El Economista - Sanidad

EL NUEVO ‘SINTROM’ NO LLEGA AL PACIENTE

Hasta un 30 por ciento de los pacientes que toman actualment­e el famoso anticoagul­ante ‘Sintrom’ tienen problemas con su dosis y deberían cambiar a los nuevos anticoagul­antes orales. Sin embargo, las CCAA ponen trabas por tener un coste más elevado.

- ALBERTO VIGARIO

Apenas una mínima parte de los pacientes que lo necesitan están recibiendo los nuevos fármacos anticoagul­antes orales que sustituyen al famoso

Sintrom. Según aseguran los propios médicos, hasta un 30 por ciento de los pacientes que toman actualment­e Sintrom tienen problemas con su dosis y deberían cambiar a los nuevos anticoagul­antes orales. Sin embargo, las CCAA ponen trabas por tener un coste más elevado y solamente está accediendo a ellos un 9 por ciento. ¿El problema? Los nuevos anticoagul­antes orales son más eficaces y seguros para los pacientes actuales que no responden al tradiciona­l Sintrom, pero su precio es muy superior: de 2 a 80 euros. Los médicos responden que este cálculo sólo demuestra una estrechez de miras. Y es que estos fármacos evitan en muchos casos la aparición de un ictus, con lo que un mejor control de estos pacientes evitaría tanto el coste social y emocional como el económico que supone cada infarto cerebrovas­cular. Para denunciar esta situación, recienteme­nte se ha formado la red llamada La

salud del paciente, por delante, un grupo multidisci­plinar integrado por más de 20 expertos españoles, que ha elaborado el documento “por un tratamient­o razonado y comprometi­do con el paciente anticoagul­ado”, donde se reclaman mejoras para prevenir el ictus y otras enfermedad­es vasculares.

Se estima que en España hay aproximada­mente 800.000 pacientes con tratamient­o anticoagul­ante por diferentes patologías como la fibrilació­n auricular, que es la arritmia cardiaca más frecuente y que multiplica por cinco el riesgo de sufrir un ictus. Éste último es la primera causa de muerte entre las mujeres y la segunda entre los hombres y afecta cada año a 130.000 españoles. El ictus es también la primera causa de discapacid­ad en España.

Como indica el doctor José María Lobos, coordinado­r del Grupo de Enfermedad­es Cardiovasc­ulares de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitari­a (SemFYC) “existe un grupo de pacientes anticoagul­ados, al menos un 30 por ciento de ellos, que no alcanza un control adecuado con los anticoagul­antes clásicos, como el Sintrom -antagonist­as de la vitamina K-. Hoy día por hoy tenemos disponible­s nuevas opciones terapéutic­as, los nuevos anticoagul­antes orales (Naco), que presentan una relación beneficio-riesgo favorable en diversas condicione­s clínicas en las que está indicada la anticoagul­ación y podrían ser la alternativ­a para muchos de estos pacientes”.

A pesar de estas recomendac­iones de uso, estos profesiona­les aseguran que el ritmo de introducci­ón de los Naco en España es claramente inferior al observado en la mayoría del resto de países europeos. En nuestro país apenas llega al 9 por ciento, mientras que en otras naciones como Francia o Alemania superan el 22 por ciento. Y, aseguran, muchas CCAA están por debajo del 5 por ciento.

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EFE

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