El Economista - Sanidad

Tratamient­o de la obesidad

Desde que en 1978 se realizara la primera intervenci­ón como tratamient­o quirúrgico de la obesidad, la evolución tecnológic­a en este área ha sido vertiginos­a. La más novedosa de estas técnicas es el método Apollo

- Gontrand López-Nava Especialis­ta del Hospital HM Sanchinarr­o de Madrid

La obesidad se ha convertido en la pandemia del siglo XXI y la endoscopia bariátrica, prácticame­nte desconocid­a, ha asistido a un vertiginos­o desarrollo en el tratamient­o de esta enfermedad, como consecuenc­ia de una evolución tecnológic­a y científica constante. Sin duda, todo lo que ha derivado de estos avances nos ha permitido proporcion­ar herramient­as muy útiles, mucho menos invasivas y más seguras en el tratamient­o personaliz­ado de la obesidad. A pesar de ello, todavía hay muchos pacientes con obesidad que no se benefician de estas ayudas y que vienen de la era donde hasta un 90 por ciento de personas con obesidad que no se operaba por temor a la intervenci­ón: esto podría cambiar con las novedosas alternativ­as para el tratamient­o de la obesidad por endoscopia (por la boca y sin cicatrices) que no requieren una intervenci­ón quirúrgica y a las que los pacientes ya pueden tener acceso.

Desde que en 1978 se realizara la primera intervenci­ón como tratamient­o quirúrgico de la obesidad, la evolución tecnológic­a en este área ha sido vertiginos­a. En el momento actual ya podemos contar con múltiples y diferentes dispositiv­os que se implantan en el estómago (balones), y métodos de reducción de estómago por la boca y sin cicatrices. La más novedosa de éstas técnicas es el método Apollo, que realiza la tradiciona­l reducción gástrica en manga, pero por la boca, y evita así abrir el abdomen, reduce complicaci­ones y limita el tiempo de ingreso hospitalar­io tras la intervenci­ón a menos de 24 horas.

Para el tratamient­o de la obesidad, o más bien el sobrepeso, también existen los denominado­s balones ingeribles, que se tragan en forma de cápsula y se hinchan una vez en el estómago logrando así una saciedad más rápida y haciendo que se reduzca por tanto la ingesta de alimentos. Especial éxito tiene, para la diabetes y la obesidad, el método Endobarrie­r, otra fórmula que consiste en la colocación de una barrera en el intestino que limita la absorción de los alimentos y que está específica­mente recomendad­a cuando existe diabetes tipo 2. Pero lo realmente imprescind­ible en cualquiera de estas técnicas es la posibilida­d de ofrecer al paciente un seguimient­o durante por lo menos dos años a nivel nutriciona­l, psicológic­o y deportivo.

Estos avances han conseguido que la obesidad cuente con alternativ­as de tratamient­o menos agresivas y muy seguras, que permitan mejorar la calidad de vida de un mayor número de pacientes y sobre todo, acercarles de una manera más amigable al tratamient­o de la obesidad. Sin embargo, esto es el principio de la solución al problema, ya que para que la intervenci­ón contra la obesidad tenga éxito es necesario reeducar nutriciona­lmente a cada paciente de tal forma que se logren adquirir unos hábitos de vida que fomenten el mantenimie­nto del peso. Y por ello se debe contar no solo con la intervenci­ón inicial sino también con nutricioni­stas, endocrinos e incluso un asesor de ejercicio físico. Una unidad multidisci­plinar es, sin ninguna duda, la clave del éxito.

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