LOS ÚLTIMOS AVANCES EN CANCER NO LLEGAN A ESPAÑA
Los nuevos fármacos aprobados contra el cáncer llegan a los pacientes españoles con un retraso de entre 12 y 24 meses. Esta situación, según los expertos, ha empeorado en el último año.
Para reducir el gasto, el Ministerio está dilatando el periodo de autorización de los nuevos avances en oncología que ya se utilizan en EEUU y muchos países de Europa
La exigencia de reducir el gasto sanitario en los presupuestos anuales tiene sus riesgos. En la semana en que se conmemora en todo el mundo la lucha contra el cáncer, numerosos profesionales sanitarios y pacientes han denunciado a elEconomista Sanidad una situación que viven desde hace tiempo y que ha empeorado en el último año: los nuevos avances en su tratamiento cada vez tardan más en llegar a España y en algunos casos este retraso se acerca ya a los dos años.
“Hay fármacos contra el cáncer, ya aprobados en Estados Unidos y en Europa, que han demostrado su eficacia y una mayor tasa de supervivencia en los pacientes, que no podemos usar todavía en España porque están parados en el Ministerio de Sanidad a la espera de su autorización”, denuncia el doctor Javier Cortés, oncólogo del Hospital General Vall d’Hebron de Barcelona y uno de los investigadores españoles más reconocidos internacionalmente en cáncer de mama.
El doctor Cortés pone el ejemplo de un medicamento actual en cáncer de mama que está teniendo una gran respuesta en las pacientes “lleva ya como 1 año y medio aprobado y usándose en Estados Unidos y otros países de Europa, y todavía no podemos utilizarlo con nuestras pacientes porque no está aprobado en España”.
La situación del retraso en España en este campo de la medicina no es nueva, aseguran los profesionales, pero lo preocupante es que “los retrasos están yendo a más desde hace un tiempo”, asegura este oncólogo.
Desde el Ministerio de Sanidad se acusa directamente a la industria farmacéutica de esta situación al presentar “precios excesivos para los nuevos tratamientos contra el
cáncer, según asegura el director general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia del Ministerio, Agustín Rivero, que además avisa de que “si no demuestran ser coste-efectivos no se financiarán por el Sistema Nacional de Salud”.
La negociación de estos precios no se diferencia mucho de cualquier acuerdo entre partes. La farmacéutica es la que ofrece un precio de salida y, a partir de ahí, Sanidad analiza los beneficios terapéuticos de cada indicación y si es coste-efectivo para proponer el precio por el que está dispuesto a financiarlo. “Siempre se negocia hasta llegar a un acuerdo y, si no ha consenso, no se financia. Es un tira y afloja”, reconoce el director general de Farmacia del Ministerio.
Aunque “casi siempre suele haber acuerdo”, asegura, en el último año este portavoz de Sanidad reconoce que ha habido dos medicamentos contra el cáncer que “no han superado el listón fijado” por Sanidad y ha sido rechazada su financiación.
Rivero insiste en que el departamento de Ana Mato “apoya la innovación y la introducción de todos los medicamentos contra el cáncer que sean necesarios” pero, como puntualiza, siempre que su coste-eficacia sea “adecuado” y contribuya “de forma real” al incremento de la salud. Según el portavoz del Ministerio, los nuevos medicamentos autorizados en Europa vienen con precios “extremadamente gravosos” cuando además, en determinados casos “aportan pequeñas mejoras” con respecto al tratamiento anterior, lo que obliga a “un gran esfuerzo de valoración y negociación” antes de decidir si se financia o no, asegura. “Yo entiendo que los precios deben ser altos porque hay mucha investigación detrás, y los ensayos clínicos son muy caros, pero a veces se evalúa el coste-eficiencia y nos parece caro para el sistema, y para el beneficio-riesgo que ofrece”, sañala el alto cargo de Sanidad. Desde la industria farmacéutica la situación se ve distinta. Para Felipe Fernández, director de la Unidad de Oncología de Novartis, la realidad hoy en día en España es que teniendo en cuenta los procesos de revisión técnica y evaluación económica, “un paciente oncológico en Europa tarda de media 12 meses más que un paciente en Estados Unidos en acceder a la nueva terapia. Y en España la situación ha empeorado sensiblemente el año pasado”. Es evidente que un año o en algunos casos dos años de retraso para un paciente de cáncer es mucho tiempo. Para la
industria farmacéutica, evidentenmente también. “En Novartis queremos abrir un debate plural y transparente entre los diferentes agentes del sistema público de salud. No sólo en términos de coste individual de las terapias, sino en relación al valor añadido que estos tratamientos proporcionan a la sociedad en mejora de las condiciones de vida o la expectativa de vida de los pacientes.
Aumenta el coste para los enfermos Aparte del retraso en los nuevos fármacos, la Asociación Española contra el Cáncer (Aecc) ha denunciado esta semana el aumento de los costes asociados a la enfermedad tras los últimos recortes sanitarios. Según un estudio presentado por la asociación, un afectado por un tumor maligno que se tenga que pagar el servicio de ambulancia para recibir quimioterapia o radioterapia tendrá que destinar un 150 por ciento más de sus ingresos al tratamiento que otro con las mismas condiciones pero con el transporte sanitario cubierto. La Aecc calcula que un paciente con cáncer destina a su salud un 7,2 por ciento del dinero que gana durante el tratamiento, si tiene el transporte sanitario cubierto, o un 18 por ciento, si no lo tiene.
De este modo, una afectada por un cáncer de mama en activo, con un salario de 18.000 euros anuales, y que necesitase tratamiento durante ocho meses habría de pagar por él 451,54 euros si el transporte sanitario se lo cubriera la Seguridad Social.