Informe: La gestión privada en hospitales públicos ahorra un 27% y produce un 37% más
Datos frente a consignas y clichés. Los hospitales de gestión empresarial son un 37 por ciento más productivos que los centros administrados por el sector público y un 27 por ciento más baratos con igual calidad asistencial, según los resultados de 78 hos
Nada mejor para despejar falsos debates en torno a la gestión pública y privada de la sanidad que la transparencia. Eso es lo que ha hecho la consultora independiente Iasist, al comparar los resultados de la gestión hospitalaria pública y privada en 78 hospitales generales de 15 comunidades autónomas con datos de 2010, que echan por tierra muchos de los tópicos y consignas que distorsionan el actual debate sobre la sanidad en España.
El momento no puede ser más oportuno, cuando los sindicatos y buena parte de los profesionales sanitarios intentan frenar el plan impulsado por la Comunidad de Madrid de privatizar la gestión sanitaria de seis hospitales públicos, con la experiencia adquirida en los centros de Torrejón, Valdemoro y Móstoles.
El resultado final lo expone la propia directora general de Iasist, la doctora Mercè Casas. “Los hospitales de gestión empresarial tienen una productividad un 37 por ciento superior y un ahorro del 27 por ciento respecto a los centros de gestión directa administrativa”, sostiene esta experta de una consultora que, desde el año 2000, analiza la actividad clínica y económica de los hospitales españoles para establecer un ránking de centros que es una referencia consolidada en el sector.
El estudio no deja lugar a la ideología y pone la lupa en la estructura física y los recursos humanos de los centros que se someten a la prueba, su actividad e indicadores de calidad asistencial, como la mortalidad, complicaciones y readmisiones. También analiza la eficiencia hospitalaria, medida en índice de estancias, y la económica, en coste de producción, productividad y coste de aprovisionamientos.
Las diferencias en el desempeño económico de los centros privados, más pequeños y con menos camas y plantillas que la muestra de centros públicos, no afectan, además, a su calidad asistencial, que es similar en ambos modelos de gestión, asegura, tratando a pacientes de edad y complejidad parecidas (ver tabla). Las plantillas de los hospitales de gestión pública tampoco son muy superiores al modelo empresarial,
con 4,7 trabajadores por cama frente a 4,4 en el privado. La tasa de mortalidad, las complicaciones o readmisiones son casi idénticas, mientras que la estancia media de días en el centro es de 5,47 días en los centros de gestión privada, frente a los 6,17 días de los públicos. Esta desviación tendría un impacto económico para los 41 centros públicos de 477 millones de euros al año, según Iasist. El informe es el segundo que realiza la consultora en esta línea y viene a cuestionar la supuesta falta de información sobre la evaluación de los costes de los dos modelos de gestión en la que se escudan los críticos del modelo y distintas asociaciones, como la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), que asegura en un comunicado que “está por demostrar” que “las concesiones administrativas a empresas privadas, sin más, garantizan una gestión más eficiente”.
Todo lo contrario. Los 37 centros de gestión empresarial analizados por Iasist, entre los que se incluyen empresas públicas, consorcios, fundaciones o concesiones administrativas, también presentan un uso más eficiente de las camas y un mayor empleo de la cirugía ambulatoria, que es del 71,8 por ciento frente al 65 por ciento de los hospitales de gestión administrativa. Una de las claves económicas del modelo de gestión privada radica en su mayor productividad. Su coste por unidad de producción del personal a tiempo completo es un 37 por ciento inferior que los centros de gestión directa pública. “Parece ser que la forma de gestión y disponer de unos sistemas organizativos más autónomos y flexibles favorece esta mayor eficiencia y productividad, tanto de los procesos clínicos como de los servicios no sanitarios”, sostiene Mercè Casas. Las plantillas de profesionales son más productivas porque tratan con menos días los ingresos hospitalarios y con resultados de calidad similares.
Resulta evidente que la gestión empresarial juega con ventaja, con unas cartas más flexibles a la hora de gestionar su personal laboral frente al estatutario de los centros públicos y también las compras, como subraya el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. “No son peores los gestores públicos, las reglas son diferentes y el grado de rigidez en la política de personal del sector público es muy elevado”, explicó Javier Fernández-Lasquetty durante la presentación del informe en Esade. El consejero puso de ejemplo la lista de 7 a 9 complementos que figuran en la nómina de los médicos del Servicio Madrileño de Salud, “aprobados con la mejor intención de incentivar a los médicos que realicen su trabajo con más dedicación pero que, con el tiempo y a través de la jurisprudencia en muchos casos, los incentivos han acabado por convertirse en iguales y lineales para todos los profesionales”. Una situación que para el dirigente popular “no es justa”.
Pero tampoco se puede otorgar a la gestión pública o privada la patente de mejor gestor. No hay un modelo de gestión hospitalaria que por ser público o privado sea más eficiente. El informe apunta así que cuatro hospitales de gestión directa pública se
sitúan entre los más eficientes, por lo que existe margen suficiente de mejora entre estos centros, aseguran los expertos. El presidente del Comité de Sanidad de Círculo de Empresarios, John de Zulueta, opina que “la competencia entre agentes públicos y privados y la capacidad de elección de los usuarios generan ganancias de eficiencia”. Además, buscar alternativas en la gestión, “que no equivalen a privatizar la sanidad”, puntualiza, es lo que llevan haciendo los países europeos de nuestro entorno, como Italia, Reino Unido, Holanda o Suecia, donde este debate está más que superado.
A pesar de estos datos, algunas asociaciones como la Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública sostienen, sin presentar ninguna evidencia que lo avale, que los modelos de colaboración público-privada y la gestión de la sanidad por empresas privadas “implican una merma en la calidad asistencial que reciben los ciudadanos y conlleva necesariamente la pérdida de miles de puestos de trabajo y como consecuencia mayor precariedad y menor calidad asistencial”. Los datos del Informe de Iasist y la realidad de los pacientes atendidos en los 37 centros analizados demuestran simplemente lo contrario.