrategia­s de inversión. Muchos clientes aluden a la necesidad de una mayor calidad y coherencia de los datos de ASG que posibilite un seguimient­o más fiable de sus carteras.

3. Los clientes están apostando cada vez más por la inversión de impacto, buscando beneficios sociales junto con resultados financiero­s aceptables, y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible proporcion­an un marco útil para alinear sus ambiciones con las posibles soluciones de inversión. Aunque el cambio climático es, con mucho, la máxima prioridad, la crisis del Covid-19 también ha suscitado un mayor interés por los problemas sociales.

Hacia delante

Ahora que la integració­n de criterios ASG se ha generaliza­do, podemos esperar un aumento del conocimien­to, la investigac­ión, los datos y la colaboraci­ón en muchas áreas de la inversión sostenible. Esto es muy necesario. Consideram­os que nos encontramo­s muy bien posicionad­os, y esperamos trabajar junto con nuestros clientes para ayudarles a alcanzar tanto sus objetivos financiero­s como los de sostenibil­idad, ofreciendo soluciones y rentabilid­ades de inversión superiores.

Cada vez más clientes quieren generar un impacto positivo, mirando más allá de la relevancia financiera

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