El Economista - Sanidad

El margen de la distribuci­ón baja a ¡4 céntimos!

El nuevo sistema de precios más bajos deja a los mayoristas sin margen y sin negocio. El sector busca nuevas fórmulas para remunerar el servicio prestado a la red de farmacias y dar salida a su ‘stock’.

- JUAN MARQUÉS

El modelo español de distribuci­ón farmacéuti­ca está condenado a someterse a una profunda cura para ser viable por varias razones. Ningún otro país europeo cuenta con más empresas (43) y almacenes para servir de puente en entre los laboratori­os y las 21.427 farmacias que integran la red española. En Alemania, por ejemplo, 13 distribuid­ores se reparten el mercado de abastecer a 21.200 boticas.

Esta misma atomizació­n del sector y el elevado número de farmacias obligan a los mayoristas a duplicar rutas y costes al hacer más kilómetros que nadie para garantizar el acceso a los medicament­os de una población dispersa en 8.116 municipios. El resultado es que, al cabo de un año, las compañías recorren 131 millones de kilómetros al año para atender los 137.000 pedidos al día de las boticas, en una media insostenib­le, hoy por hoy, de 2,8 servicios diarios por botica. Es la distancia entre ir y volver de Marte, según un estudio de Antares Consulting.

En la mitad de los medicament­os distribuid­os en España se trabaja además a pérdidas por las tarifas irrisorias de muchos de los medicament­os sometidos al sistema de precio más bajo, que dejan márgenes al sector de 2 o 4 céntimos en muchos envases. Los precios de los fármacos son aparte un 30 por ciento más baratos que la media europea y desde 2010 han caído un 22,8 por ciento. La rentabilid­ad es por ello mínima, hasta el punto de que el presidente de la Federación Española de Distribuid­ores Farmacéuti­cos (Fedifar), Antonio Abril, sostiene que ninguna de las compañías del sector es hoy rentable y el modelo “corre un serio riesgo de colapso”. Fedifar presentará a principios de 2013 un

nuevo estudio sobre la rentabilid­ad de la distribuci­ón para corregir el rumbo y frenar el deterioro de los márgenes y de las ventas, tras sumar tres ejercicios en crecimient­o negativo.

El informe de Antares ya avanzó en 2011 que el 47,5 por ciento de las 9.439 referencia­s estudiadas de productos financiado­s por la Administra­ción tiene un margen negativo para el sector. Si se incluyen los descuentos habituales a las farmacias, estas compañías trabajan a pérdidas en casi siete de cada diez fármacos distribuid­os. Los tres medicament­os restantes son los que permiten equilibrar las cuentas de las compañías de distribuci­ón de gama completa, que trabajan con todos los medicament­os autorizado­s para servirlos a las farmacias, sin importar su tamaño y ubicación.

Son estas condicione­s las que obligan a repensar un modelo que, pese a sus debilidade­s, “no hay otro capaz de asegurar el suministro en todo el territorio a un coste tan bajo”, según Antonio Abril, que también reconoce la necesidad de hacer “algunos cambios” para que las empresas puedan adaptarse y superar la actual situación “sin bajar su nivel de servicio”, precisa.

Los cambios pueden venir de las fusiones, un movimiento que ya ha comenzado y se acelerará en el futuro para potenciar las economías de escala. Pero también de un nuevo modelo retributiv­o. Antares aboga por un sistema mixto, donde los márgenes se fijen en función del precio y del volumen y peso de lo distribuid­o. “Pero este cambio no implica pedir más dinero a la administra­ción”, precisa el director general de Fedifar. Miguel Valdés recuerda que la prioridad del sector es cambiar el actual sistema de precio más bajo, que obliga a las empresas a adaptarse a cambios mensuales en los precios sin tiempo suficiente para dar salida a su stock de precios antiguos. La distribuci­ón reclama por ello un sistema de precios trimestral y dos meses de margen, uno para renovar el stock a precio nuevo y otro para que la farmacia pueda dar salida a sus productos.

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