100 EXPERTOS AVISAN: LA SANIDAD PÚBLICA SE COLAPSA EN 5 AÑOS
Informe: si no hay reformas, la gestión privada tendrá que ‘rescatar’ al sistema de salud
Los expertos lo tienen claro: la falta de reformas en la sanidad colapsará el Sistema Nacional de Salud en los próximos cinco años, que deberá recurrir a la actividad concertada y a un nuevo aseguramiento (sanidad privada) para paliar su deterioro asistencial. El análisis es una de las previsiones avanzadas por el panel de 100 expertos reunidos por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Idis) para analizar escenarios de futuro de la sanidad española en el medio plazo. Y es que la sanidad sólo entiende del
El sector privado lamenta que las reformas sean sólo “cosméticas” y no estructurales
largo plazo. Todo lo demás son “parches” y “ocurrencias”, como se lamentan desde distintos ámbitos empresariales de la sanidad española al valorar muchas medidas autonómicas e incluso la reforma aprobada por Sanidad.
Lo que está claro es que el Gobierno profundizará en el recorte del gasto sanitario el año que viene, ya que está previsto que el gasto de las administraciones públicas en salud caiga hasta el 5,8 por ciento del PIB en 2014, dos décimas menos que este año, según el plan presupuestario remitido a Bruselas para 2014 y 2015. Esta nueva bajada dejará esta partida
en niveles de 2006, muy lejos de 2009, cuando el gasto sanitario público absorbió el 6,95 por ciento de la riqueza del país. Desde entonces, el esfuerzo público en este capítulo que gestionan y financian las comunidades autónomas se ha deshinchado hasta perder más de 11.000 millones de euros, si se cumplen los planes del Ejecutivo para el próximo 2014.
El Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Idis), que defiende los intereses de la sanidad privada en España, ha sido el primero en alzar la voz desde el sector privado al lamentar que las reformas en sanidad “no deberían ser cosméticas, sino estructurales, adoptadas con el mayor consenso político institucional y político posible”. Ninguna de estas condiciones se cumplen en los cambios introducidos por las comunidades autónomas o el Ministerio de Sanidad.
El sector echa en falta una política que ofrezca estabilidad y que no esté expuesta a continua revisión y cambio para obtener pírricos ahorros a corto plazo. Farmaindustria fue la primera asociación en formular esta petición al reclamar un objetivo “claro, realista y transparente” de crecimiento del gasto público en medicamentos ligado al PIB válido para los tres próximos años que sirva para captar inversiones. Sólo así, admiten desde la patronal, se podrá seguir atrayendo inversiones para mantener un empleo y una producción que cayeron en 2012 un 3,3 por ciento y un 2,5 por ciento, respectivamente, según el INE, a pesar del incremento de las exportaciones.
El Idis también subraya la necesidad de lograr la ansiada estabilidad en un novedoso informe que plantea distintos escenarios de certidumbre que ayuden a tomar decisiones en un plazo de dos a cinco años. El director general del IDIS, Manuel Vilches, recuerda que se debe “generar un marco mucho más estable, no dependiente de los cambios políticos, ya que los proyectos de la sanidad son a muy largo plazo”.
Es un mensaje en el que se insiste desde las propias compañías. El director de Relaciones Institucionales de Pfizer, Juan José Francisco Polledo, recordaba en un desayuno informativo reciente que el principal problema al que se enfrenta el sector es “la imprevisibilidad de lo que va a pasar en el futuro”.
Y es que los vaivenes de la política sanitaria están impidiendo asentar las medidas y reformas puestas en marcha, ya que sin tiempo para evaluar sus resultados se cambia de nuevo el modelo de aportación de los ciudadanos o el sistema de precios de referencia, tal y como pretende Sanidad.
Sin pactos a la vista, salvo los acuerdos firmados con médicos y enfermeros que los sindicatos de clase han recurrido ante los tribunales, la
sanidad lleva camino de convertirse en un objeto de hacer y deshacer, como ocurre con la educación.
El Grupo Socialista ya ha adelantado que derogará el Real Decreto-ley 16/2012 para asegurar “la plena universalidad del derecho de los ciudadanos a la protección de la salud y la atención sanitaria, incluyendo a los inmigrantes en situación irregular y otros colectivos ahora excluidos”. También plantea la recuperación de una sola cartera de servicios y la modificación del sistema de copago, para que los pensionistas no paguen por sus medicamentos, en lo que se puede considerar una enmienda a la totalidad de la reforma del Gobierno.
Por cuestiones ideológicas, además, se sataniza también cualquier tipo de gestión privada de la sanidad, a pesar de estar recogida en la Constitución y la Ley General de Sanidad, como puntualiza el vicepresidente del Comité Asesor de Sanidad, Julio Sánchez Fierro. Manuel Vilches critica lo que considera “una desmedida campaña mediática contra lo privado”, que ha tenido como resultado la paralización judicial del proceso de privatización de la gestión de seis hospitales públicos emprendida por Madrid, así como de otros proyectos de logística hospitalaria que implicaban colaboración público-privada.
Lo importante es tener un horizonte para planificar que, hoy por hoy, no está nada claro, a pesar de que la Ley de deuda comercial garantizará un sistema de cobro a los proveedores de la sanidad pública para impedir que se vuelvan a acumular de nuevo impagos millonarios autonómicos.
Desde el Idis se defiende “una auténtica reforma del sistema sanitario público” que, en opinión de esta asociación, requiere definir una cartera de servicios realista, una financiación suficiente, una buena gobernanza del sistema, medidas para mejorar la eficiencia en la gestión de los recursos humanos, económicos y técnicos, sin olvidar la corresponsabilidad de los ciudadanos en el uso de servicios y prestaciones. Un planteamiento que requiere buenas dosis de entendimiento político y la participación del sector privado. “Entendemos que para ello es indispensable profundizar en las fórmulas de colaboración ya existentes y abrir camino a otras que se puedan plantear en el futuro”, sostiene el presidente del Idis, Javier Murillo.