Turismo sanitario: las clínicas esperan doblar su facturación por la nueva regulación europea
El sector privado aspira a duplicar su facturación hasta los 277 millones de euros en 2015 gracias a un turismo sanitario que tendrá el acceso al sector público restringido por sus abultadas listas de espera y diferencias de precios
Los pacientes europeos no llamarán a la puerta de la sanidad pública española por mucho que el Consejo de Estado haya alertado de un posible incremento de las listas de espera quirúrgicas. La apertura del Sistema Nacional de Salud (SNS) a todos los ciudadanos de la UE, según obliga la directiva de sanidad transfronteriza, sí lo aprovechará en cambio la sanidad privada.
La Federación Nacional de Clínicas Privadas (FNCP) espera duplicar así la facturación del sector en 2015, hasta alcanzar los 277 millones de euros, según un estudio reciente de la consultora Deloitte, gracias a la calidad, reconocimiento internacional y precios competitivos del sector español. El director gerente de la Federación, Carlos Rus, considera “una oportunidad” la aplicación de la directiva, ya que “España recibe 60 millones de turistas al año, sobre todo del Reino Unido, Alemania, Francia y Suecia, que son conocedores de nuestra sanidad y van a ser los primeros en aprovechar las ventajas que ofrece nuestro sistema”, explica a la revista elEconomista Sanidad.
La aplicación efectiva de la norma por cada país será clave para explotar el nuevo mercado abierto. La mayoría de países europeos se han decantado por introducir un sistema de autorización previa en muchos tratamientos. En el caso español, el Real Decreto aprobado por el Gobierno establece que los pacientes tendrán que solicitar dicha autorización en el caso de que el tratamiento obligue
a ingresar una noche en el centro médico o sea especialmente costoso, condiciones que deben detallarse todavía por reglamento. Países como Suecia, en cambio, no impondrán ninguna traba a sus ciudadanos, con el fin de beneficiarse de los precios más baratos que ofrecen otros sistemas, como el español, subraya Carlos Rus. Este experto también apunta la posibilidad de ceder los derechos de cobro al centro y gestionar el reembolso con el Estado de afiliación del asegurado en el caso de que el país sea buen pagador. Otros países como Alemania incluyen los balnearios entre los tratamientos financiados que los centros privados españoles pueden aprovechar. Lo que sí descarta es que los hospitales públicos hagan la competencia a los privados en España, todo lo contrario, favorece que se ocupe la privada, matiza.
Aunque tampoco sea la intención, los hospitales públicos en España distan mucho de estar preparados para competir en este mercado con los centros privados. Listas de espera kilométricas, diferencias de precios regionales injustificadas con tarifas más altas que en las clínicas privadas o ausencia total de resultados autonómicos comparables para evaluar la calidad de los distintos servicios son algunas de las barreras infranqueables del sistema para los ciudadanos europeos que busquen un tratamiento médico en el sistema público.
El propio director general de Cartera de Servicios del SNS y Farmacia, Agustín Rivero, autodescartó a los centros públicos al admitir que el principal beneficiario del nuevo flujo de pacientes abiertos por la directiva de sanidad transfronteriza será la sanidad privada. Y es que la aplicación de esta norma, incorporada al derecho nacional a través del RD publicado el pasado 1 de febrero, pone en evidencia las graves deficiencias de gestión de la sanidad autonómica.
La principal barrera que tendrán que sortear los pacientes europeos son las listas de espera. Sanidad ya ha advertido que entrarán en la lista en las mismas condiciones que uno español. Estos pacientes tampoco serán capaces de comparar los datos de listas de espera regionales para elegir el centro que más le convenga, ya que el Ministerio no ofrece estos datos por la negativa de las comunidades. Será, además, una operación a ciegas porque, con la excepción de Cataluña, ningún sistema regional ofrece datos oficiales sobre resultados y el desempeño de sus sistemas para evaluar su índice de reingresos hospitalarios, la tasa de mortalidad o de complicaciones de los distintos servicios quirúrgicos del centro.
Baile de precios autonómico
Por si fuera poco, si el paciente europeo persiste en su decisión de operarse en el sistema público español se encontrará con 17 listas de precios distintos que deberá consultar en los BOE autonómicos para averiguar cuánto tendrá que abonar por un tratamiento que después le reembolsará su sistema de aseguramiento en las condiciones que marque su país de afiliación, tal y como marca la directiva. Una simple operación de cataratas puede costar poco más de 1.000 euros en la sanidad pública del País Vasco por los 2.997 euros fijados por decreto en Andalucía, casi tres veces más -ver tabla- y al mismo nivel que una clínica en Londres. Una artroscopia puede rondar entre los 2.200 euros de Galicia o País Vasco y los 2.994 de Andalucía.
El baile de precios sanitarios es el resultado de la falta de actualización de las tarifas. Regiones como Murcia o la Comunidad Valenciana no han modificado sus tasas de atención sanitaria desde 2005, Islas Baleares desde 2008, Andalucía en 2010, mientras que Canarias, País Vasco, Castilla-La Mancha o Madrid figuran entre las que actualizaron sus precios el año pasado, según datos facilitados por la FNCP. Desde esta Federación reconocen la complejidad a la hora de manejar las tarifas públicas que pueden variar entre hospitales de un mismo servicio de salud en función de la antigüedad del personal que opera o del horario en que se fija la intervención.
La actualización de tarifas es si cabe más urgente desde que entró en vigor la reforma sanitaria en septiembre de 2012, que obliga a los centros públicos españoles a agilizar sus procesos de facturación para cobrar a los pacientes no asegurados por el SNS y que, a la vista del fallido copago hospitalario, dista mucho de estar listo.
Sanidad quiere subsanar estas diferencias con un Real Decreto de Tarifas que fije precios comunes por cada procedimiento y sirva de referencia para las regiones, aunque todavía no ha aprobado el borrador de la norma. En cualquier caso, las tarifas públicas son además más caras que las vigentes en las clínicas privadas. Si se toma como referencia el precio máximo fijado por concertar estos servicios, la operación de cataratas puede llegar a costar la mitad en un centro privado. Serán precios que deberán estar publicados y ser accesibles a los pacientes para permitir su comparación. Una condición que obliga la directiva y que, hoy por hoy, tampoco cumplen los centros privados. Unos precios que presentan grandes variaciones si se comparan en la Unión Europea. Así, por ejemplo, el coste medio de una operación de cataratas puede oscilar entre los 1.009 euros de la República Checa y los 3.062 del Reino Unido. Un reemplazo de cadera, una de las intervenciones más frecuentes en la sanidad española, puede llegar a costar 12.681 euros en Dinamarca, frente a los 8.260 euros en Lituania, una diferencia de más de 4.000 euros que bien pueden servir a un danés para amortizar el viaje y el alojamiento al país báltico y ahorrarse todavía unos miles de euros.
Si se comparan los precios de uno de los fuertes de la sanidad española, como son los tratamientos de reproducción asistida que ofrecen los más de 200 centros especializados en España, también existen diferencias importantes. Una fertilización in vitro puede llegar a costar 5.000 euros en Londres, frente a los 1.386 de una clínica checa. Los precios en España pueden oscilar entre 2.900 y 3.586 entre distintos centros comparados por la consultora británica Intuition Communication.