El sector farmacéutico, un fiel aliado para el SNS
Una vez hechos estos ajustes, por mucho peso que la Sanidad tenga en los presupuestos autonómicos, habría que buscar otros espacios de reducción con menos riesgo para el sistema productivo y para los ciudadanos
Vivimos tiempos complicados, marcados, sin duda, por la grave crisis económica y financiera que atraviesa nuestra economía y que tantos estragos está haciendo en distintos ámbitos de la vida, entre ellos el sanitario. En los últimos años, los compromisos y objetivos de reducción del déficit público han tenido como consecuencia ajustes sin precedentes en la historia reciente de España. En este complejo contexto, la industria farmacéutica, desde el principio, ha sido consciente de la necesidad de abordar cambios en el modelo sanitario para preservar uno de los pilares fundamentales de nuestro Estado de Bienestar.
Hemos entendido la dificultad del momento, y que la viabilidad futura de la Sanidad pasaba, entre otras medidas, por aquellas que permitieran reducir el gasto sanitario y el farmacéutico, aunque conllevaran sacrificios para nuestra industria.
Pero una vez hechos estos ajustes, por mucho peso que la Sanidad tenga en los presupuestos autonómicos, habría que buscar otros espacios de reducción que tengan menos valor e impacto para la ciudadanía, y de menos riesgos para el sistema productivo español y para la salud de nuestros ciudadanos.
La Administración siempre encontrará en el sector farmacéutico un fiel aliado para que el Sistema Nacional de Salud español se desarrolle sin incógnitas y para que los pacientes puedan seguir estando seguros de que su prestación farmacéutica tiene los estándares más altos posibles. Al servicio de estos objetivos, se encuentra una actividad empresarial – la de los laboratorios farmacéuticos- que garantiza una repercusión positiva en nuestro PIB, que mantiene a la medicina española dentro de las corrientes internacionales de desarrollo de nuevos fármacos, que contribuye a que la práctica clínica de nuestro país se conserve en los niveles de excelencia que la han caracterizado hasta ahora, y que, en definitiva, tiene todavía mucho que aportar desde el punto de vista económico, sanitario y social.