Julio González
Director general de Áliad
La recién entrada en vigor de la Directiva Europea de Asistencia Sanitaria Transfronteriza, para limitar que los pacientes viajen en busca de atención gratuita en los hospitales públicos de otros países, supone una oportunidad para que los centros sanitarios privados puedan internacionalizarse ofreciendo sus servicios. Según datos de Turespaña, gracias al turismo de salud, España recibió más de 20.000 usuarios internacionales, que reportaron 12 millones de euros en 2012. Sin embargo, el nuevo Estudio sobre el Turismo de Salud en España, publicado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo en octubre de este año, indica que nuestro país es todavía un estado emergente dentro de este sector. Los países líderes, como México, Turquía, Singapur, India o Tailandia, superan los 100.000 usuarios.
Con el objetivo de atraer a España al turista de salud, la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego, anunció hace poco la inyección de dinero público para fomentar este nicho de mercado. A las terapias en balnearios, tratamientos estéticos o procesos de reproducción asistida, que son un éxito desde hace años en nuestros centros, se pretende añadir ahora una oferta médica más amplia, como pueden ser tratamientos de oncología u operaciones del corazón. El prestigio de la sanidad española y el clima son los mejores “ganchos” para este impulso. Pero ¿de qué nos sirven si los hospitales no saben promocionar estos puntos fuertes?
La elevación de nuestra oferta de turismo de salud es fundamental para atraer a pacientes hasta nuestro país. Asimismo, se deben desarrollar procesos a medida para la atención de las personas, una vez que lleguen a los centros. Por otro lado, tenemos que aportar herramientas, estructuras organizativas y recursos para ayudar al profesional sanitario a comprender el nuevo tipo de paciente que tiene que tratar. Los trabajadores deben recibir formación para adaptarse a la