Fernando García Alonso
“El enfoque de la sanidad actual ya no es curativo sino predictivo”
Las plataformas genéticas en salud cambiarán el tratamiento de cada paciente y ahorrarán costes
¿De qué manera va a cambiar la aparición de nueva tecnología genética en el tratamiento de los pacientes?
Especialmente, la existencia de plataformas genéticas representan un nuevo enfoque en medicina con una indiscutible proyección de futuro. Mientras en los años 60 los sistemas sanitarios tenían un enfoque curativo, las plataformas genéticas apuntan a un enfoque predictivo y preventivo. El cambio es que ya podemos saber si un determinado tratamiento va a hacer el efecto que queremos en muchos pacientes.
¿En qué patologías están ya implantados estos avances genéticos?
Actualmente, gracias a las plataformas genéticas en cáncer de mama, ya podemos descartar la prescripción de quimioterapia convencional a aquellas mujeres con cáncer de mama y bajo riesgo de metástasis. En cardiología, también disponemos de otra plataforma que nos permite saber el riesgo cardiovascular en función de la genética del paciente.
¿Están los profesionales que tratan a estos pacientes formados para usar estas nuevas herramientas?
Partimos de la base de que los clínicos actuales no han recibido formación en genómica y proteómica, y esto supone una dificultad en el entendimiento e internalización del uso de biomarcadores y plataformas genéticas. Desde el punto de vista clínico, la información objetiva que ofrecen las plataformas genéticas, en términos de discriminación de efectividad por subgrupos de pacientes, representa cierta restricción a la libertad en la práctica clínica habitual y esto puede provocar resistencias. Sin embargo, la estratificación de los pacientes que se puede conseguir les permite identificar mejor a aquellos que precisan tratamiento y que pueden beneficiarse del mismo. Así es que son herramientas que el médico va a desear tener.
¿Y en términos de coste, es asumible en estos momentos por la Administración?
Las autoridades sanitarias y las agencias de evaluación se enfrentan a la complejidad de evaluar, aprobar y financiar la combinación de un biomarcador y un fármaco, así como las plataformas genéticas. Es cierto que tiene un coste elevado, pero que a medio plazo puede ahorrar partidas importantes en tratamientos de quimioterapia, por ejemplo, que suelen ser bastante altos. Los gestores saben que el coste-beneficio de estas plataformas es indudable y que terminarán por ahorrar dinero al sistema. El problema es que en muchas partidas de gasto, la compra de esta tecnología debe aparecer en los gastos de ese año y eso puede descuadrar algunos presupuestos. El reto está en hacer ver que un gasto alto de un año sirve para ahorrar mucho dinero en el resto.