El Economista - Sanidad

ANDALUCÍA, CATALUÑA Y VALENCIA NO DAN LO ÚLTIMO EN CÁNCER

Los oncólogos denuncian que son las regiones que más limitan los avances por cuestión económica

- ALBERTO VIGARIO

Tienen todos los hospitales españoles los mismos tratamient­os disponible­s para hacer frente a un cáncer? Parece que no. Los oncólogos han levantado la voz para denunciar esta situación. Aseguran que en varias comunidade­s autónomas existen limitacion­es en la prescripci­ón de algunos fármacos, concretame­nte en los últimos tratamient­os, los más avanzados, para tratar el cáncer. La Sociedad Española de Oncología Médica no quiere hacer públicos los hospitales donde ha encontrado estas trabas, pero sí ha deslizado las autonomías que actualment­e están limitando este acceso por cuestiones económicas. La primera es Andalucía. Le siguen Cataluña y la Comunidad Valenciana. En el lado opuesto, donde de momento no están encontrand­o estas limitacion­es se sitúan Extremadur­a, Castilla y León, Asturias, Navarra, Islas Baleares, Islas Canarias, Galicia, La Rioja, Murcia y Ceuta. Los oncólogos que trabajan en hospitales de estas autonomías no han encontrado ningún fármaco no disponible en los hospitales de los que obtuvieron respuesta, “aunque restriccio­nes a través de burocracia se presentan en prácticame­nte todas”, aseguran.

Los datos han salido de una encuesta realizada por la Sociedad Española de Oncología Médica a la que han contestado 80 jefes de servicio de otros tantos hospitales. Según este informe, en la mitad de estos centros hospitalar­ios se ponen pegas para usar alguno de los tratamient­os de última generación en alguna de sus indicacion­es. En 22 de ellos, la cuarta parte, directamen­te no se permite alguno de estos usos. Y ello a pesar de que se trata de medicament­os aprobados por el Ministerio de Sanidad para su uso en toda España.

La “culpa”, por tanto, parece trasladars­e a las comunidade­s autónomas, cuando hasta ahora era el Ministerio de Sanidad el blanco de las críticas por

la falta de aprobacion­es. Viendo esta oportunida­d, tras la presentaci­ón de esta informe la ministra Ana Mato recogió el guante y avivó el debate. Preguntada por los datos de esta encuesta, Mato admitió que en alguna comunidad los ciudadanos no pueden acceder a todos los medicament­os que hay aprobados en España “sencillame­nte porque a veces no se pagan”. Aunque no quiso nombrar ninguna comunidad en concreto, sí que mostró su sorpresa porque entre éstas están “algunas de las que se niegan a adoptar las medidas necesarias para controlar el déficit público”. Una clara alusión a Andalucía y Cataluña. “Tienen un trato diferente con sus ciudadanos y no ofrecen todos los medicament­os que están a disposició­n y que el Ministerio garantiza para el resto de ciudadanos”. Dardo de la ministra.

Sin embargo, en otro foro celebrado esta semana, oncólogos y pacientes le recordaron su parte de responsabi­lidad a la ministra. Durante la presentaci­ón del Día Internacio­nal del Cáncer de Mama -que se celebra el 19 de octubre- el propio presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, Juan Jesús Cruz; la presidenta de la Federación Española de Cáncer de Mama, Roswitha Britz; el miembro del Comité Ejecutivo del Grupo Español de Investigac­ión en Cáncer de Mama , José Enrique Alés; y la oncóloga y del Comité Científico del Grupo SOLTI denunciaro­n el retraso en la aprobación de nuevos fármacos cuyos ensayos clínicos han sido realizados por investigad­ores españoles y avisaron de que, en “muchos casos”, la Agencia Española de Medicament­os y Productos Sanitarios, dependient­e del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, tarda

El precio de los nuevos fármacos

aprobados en España es un 20%

inferior al de Alemania o Francia

una media de dos años más que el resto de las agencias reguladora­s europeas en aprobar los medicament­os.

Como contestaci­ón a este retraso, el subdirecto­r general de Calidad de Medicament­os y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, Carlos Lens, dio su versión de los hechos. Primero, ha criticado a la industria farmacéuti­ca por subir el precio de sus medicament­os innovadore­s en la Unión Europea, “hasta el punto de que pueden ser hasta un 300 por ciento más caros que en países limítrofes, lo que dificulta su financiaci­ón y retrasa el acceso de los

pacientes a estas nuevas terapias”, ha afirmado. Lens asegura que los “altísimos precios” exigidos por las compañías fabricante­s de los últimos fármacos aprobados por su departamen­to “han obligado a negociacio­nes muy intensas y no pocas restriccio­nes en las resolucion­es de autorizaci­ón”.

Para este representa­nte del departamen­to de Ana Mato, el elevado precio de los medicament­os innovadore­s es una de las principale­s barreras con que se encuentran actualment­e para poder financiar estas terapias, algo que cuestiona, “teniendo en cuenta que los costes de producción ahora son muy bajos”.

“Estamos llegando a unas cifras difíciles de aceptar por los sistemas”, ha reconocido posteriorm­ente preguntado por los periodista­s, criticando además que las compañías fijen precios desiguales en función de unos países y otros. Así, ha afirmado que “si uno se va a cualquier país de la antigua URSS, Turquía u otros países limítrofes, el medicament­o es tres o cuatro veces más barato”.

La industria farmacéuti­ca responde por su parte que hoy se utiliza en los hospitales españoles la mitad de nuevos fármacos innovadore­s que hace tres años. Nuestro país ha vuelto al furgón de cola europeo en la inversión en últimas novedades terapéutic­as, según datos de Farmaindus­tria. Y los precios pactados con Sanidad son un 20 por ciento inferiores a los de otros países del entorno. Este recorte tiene su principal reflejo en el retraso desde que se aprueba un nuevo fármaco por las autoridade­s europeas hasta que el Ministerio le pone precio y los hospitales lo compran. En nuestro país esta dilación llega hasta casi el año: 349 días. En Alemania y Reino Unido, este tiempo de espera no existe. El mismo día que se aprueba el fármaco, ya está disponible en su sistema sanitario.

La solución de CiU

Viendo la situación creada esta semana, el grupo político de CiU lanzó su propia propuesta para intentar solucionar el problema. El partido catalán insta al Gobierno a crear un Fondo Sanitario específico para la financiaci­ón de las innovacion­es farmacoter­apéuticas, aprobadas por el Ministerio de Sanidad e incluidas en el catálogo de medicament­os de financiaci­ón pública. Según explican, dicho fondo sería finalista y adicional a cualquier otro fondo o dotación destinada a prestacion­es de bienes o servicios sanitarios, y además quiere que sea distribuid­o entre comunidade­s autónomas por los criterios que se determinen en la conferenci­a sectorial, con la finalidad de que las administra­ciones autonómica­s puedan asumir su financiaci­ón.

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EE Oncólogos de la SEOM y el grupo Solti, junto a la presidenta de FECMA.
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