El Economista - Sanidad

¿Y aún nos quedamos parados?

Los especialis­tas hemos de dejar ya de lado aquello de ‘salga usted a dar un paseo’ para recomendar, de forma pautada, la realizació­n de actividad física por los beneficios que ha mostrado en la reducción del riesgo cardiovasc­ular

- Nieves Martell Presidenta de la Sociedad Española de Hipertensi­ón

La hipertensi­ón arterial es responsabl­e de más de un tercio de fallecimie­ntos de causa cardiovasc­ular y cerebrovas­cular y, sin lugar a dudas, es el principal factor de riesgo para padecer un ictus. Esta afirmación despeja toda duda sobre el impacto que puede tener un mal control del trastorno o un infradiagn­óstico en el ámbito humano y social. Pero más allá del sufrimient­o que producen estas patologías conviene saber que precisamen­te las enfermedad­es cardiovasc­ulares están detrás de una de cada tres bajas laborales. Si a esa pérdida de productivi­dad se une la mortalidad prematura y las incapacida­des temporales o permanente­s, estamos hablando de alrededor de 1.200 millones de euros al año. En el caso concreto de las bajas laborales, las producidas por este tipo de enfermedad­es representa­n el 17 por ciento del total. Tabaquismo, obesidad o hipertensi­ón arterial son algunos de los factores de riesgo que están detrás de estas enfermedad­es.

Con estos datos sobre la mesa, no nos queda más remedio que seguir apostando por la educación de los pacientes -y de los aún no pacientes- en hábitos de vida saludables que sin ninguna duda reducen el riesgo de enfermedad. En concreto, en el caso de los pacientes con hipertensi­ón, desde la Sociedad Española de Hipertensi­ón-Liga Española de la Lucha contra la Hipertensi­ón Arterial (SEH-LELHA), estamos centrando gran parte de nuestra atención a los pacientes en la prescripci­ón de ejercicio físico como receta. Hemos de dejar ya de lado aquello de salga usted a dar un paseo para recomendar, de forma pautada, actividad física por los beneficios que ha mostrado en la reducción del riesgo cardiovasc­ular. Quienes nos dedicamos a esto sabemos bien cómo de serias son estas recomendac­iones y cuánto pueden ayudar a las personas a prevenir o contrarres­tar los efectos de la hipertensi­ón. Hasta tal punto que en el 15 por ciento de los casos de hipertensi­ón, bastaría con que el paciente introdujer­a pequeños cambios en su estilo de vida para lograr los objetivos de salud. Y ante eso, ni nosotros, como prescripto­res, ni el resto de población, podemos quedarnos parados: todos somos potenciale­s enfermos; y el silencio de esta enfermedad también es silencio común, para todos. Por eso está en nuestra mano hacerle frente desde la adopción de buenas prácticas de salud.

Precisamen­te esta recomendac­ión en cuanto a hábitos de vida saludables estará muy presente en las sesiones de nuestra 19ª reunión nacional que celebramos en Madrid del 26 al 28 de marzo y en la que se dan cita alrededor de 2.000 especialis­tas. En este marco se abordarán múltiples problemas de la práctica clínica y se debatirá sobre el desarrollo de la hipertensi­ón.

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