La sanidad privada alza la voz
VLas compañías del sector sanitario han vivido estos días -y siguen viviendo- el que puede ser su momento más delicado desde el punto de vista de la opinión pública. Y sin haber hecho nada distinto a su día a día: mantener la competitividad y la productividad de sus empresas. Sin embargo, el anuncio de la Comunidad de Madrid de sacar a concurso la gestión de seis hospitales públicos, ha puesto en el disparadero a las empresas sanitarias. La gota que ha colmado el vaso tuvo lugar la semana pasada con un asalto en toda regla a la sede de la compañía Capio.
arios medios de comunicación, de tirada nacional, han contribuido a ese clima de hostilidad contra un sector, el de la sanidad privada en España, que genera en la actualidad más de 330.000 puestos de trabajo, de los que el 85 por ciento es empleo fijo y estable. Por suerte, estas compañías sanitarias se unieron hace unos en un organismo, el Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (IDIS) que las defiende y no tiene miedo a defender sus objetivos allí donde se le llama.
Esta institución ha tenido que recordar que la sanidad privada apuesta, defiende y promueve un sistema sanitario público, universal, equitativo, financiado con impuestos, gratuito para los usuarios y cuya planificación y control dependa de la administración pública. Pero también aportan datos para demostrar que, si la administración les llama, pueden gestionar los centros hospitalarios con un menor coste y una mayor productividad. Simplemente porque ya lo hacen en sus centros. Y estos datos demuestran, según publicamos hoy en elEconomista Sanidad, que los hospitales de gestión empresarial son un 37 por ciento más productivos que los centros administrados por el sector público y un 27 por ciento más baratos, con igual calidad asistencial. Nada mejor para despejar falsos debates en torno a la gestión pública y privada de la sanidad que la transparencia. Es decir, datos frente a consignas y clichés. Datos frente a ideologías.
No parece lógico que si un modelo, el de la colaboración público-privada en la gestión de la sanidad, lleva funcionando con éxito en varias regiones, como Andalucía, Cataluña, la Comunidad Valenciana, o la propia Madrid, no se pueda extender en tiempos de crisis.