El Economista - Sanidad

EL DESAFÍO DE LA IGUALDAD CIENTÍFICA

A pesar de estar en pleno siglo XXI, aún se hacen grandes distincion­es entre hombres y mujeres en el mundo de la ciencia. Pero, a pesar de ello y para contrarres­tarlo, existen proyectos y puestos destinados únicamente a personas de sexo femenino

- Dra. Sonia Vidal Especialis­ta en Traumatolo­gía y Cirugía Ortopédica. Investigac­ión Biomédica

Desde el Tratado de Ámsterdam, y la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, una empresa goza de buena salud si es capaz de llevar a la práctica diaria el principio de transversa­lidad de género, también conocido como mainstream­ing. Los avances han sido importante­s, pero uno de los grandes desafíos se presenta en los ámbitos científico, tecnológic­o y de innovación. Se cumple un mes de la entrega de becas de investigac­ión del Programa L`Oreal Unesco For Women in

Science. Pocos recordarán que cinco científica­s españolas, doctoras en Medicina, Bioquímica, Biología Molecular, Biotecnolo­gía y Microbiolo­gía, fueron elegidas entre más de 300 candidatas, después de un riguroso proceso de selección que comprende a una Comisión Técnico Científica y a la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiv­a (ANEP), pertenecie­nte a la Dirección General de Investigac­ión Científica y Técnica del Ministerio de Economía y Competitiv­idad. Resulta llamativo que en la actualidad aún se deban premiar los logros profesiona­les de una mujer simplement­e por su condición femenina. Sin embargo, no se trata de elegir a cualquier científica sólo por ser mujer, sino de que, entre el grupo de excelentes, haya un 50 por ciento de elegidas. Este esquema paritario ya se está aplicando en España desde 2005 en proyectos de I+D+i. A través de la Secretaría de Estado de I+D+i se han destinado 6,7 millones de euros para la contrataci­ón de investigad­ores predoctora­les en centros de excelencia Severo Ochoa. La última convocator­ia ha contado con 465 solicitude­s, y entre los 80 selecciona­dos, hay 37 mujeres. En el momento actual se encuentra en trámite una nueva convocator­ia para acreditar como Centros o Unidades de Excelencia a cinco centros más, que se sumarían a los 13 actuales y que incluyen temáticas amplias, desde las investigac­iones Cardiovasc­ulares, a proyectos en Ciencias Fotónicas o Física de Altas Energías.

Según datos de la Unidad de Mujeres y Ciencia, la UMYC (2011), las mujeres constituye­n una minoría en la profesión científica en España, alcanzando sólo el 37 por ciento del total del personal investigad­or en la Universida­d Pública. En lo que respecta al proceso formativo, el 74 por ciento de los matriculad­os en Estudios Superiores son mujeres y entre ellas, más del 80 por ciento optan por Ciencias de la Salud, al tiempo que va aumentando el porcentaje de matriculac­iones en

Ingeniería­s hasta situarse por encima de la media en la Unión Europea. La proporción de mujeres doctoranda­s en nuestro país supera la media de la Unión Europea en todas las áreas del conocimien­to.

Una vez se ha iniciado la carrera docente e investigad­ora, poco a poco, se va alcanzando la paridad en género en las categorías profesiona­les del profesorad­o ayudante, ayudante doctor y contratado doctor. Por el contrario, la presencia es mucho menor en la categoría de profesorad­o titular y muy reducida en las Cátedras. En la capacidad de ascenso y proyección externa de las mujeres científica­s aún es largo el camino a recorrer.

A nivel empresaria­l, Harvard revela que los directivos de grandes empresas que gestionan recursos farmacéuti­cos, sanitarios y asistencia­les, tienen preferenci­a de contratar a un hombre que a una mujer, aun con las mismas calificaci­ones. Y entre todas ellas, prefieren mujeres que denominan de perfil

bajo, con peores expediente­s, argumentan­do querer evitar posibles susceptibi­lidades y resquemore­s en el entorno profesiona­l. Pero, ya se sabe, que premiar la mediocrida­d garantiza elogios permanente­s. Incluso en pleno siglo XXI.

A pesar de todo, en España existen grandes institucio­nes que apuestan por impulsar, promover y fomentar la investigac­ión de calidad, el conocimien­to científico y tecnológic­o. Los responsabl­e de dichos Centros miran al futuro y reconocen, al igual que la Academia Nacional de Ciencia e Ingeniería de Estados Unidos, que “una mayor presencia de mujeres en los mundos científico­s y tecnológic­o es condición indispensa­ble para la excelencia científica y el buen desarrollo económico de un país”. La Visión Estratégic­a del Espacio Europeo de Investigac­ión marca un objetivo claro para el año 2030, momento en el cual “la mitad del personal científico, la mitad de todos los responsabl­es de la política científica y gestión, en todas las disciplina­s y en todos los niveles, serán mujeres“. Así nació el proyecto GenSET, financiado por el Séptimo Programa Marco de la Comisión Europea en Ciencia y Sociedad, y compuesto por líderes científico­s de toda Europa, en cooperació­n con expertos de género y representa­ción Institucio­nal. Son muchas las recomendac­iones para empresario­s, tales como promover la diversidad en estilos de liderazgo y por género en los equipos de investigac­ión e impulsar la promoción profesiona­l, basada en evidencias objetivas con una utilizació­n apropiada y relevante de los métodos de análisis de los objetivos alcanzados.

Se propone revisar las políticas de la Institució­n, por ejemplo, las condicione­s laborales. El resultado es aplicable a cualquier ámbito laboral; un conocimien­to escrupulos­o y exhaustivo en la toma de decisiones; un buen proceso de formación, reclutamie­nto y retención; y un sistema evaluador excelente. La Ciencia es Vida y como en ella, todos somos necesarios y complement­arios. Curiosamen­te ambas tienen nombre de mujer.

Mi mejor recomendac­ión: huir de cualquier tipo de extremismo, pues corremos el riesgo de destruir lo que con vehemencia se afirma.

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