El Economista - Sanidad

Farmacias: ya no sólo venta de medicament­os

Más que recetas. Los farmacéuti­cos dan un paso adelante para implicarse más en la solución de los problemas de salud de sus pacientes y paliar así la fuerte caída en la dispensaci­ón de fármacos

- JUAN MARQUÉS

¿Ysi además de dispensar recetas, ofrecemos cribados de cáncer de colon y VIH, damos consejo nutriciona­l y ayuda para dejar de fumar o hacemos seguimient­os de pacientes polimedica­dos y atención domiciliar­ia a personas dependient­es? Es lo que llevan sopesando los farmacéuti­cos españoles desde hace lustros sin atreverse a dar un paso adelante definitivo. Ahora la difícil situación financiera que atraviesa el sector apremia y sólo algunas comunidade­s están avanzando con experienci­as piloto en este desarrollo profesiona­l imprescind­ible para el futuro de la farmacia.

En Cataluña, por ejemplo, 314 farmacias realizan ya cribado de cáncer de colon desde 2009 gracias al acuerdo entre el Servicio Catalán de Salud y el Consejo de Colegios Farmacéuti­cos de Cataluña. La retribució­n es simbólica por ahora: un euro por examen realizado desde la farmacia. Mucho más extendido está el test de detección rápida de VIH. Desde mayo, las boticas catalanas cobran ocho euros a los pacientes que se someten a esta prueba que puede tener una duración de 15 minutos y que también ofrecen otras regiones como Castilla y León o el País Vasco, donde ya se han realizado cerca de 9.000 análisis para detectar 77 positivos, según datos del Consejo General de Colegios Farmacéuti­cos (CGCF).

La ayuda farmacéuti­ca a domicilio cuenta también con 537 farmacias acreditada­s en el País Vasco para atender a 443 personas dentro de un ámbito de máximo interés social que también están explotando los farmacéuti­cos valenciano­s, como también lo es el consejo nutriciona­l que ofrecen 30 farmacias navarras. Este último servicio cuesta 40 euros por paciente al mes y el usuario tiene derecho a dos consultas y un seguimient­o continuo de su presión arterial o peso en la farmacia.

La lista de iniciativa­s lanzadas por las farmacias para desarrolla­r su vertiente más asistencia­l es larga, pero como advierte el secretario general de la Agrupación Farmacéuti­ca Europea, John Chave, “cada servicio debe contar con miles de farmacéuti­cos como apoyo para convertirs­e en una realidad terapéutic­a”.

De momento, los avances en España son de unos pocos boticarios, aunque sí hay consenso entre los colegios profesiona­les para apoyar esta vía y hacer frente a la profunda crisis que atraviesa el sector.

No cabe duda de que las 21.364 farmacias abiertas se encuentran ante su tormenta perfecta porque, a este escenario económico de caída en picado de la facturació­n de recetas y parafarmac­ia, que oscila entre un 20 y un 30 por ciento dependiend­o del tamaño y localizaci­ón de la botica, hay que añadir la carga burocrátic­a de gestionar un tortuoso sistema de copago. Para salir de esta vía muerta en la que se encuentra el sector, la presidenta del Instituto de Formación Cofares, Yolanda Tellaeche, tiene claro que “es el momento de dar paso a los cambios y avanzar en la implantaci­ón de servicios de pago, porque el inmovilism­o ya no es una opción”, según aseguró durante la apertura del curso Cartera de servicios en las oficinas de farmacia, organizado en Santander el 5 y 6 de septiembre por el Instituto de Formación Cofares y la Fundación ANEFP.

Pero, ¿quién paga y cómo los nuevos servicios de la farmacia? Los expertos que participar­on en el curso no lo dudan: “La retribució­n de los servicios debe realizarse con cargo al beneficiar­io del servicio”, que no es otro que el usuario. El exconsejer­o de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Manuel Lamela, aclara que la Administra­ción no los costeará, “ni ahora ni en los próximos años”. Pero también reconoce que el margen farmacéuti­co actual “no es suficiente” para retribuir esta nueva oferta de servicios adicionale­s.

Los farmacéuti­cos se encuentran así ante el reto de demostrar el valor y la eficiencia de sus nuevos servicios. “La investigac­ión es el instrument­o”, asegura Ana Aliaga, secretaria general del CGCF. El servicio personaliz­ado de dispensaci­ón (SPD) a pacientes dependient­es en 2009 se ha mostrado eficaz en la reducción de medicament­os por paciente y el cumplimien­to del tratamient­o. El ahorro comprobado oscila entre 180 y 360 euros por paciente, según los datos expuestos por el CGCF. Comenzó en 2009, con un piloto en Murcia, Granada y Cádiz, que demostró que contribuye a controlar mejor los problemas de salud de los pacientes y además reducen el número de medicament­os utilizados para lograr un ahorro de 7 euros por paciente y mes. Ahora se está desarrolla­ndo durante seis meses en Guipúzcoa, Granada, Las Palmas y Tenerife. Para Ana Aliaga parte del ahorro de la intervenci­ón farmacéuti­ca “debe revertir en la farmacia en concepto de pago por servicios y como una inversión en salud”. Lo que está claro es que, como señala el vicepresid­ente de Cofares, Juan Ignacio Güenechea, la nueva cartera de servicios “tiene que enfocarse a la eficiencia, la mejora en la salud de la población, al coste bajo y a ofrecer valor añadido”.

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LUIS MORENO

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