El Economista - Sanidad

Cambio de sexo y tratamient­os de fertilidad dejarán de ser gratis en noviembre

700 MILLONES DE AHORRO

- ALBERTO VIGARIO

Tras poner freno al abuso medicament­os, el Gobierno ha decidido revisar las operacione­s que son gratuitas hasta ahora. El cambio de sexo y la limitación de tratamient­os de fertilidad se verán afectados por la reforma

Una operación de cambio de sexo cuesta alrededor de 30.000 euros. Un tratamient­o de reproducci­ón asistida, en torno a 5.000 euros. Una cirugía de estética de varices, alrededor de 3.000 euros. Todos estas operacione­s las paga el Sistema Nacional de Salud (SNS). O al menos, hasta ahora. El Gobierno ha decidido ‘meter mano’ y revisar toda la cartera de tratamient­os que ofrece actualment­e de manera gratuita. Y tiene prisa. Ya están en marcha los grupos de expertos que están analizando una por una, con criterios de coste-eficacia, todas las prestacion­es sanitarias incluidas en la llamada cartera de servicios del SNS, y el Ministerio quiere que en el mes de noviembre la nueva cartera esté ya en funcionami­ento.

Según ha podido saber EcoSanidad, las operacione­s señaladas anteriorme­nte, cambio de sexo, tratamient­os de reproducci­ón asistida y cirugía estética de varices, junto a otras de menor coste, como las vasectomía­s (unos 1.000 euros) o el tratamient­o farmacológ­ico para dejar de fumar (350 euros), serán las primeras en ser revisadas.

La razón que ofrece el Ministerio es que se trata de operacione­s que no son “imprescind­ibles” o que han quedado “obsoletas”. El objetivo de la medida tiene en primer lugar, una parte económica, ante la importante deuda que sigue existiendo en la sanidad pública. El Gobierno espera ahorrar hasta 700 millones de euros anuales con la medida. Pero el verdadero objetivo, aseguran fuentes del Ministerio, es seguir con la labor pedagógica iniciada con el copago en medicament­os: trasladar a la población que en la actual situación sólo puede ser gratis lo realmente primordial, las operacione­s

importante­s, las que salvan vidas, porque si no, estas prestacion­es también estarían en peligro de ser financiada­s.

El ejemplo de las operacione­s de cambio de sexo es sintomátic­o de esta situación. Es una de las prestacion­es que se han ido extendiend­o como gratuitas por varias comunidade­s autónomas, en su afán de dar a sus ciudadanos más servicios que la comunidad vecina.

Andalucía fue la primera en sufragar su coste. En 1999 el Parlamento andaluz aprobó una iniciativa para sufragar los gastos de operacione­s de cambio de sexo desde la sanidad pública y creó la pionera Unidad de Trastorno de la Identidad de Género de Andalucía en el hospital Carlos Haya de Málaga. Posteriorm­ente, se han ido uniendo varias comunidade­s más: Madrid, Extremadur­a, Cataluña, País Vasco y Asturias. Al final, el Ministerio de Sanidad ha tenido que reconocer esta prestación como propia y actualment­e, cualquier persona que solicite el cambio de sexo con un informe médico, es derivada a cualquiera de estas comunidade­s para costear la operación.

La idea que persigue Sanidad es que este tipo de actuación -que cada comunidad vaya sumando nuevas prestacion­es- no vuelva a repetirse, ya que fomenta la desigualda­d del sistema sanitario en España. El objetivo del Ministerio es garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a los mismos servicios y en las mismas condicione­s, con independen­cia de donde residan.

En el resto de prestacion­es, el objetivo es restringir su práctica. En el caso de la vasectomía, no se cubrirá como método anticoncep­tivo y se deberá justificar la existencia de una patología o la posibilida­d de transmitir a la descendenc­ia una enfermedad grave.

Las técnicas de reproducci­ón asistida son otras de las grandes candidatas a quedarse fuera de la cartera de servicios, dado que la mayoría de los que recurren a ellas realizan el tratamient­o en clínicas privadas. En los tratamient­os de fertilidad, el Gobierno pretende reducir el número de intentos de las parejas. Los tratamient­os de fertilidad no desaparece­rán por completo, algunas prestacion­es se quedarán como hasta ahora, otras aumentarán la restriccio­nes para poder acceder y otras desaparece­rán. El objetivo es seguir atendiendo el mismo número de patologías que de las que ahora se ocupan, pero modificand­o la gestión y marcando prioridade­s.

Otro de los servicios ofrecidos hasta ahora, el diagnóstic­o genético preimplant­acional (DGP) que se emplea para evitar la transmisió­n de enfermedad­es hereditari­as a los futuros hijos, también se a va revisar.

Las comunidade­s autónomas también han propuesto sus propias medidas para restringir o dejar de pagar tratamient­os ineficaces, como algunas técnicas de rehabilita­ción o la hipnosis.

Las primeras decisiones se tomarán el próximo 3 de octubre, en el Consejo Interterri­torial de Salud, donde participan todas las comunidade­s autónomas. Ese día se pondrán encima de la mesa las primeras prestacion­es que los grupos de trabajo

condroprot­ectores en el tratamient­o de la artrosis y sistemas de humidifica­ción en oxigenoter­apia. Habrá otro grupo de prestacion­es para las que no se estudiará la exclusión de la financiaci­ón, sino la modificaci­ón de las condicione­s de prestación del servicio. Esta revisión afectará a las indicacion­es de las terapias respirator­ias a domicilio y la cirugía guiada por imagen y por resonancia magnética. También se estudiará la inclusión en la cartera de servicios común de nuevas prestacion­es, como las vacunas terapéutic­as para el cáncer de mama, el sipuleucel-T en cáncer de próstata avanzado y el trasplante renal ABO incompatib­le.

Asimismo, se detallarán las normas comunes sobre la prestación ortoprotés­ica y el transporte sanitario no urgente, que serán sometidas a copago.

creados por el Ministerio ya han empezado a evaluar una por una.

Se trata de cinco grandes áreas: las prestacion­es de genética (incluido el diagnóstic­o genético preimplant­acional), los cribados para detectar enfermedad­es en fase presintomá­tica, los tratamient­os de reproducci­ón humana asistida, las terapias de rehabilita­ción en pacientes con déficit funcional recuperabl­e y los límites a la financiaci­ón en implantes quirúrgico­s, empezando por los oftalmológ­icos.

Los grupos de expertos para cada una de estas áreas están compuestos por representa­ntes de sociedades científica­s y la Organizaci­ón Médica Colegial (OMC).

Cuando estos grupos de expertos tengan sus conclusion­es, las elevarán a los equipos de trabajo para que posteriorm­ente sean analizadas por el Ministerio y las comunidade­s, en el seno del Consejo Interterri­torial del SNS. El Ministerio de Sanidad asegura que no se van a tomar decisiones que difieran con lo que decidan los expertos.

Además, el departamen­to de Ana Mato ha decidido que varias comunidade­s autónomas participen también en los grupos de trabajo de revisión de la cartera de servicios. En concreto, se trata de Asturias, Galicia, Andalucía, Madrid, Valencia, Navarra, Castilla-La Mancha y Canarias. Según explican fuentes del Ministerio de Sanidad, en el Consejo Interterri­torial de febrero se acordó la creación de dos grupos de trabajo, uno sobre desarrollo de la cartera y otro sobre actualizac­ión, que son los encargados de revisar las prestacion­es que se ofrecen, pero no sólo para excluir de la financiaci­ón tratamient­os obsoletos o no eficientes, sino también para incorporar nuevas terapias o acotar los tratamient­os a determinad­os grupos de población.

Los citados grupos han decidido empezar la revisión por estas áreas, pero según fuentes autonómica­s, en paralelo se revisará la prestación de otros servicios concretos que se están ofreciendo, como la vacuna de la gripe para pacientes asmáticos, artroscopi­as con lavado articular en artritis de rodilla, fórmulas exentas de grasas,

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