Impagos y recortes: la ‘receta’ para frenar las inversiones
La duda ahora es saber si con el gasto farmacéutico controlado desde hace un año, el nuevo ajuste a las farmacéuticas es idea del departamento de Mato u obedece a órdenes superiores
Desde mayo de 2010, las comunidades autónomas se han ahorrado 3.600 millones de euros en la partida de recetas médicas dispensadas en farmacia, gracias a los sucesivos recortes de precios, los descuentos introducidos y el impacto del nuevo sistema de copago farmacéutico que, por primera vez, ha logrado reducir el número de recetas durante un año desde su aplicación en julio de 2012. Casi cinco puntos de los 12 de reducción del presupuesto sanitario autonómico se han conseguido sólo con la caída del gasto farmacéutico en receta oficial del SNS. Con estos datos, el gasto farmacéutico parecía, desde luego, controlado. Sin embargo, todo indica que el recorte a las farmacéuticas aún no ha terminado. El Gobierno está preparando un nuevo Real Decreto de precios de los medicamentos, con el que pretende ahorrar hasta 500 millones de euros adicionales a sus previsiones de gasto público en fármacos para el año 2014. Y eso que recientemente, el número dos del Ministerio de Sanidad, el director general de Farmacia, Agustín Rivero, descartaba nuevos ajustes. “Creemos que hay que hacer una evaluación, se han cumplido los objetivos de ahorro de 2.100 millones en farmacia y hay otras áreas donde cabe incidir”, admitió. La propia ministra Ana Mato manifestó hace unos días, que todos los ajustes “que teníamos que hacer, ya los hemos hecho. Ahora lo que estamos haciendo es intentar lograr mayor eficiencia”. La duda es entonces si Sanidad es el artífice de este nuevo plan o las órdenes vienen de más arriba.
Al nuevo recorte hay que sumar la noticia adelantada esta semana por elEconomista. Las dos principales patronales del sector sanitario, Fenin (tecnología sanitaria) y Farmaindustria (medicamentos), dan por seguro que no cobrarán hasta febrero los 6.000 millones de euros que deben las Administraciones Públicas a las empresas del sector. La mora en el pago desincentiva las inversiones de las matrices de las farmacéuticas sobre sus filiales españolas. Se trata de un hándicap que perjudica a la industria farmacológica del país. Las grandes farmacéuticas no impulsan la inversión de las instalaciones en España porque las matrices no se fían de un país que se retrasa en el pago a sus proveedores.
Impagos y recortes no parecen desde luego las mejores recetas para impulsar un sector que emplea a casi 40.000 personas -casi la mitad del empleo en sectores de alta tecnología de España-.