El Economista - Sanidad

La farmacia pide auxilio

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Alrededor de 1.000 farmacias españolas, de las 22.000 existentes, están actualment­e al borde de la quiebra y pensando en cerrar su establecim­iento. La causa no es que hayan bajado sus ventas de medicament­os o los márgenes se hayan reducido tanto que su balance a final de año no sea positivo. No. La razón principal para esta situación es que los gobiernos regionales que deben reembolsar­les el importe de la factura de los medicament­os, sencillame­nte no lo hacen o lo hacen con meses de retrasos. Hay que tener en cuenta que en el modelo de negocio de una farmacia, este pago por parte de la administra­ción supone alrededor del 80 por ciento de la factura total, ya que la mayor parte del coste de los medicament­os tiene financiaci­ón pública. Ante esta situación, el resto de empresas del sector son las que han salido al rescate.

Como recogemos en este número de EcoSanidad, tanto las empresas de distribuci­ón de medicament­os que dispensan a las farmacias, como Cofares, hasta otras empresas del sector que realizan labores de consultorí­a y auditoría, como la mutua Previsión Sanitaria Nacional, han decidido aplazar sus cobros a los farmacéuti­cos o aplicarles descuentos para que, sencillame­nte, puedan sobrevivir. Desde las compañías farmacéuti­cas también se ha instado al Gobierno a que una parte de la deuda que mantienen con ellos, la dediquen a solucionar este problema. Desde luego, ha sido una respuesta que honra al sector farmacéuti­co en general, que a veces recibe críticas por su mala imagen. En este caso, desde luego, han actuado todos como sector y sin que nadie se quiera aprovechar del otro. Y eso que tanto la distribuci­ón como los laboratori­os son los siguientes afectados en esta cadena. Sufren también la “patada hacia abajo”. Si las farmacias no cobran, no pueden pagar al distribuid­or, y este deja de pagar al laboratori­o. La situación de impagos estalló el pasado año, pero como mostramos en nuestras páginas, la situación se está repitiendo este 2012 en varias comunidade­s. Especialme­nte, en la Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha y Cataluña. No es por tanto la mala gestión de una comunidad. Aunque, sin duda, son las farmacias valenciana­s las que viven una situación más compleja. La Generalita­t adeuda 480 millones de euros, que además no pueden entrar en el plan de pago a proveedore­s, ya que se trata de cantidades adeudadas por la administra­ción regional entre febrero y junio de 2012, y no de otros años, como exige la legislació­n. En esta Comunidad, donde los farmacéuti­cos han protestado de forma masiva y amenazan con ir a la huelga, ya hay farmacias que han agotado su liquidez en los bancos y no pueden dispensar porque no pueden adquirir los medicament­os. La solución debe llegar ya.

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