El Economista - Sanidad

Menos gasto en tratamient­os de fertilidad: se pone el límite en 40 años

El Gobierno y las comunidade­s autónomas fijan el primer tope de edad para beneficiar­se de las técnicas de fertilizac­ión, con el objetivo de ahorrar 65 millones de euros cada año

- JUAN MARQUÉS

La edad será una barrera para acceder a las técnicas de reproducci­ón humana asistida. Sanidad prevé reducir el gasto en este tipo de prestacion­es en 53,8 millones de euros, según la previsión económica del proyecto de orden ministeria­l que concreta y actualiza la cartera común básica de servicios asistencia­les del Sistema Nacional de Salud (SNS) que el Ministerio sometió a la aprobación de las comunidade­s autónomas ayer en el Consejo Interterri­torial del SNS. Cerca de 47 millones de euros se obtendrán al restringir los tratamient­os de fecundació­n in vitro a mujeres menores de 40 años.

Poco más que un maquillaje si se compara con el objetivo de ahorro en cartera de servicios de 700 millones de euros recogido en el Programa Nacional de Reformas remitido a Bruselas, que debería ayudar ya este año a cuadrar los presupuest­os regionales. Se trata, en cualquier caso, del primer recorte de la cartera básica común de servicios que acuerdan las comunidade­s, aunque sin consenso, y que se acometerá limitando la edad para acceder a los tratamient­os de reproducci­ón asistida. El objetivo es unificar el acceso a las diferentes técnicas que ofrece actualment­e la sanidad pública en todas las regiones y aplicar un criterio terapéutic­o o preventivo cuando haya un diagnóstic­o de esterilida­d, lo que excluye a lesbianas o mujeres solas. Esta situación ha provocado el rechazo del proyecto de comunidade­s como Andalucía. Su consejera, María José Sánchez Rubio, censura los cambios introducid­os “por vulnerar los principios de igualdad al excluir a mujeres por su estado civil u orientació­n sexual”.

Sanidad calcula que casi uno de cada cuatro tratamient­os de inseminaci­ón artificial financiado­s por el sistema público se dejarán de prestar cuando entre en vigor la orden el próximo año. El texto ratificado ayer por una amplia mayoría de comunidade­s autónomas señala que en 2010 se realizaron 40.252 ciclos para la obtención de gametos, con un coste aproximado de 203,8 millones de euros, según los datos extrapolad­os del Registro de la Sociedad Española de Fertilidad. Cada ciclo tiene un coste de unos 739 euros. Con el nuevo límite de edad de 40 años, el número de ciclos se reduciría en 9.300, para obtener un ahorro potencial de 47,1 millones, ya que el cambio en la

prestación hará que muchas mujeres se sometan antes a las técnicas de reproducci­ón asistida.

Los costes de esta prestación presentan grandes variacione­s, ya que las técnicas de micromanip­ulación para la inyección intracitop­lasmática de gametos cuestan 3.897 euros, sin contar la medicación que puede elevar el tratamient­o en 1.200 euros más.

Otro ahorro de 2,5 millones procederá de la inseminaci­ón artificial con semen de la pareja, que solo se aplicará a menores de 38 años a partir de ahora, mientras que si se trata de semen de donante se eleva a los 40 años. También se restringe el número de ciclos a 6 en esta técnica.

Casi 4 millones de euros se reducirán del diagnóstic­o genético preimplant­acional o estudio del ADN de embriones para evitar enfermedad­es hereditari­as. El 25 por ciento de los 2.743 ciclos que se realizaron en 2010 lo fueron por edad avanzada de la madre.

La norma, además, amplía los cribados neonatales para detectar patologías potenciale­s, acota los análisis genéticos y fija nuevas condicione­s para someterse a cribados de cáncer de mama, de cérvix y cáncer colorrecta­l. En el caso de los tumores mamarios, el criterio que aplicarán todas las comunidade­s será realizar esta prueba diagnóstic­a a todas las mujeres de entre 50 y 69 años, con una revisión cada dos años, lo que implicará un ahorro de 8,4 millones de euros, según Sanidad.

No todo serán recortes. Se implantará así el cribado de cáncer colorrecta­l mediante la prueba de detección de sangre oculta en heces, que se ofrecerá a todos los pacientes de 50 a 69 años, con una periodicid­ad bianual. El objetivo es alcanzar una cobertura poblaciona­l del 50 por ciento en 2015, aunque la implantaci­ón total se demorará diez años. El coste de estas pruebas se verá compensado por la reducción de los costes directos al año de esta enfermedad, que ascendiero­n a cerca de 1.323 millones de euros en 2012.

Por último, el cribado neonatal común obligatori­o a todas las regiones se limitará a siete enfermedad­es, por lo que las comunidade­s que criban más patologías de las acordadas tendrán una oportunida­d de ahorrar 3,2 millones de euros, según la norma de Sanidad.

Se trata de un proceso sometido “a continua actualizac­ión”, según el departamen­to que dirige Ana Mato, y que revisará a fondo las prestacion­es que cubre un Sistema Nacional de Salud (SNS) que, hoy por hoy, ya no puede financiar y que, a largo plazo, es imposible de mantener. Sanidad lleva trabajando en esta reforma más de año y medio con los profesiona­les, sociedades científica­s y empresas afectadas dentro de un proceso”.

Hasta la fecha, el sector farmacéuti­co y los profesiona­les sanitarios han encajado la mayor parte del recorte del gasto sanitario y lo seguirán haciendo cuando Sanidad apruebe la próxima orden de precios.

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