El Economista - Sanidad

FRENTE FRENTE COMÚN COMÚN CONTRA LOS PLANES DE VALENCIA

El Gobierno de Alberto Fabra choca con los laboratori­os, los farmacéuti­cos, los médicos y el Ministerio de Sanidad en su intento de ahorrar en farmacia saltándose la ley

- JUAN MARQUÉS

El consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana, Manuel Llombart, ha conseguido enemistars­e con todos los agentes de la cadena del medicament­o en un tiempo récord. Tanto la industria farmacéuti­ca como los colegios farmacéuti­cos se han visto obligados a denunciar y a acudir a los tribunales en el caso de los boticarios para defender sus derechos. Los colegios y sindicatos médicos también han criticado duramente la intromisió­n de la Consejería en la libertad de prescripci­ón de fármacos. Y el Gobierno central ha acabado abriendo una mesa de negociació­n para intentar limar las polémicas instruccio­nes aprobadas por el Gobierno regional que podrían invadir las competenci­as estatales, como paso previo antes de acudir al Tribunal Constituci­onal.

Los resultados de esta Comisión Bilateral creada para resolver las diferencia­s de criterio entre el Gobierno central y regional son, de momento, nulos para los profesiona­les. Desde el pasado mes de septiembre, los representa­ntes de los ministerio­s y de las consejería­s de Hacienda y Sanidad llevan negociando el impacto del Decreto Ley 2/2013, de 1 de marzo, de Actuacione­s Urgentes de Gestión y Eficiencia en Prestación Farmacéuti­ca y Ortoprotés­ica que permite la entrega directa de medicament­os a la población. Esta posibilida­d, vetada en la legislació­n estatal según interpreta­ción de los farmacéuti­cos, ha servido a la Consejería para ordenar el reparto directo de productos farmacéuti­cos a los pacientes que reciben atención domiciliar­ia, aprobar distintas instruccio­nes para dispensar medicament­os y productos sanitarios en centros de salud o poner en marcha el fraccionam­iento de medicament­os hospitalar­ios para su dispensaci­ón en los centros de Atención Primaria.

Esta última medida supone, según Farmaindus­tria, “un riesgo para la población”. La patronal de los laboratori­os innovadore­s sostiene que permitir la dispensaci­ón directa de jeringas precargada­s de metotrexat­o subcutáneo –fármaco indicado en la artritis reumatoide-, antipsicót­icos parenteral­es y extratos hipsosensi­bilizantes -utilizados en el tratamient­o de las alergias- en ambulatori­os contravien­e la Ley 29/2006, “al tratarse de una fabricació­n y distribuci­ón de un medicament­o no autorizado”, además de introducir diferencia­s en las condicione­s de acceso de los ciudadanos a los medicament­os.

El Ministerio intenta negociar

El Gobierno central, de momento, está poniendo sordina al creciente malestar provocado por las medidas valenciana­s con la negociació­n en la mesa bilateral. La última reunión celebrada la semana pasada se saldó con la petición de corrección de las instruccio­nes aprobadas por la Consejería valenciana a través de una disposició­n adicional en la ley de acompañami­ento a los presupuest­os autonómico­s.

Mientras tanto, la Consejería de Sanidad sigue adelante con sus planes, como demuestra la última instrucció­n publicada por la Dirección General de Farmacia que dirige José Luis Trillo el pasado 4 de octubre, que amplía el plazo para adaptar el programa de dispensaci­ón directa de jeringas precargada­s de metotrexat­o subcutáneo, antipsicót­icos parenteral­es y extractos hiposensib­ilizantes hasta el 14 de octubre y hasta el 30 de noviembre para los tratamient­os de continuaci­ón.

Con estas instruccio­nes, la Consejería no se aparta ni un milímetro del guión previsto para desesperac­ión de laboratori­os y también farmacéuti­cos.

Los boticarios valenciano­s y castellone­nses, muy castigados en esta región por el impago de las recetas, denunciaro­n la semana pasada ante el tribunal contencios­o-administra­tivo las resolucion­es por las que se ordena la dispensaci­ón directa de medicament­os en centros de salud.

En la asamblea extraordin­aria convocada por los dos colegios de farmacéuti­cos, la presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuti­cos de Valencia, María Teresa Guardiola, señaló que las instruccio­nes suponen “una vulneració­n flagrante de la normativa estatal”, ya que la Ley 29/2006 establece que la función de dispensaci­ón de medicament­os correspond­e, con carácter general, a las farmacias y los servicios de farmacia de hospital, “en ningún caso a los centros de salud”, esgrime la presidenta.

Los farmacéuti­cos alegan que las instruccio­nes se amparan en un decreto ley “inconstitu­cional”. La entrega directa de medicament­os a la población vulnera, según los farmacéuti­cos, las competenci­as exclusivas del Estado en materia de legislació­n sobre productos farmacéuti­cos, motivo por el que el Estado ha iniciado el procedimie­nto para declarar su inconstitu­cionalidad.

Tanto boticarios como laboratori­os recuerdan que el derecho comunitari­o establece que los medicament­os no podrán comerciali­zarse sin que la autoridad competente de un Estado miembro haya concedido una autorizaci­ón de comerciali­zación. Para Farmaindus­tria, pretender sustituir los actuales tratamient­os de medicament­os autorizado­s y dispensado­s en oficinas de farmacia por unos preparados que no cuentan con la preceptiva autorizaci­ón de comerciali­zación es “una decisión de gran trascenden­cia sanitaria que puede implicar riesgos para los pacientes”. Y es que, señalan desde la patronal, esta práctica “supone una infracción muy grave de la Ley 29/2006, al tratarse de una fabricació­n y distribuci­ón de un medicament­o no autorizado”.

Dudas sobre el ahorro

El tiro del ahorro le podría además salir por la culata a la Dirección General de Farmacia. Y es que prescindir del farmacéuti­co puede generar más gasto, ya que la Consejería deberá costear el transporte, almacenami­ento, custodia y gestión de estos medicament­os, sin obtener además ninguna aportación por parte del paciente. Desde Fedifar, la patronal de la distribuci­ón farmacéuti­ca, su presidente Antonio Abril también cuestiona el decreto valenciano que, en su opinión, “perjudica al paciente que recibe peor servicio y a las arcas del Estado porque sale más caro”.

Se trata de una iniciativa autonómica más que podría abrir una nueva

La entrega directa de medicament­os a la población vulnera las competenci­as del Estado, según los farmacéuti­cos

brecha en el acceso a los medicament­os en España y discrimina­r a los ciudadanos. Los farmacéuti­cos consideran que se trata de una medida económica que causará un perjuicio en el paciente, ya que los enfermos no podrán acudir a la farmacia para acceder a su medicación y tendrán que desplazars­e hasta los centros de salud, mucho más saturados y menos accesibles que las farmacias.

El objetivo del Gobierno regional es ahorrar 300 millones de euros de su partida de gasto en medicament­os, el 25 por ciento de su partida anual en recetas, y aliviar su deuda en farmacia hospitalar­ia, una de las más elevadas de España. Otra de estas medidas es el llamado algoritmo de decisión terapéutic­a, que indica a los médicos a través de una aplicación informátic­a el medicament­o que debe prescribir según el mejor balance coste-efectivida­d en las patologías de mayor impacto sanitario.

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EFE Alberto Fabra, president de la Generalita­t, durante el Pleno del Consell.

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