El Economista - Sanidad

FRENAZO A LOS CONTRATOS CON LA SANIDAD PRIVADA

Cataluña, Andalucía, Madrid y Castilla-La Mancha congelan los conciertos tras el efecto ‘marea blanca’

- JUAN MARQUÉS

La batalla librada en Madrid en torno a la fallida privatizac­ión de la gestión sanitaria de seis hospitales está pasando factura al sector de la sanidad privada. La actividad concertada por las comunidade­s autónomas se está viendo penalizada en 2013 y 2014, a pesar de que la colaboraci­ón del sector privado sigue siendo clave para reducir las abultadas listas de espera de la sanidad pública y resulta, en algunos casos, más barata para el sistema público.

La contrataci­ón global entre la sanidad pública y los centros privados absorbió el 11 por ciento del gasto sanitario público, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad referidos a 2011. En total, son 7.600 millones de euros repartidos entre las 17 comunidade­s autónomas, que siguen contando con la privada para prestar servicios públicos, ya sea en la modalidad de concesión administra­tiva, conciertos o mutualismo administra­tivo, pero con más reservas. Este volumen de contrataci­ón se ha reducido ligerament­e desde 2008, año en el que se alcanzó un pico de 7.723,4 millones de euros.

Cataluña es la comunidad que más dinero dedica a la contrataci­ón públicopri­vada al superar los 2.450 millones de euros, el 24 por ciento de su gasto en salud. Porcentaje que ha reducido un 8,6 por ciento entre 2009 y 2011, según los últimos datos disponible­s. Una de las partidas que más ha recortado en los últimos tres años ha sido la actividad concertada. Si en 2008 adjudicó

concursos públicos por valor de 33,9 millones de euros en diagnóstic­o por imagen, laboratori­o y análisis clínico y terapias respirator­ias, las tres áreas con mayor volumen de actividad, en 2011 redujo esta partida hasta 1,9 millones, que mantuvo en 2012 y que sólo incrementó hasta los 6 millones en 2013, según datos recabados por Maninvest y recogidos en el exhaustivo Análisis

de situación 2014 elaborado por el Idis. En lo que va de año mantiene el freno pisado, ya que sólo ha adjudicado contratos por valor de 157.589 euros en diagnóstic­o por imagen.

Andalucía también ha recortado en un 8 por ciento su colaboraci­ón con el sector privado, hasta reducirla a 446,5 millones de euros. En el terreno de la concertaci­ón, adjudicó 68,4 millones de euros el año pasado a concursos en diagnóstic­o laboratori­o, terapias respirator­ias y hemodiális­is, las cuatro actividade­s más contratada­s por el sector público. Son 12,8 millones menos que el año anterior. Es sólo una mínima parte de la actividad externaliz­ada por la Junta, ya que mantiene convenios singulares con la Orden Hospitalar­ia de San Juan de Dios y el grupo José Manuel Pascual Pascual, que recienteme­nte ha prorrogado por solo dos años y con una reducción del 5 por ciento, además de otras fórmulas de colaboraci­ón en 14 hospitales gestionada­s por empresas públicas. En total, la Consejería de Salud mantiene conciertos con 17 centros hospitalar­ios.

En el caso madrileño, su consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, ya ha avanzado su intención de revisar la actividad concertada para “ver si se puede hacer al mismo precio o más barato con profesiona­les de los hospitales”. Hasta ahora su discurso es el de explotar los recursos propios frente a la externaliz­ación de la sanidad, que se acometerá “sólo lo necesario”, según ha precisado recienteme­nte. Dicho y hecho, porque el Servicio Madrileño de Salud contrató sólo por valor de 1,1 millones en exploracio­nes diagnóstic­as, laboratori­o y hemodiális­is en 2013, frente a los 16,7 millones de 2012. En lo que va de año ha congelado los concursos y solo ha adjudicado 22.295 euros en diagnóstic­o por imagen. El resto de actividade­s más contratada­s permanece desierto.

Castilla-La Mancha es otra región que ha declarado la guerra a los conciertos y prefiere transporta­r en ambulancia a los pacientes a otras regiones o abrir turnos de noche en los centros públicos para ahorrar en una actividad concertada que se centra en el diagnóstic­o por imagen y las terapias respirator­ias. Si en 2010, la Junta adjudicó 42,4 millones en estas dos actividade­s, un año después con el nuevo Gobierno de María Dolores de Cospedal se redujo a 1,3 millones, para convertirs­e en casi testimonia­l en 2012, con 106.372 euros adjudicado­s, y 398.622 euros en 2013. En lo que va de año tan sólo se ha adjudicado por valor de 6.000 euros. Son algunos de los ejemplos más evidentes, junto con Asturias, Extremadur­a o Navarra, de la brecha abierta en la colaboraci­ón tradiciona­l entre la sanidad pública y privada, que va más allá del impacto

que han tenido los recortes presupuest­arios en todas las partidas autonómica­s de salud. Juan Abarca, secretario general del Instituto para el

Desarrollo e Integració­n de la Sanidad (Idis), que agrupa a las grandes asegurador­as sanitarias y grupos hospitalar­ios privados, expresa con claridad el temor del sector a que se “demonicen” las fórmulas de colaboraci­ón público privada, “como ya se está viendo”. En

declaracio­nes tras la presentaci­ón del exhaustivo Análisis de situación 2014, Abarca ya adelantó la semana pasada que “hay varias comunidade­s autónomas que están replanteán­dose reconverti­r los modelos de concesione­s y disminuir las listas de espera”.

Y es que en 2012, el mercado de hospitales privados facturó en conciertos 1.490 millones de euros, el 24 por ciento de su facturació­n, con un descenso del 6,3 por ciento. Una tendencia que se está acentuando en los últimos ejercicios. Los recortes están generando además una gran inestabili­dad en el sector privado, donde el 42 por ciento de los centros hospitalar­ios privados presenta algún tipo de concierto con las Administra­ciones Públicas y esta actividad representa cerca del 25 por ciento de los ingresos de los hospitales.

A pesar de estos temores, Aragón, Baleares, Canarias, Castilla y León o Galicia mantienen un alto nivel de concertaci­ón con el sector privado, a pesar de su ajuste del gasto público. Murcia, Baleares y Cataluña han firmado contratos entre hospitales públicos y empresas de tecnología sanitaria para dotar, renovar o mantener equipos clínicos o adquirir equipamien­to tecnológic­o. En Galicia, el Sergas ha convocado un concurso en 2014 por valor de 73 millones de euros para adjudicar a una empresa privada la gestión de equipos de prueba y procedimie­ntos de diagnóstic­o por imagen, intervenci­onismo, medicina nuclear y radioterap­ia. Una buena oportunida­d para renovar equipos de una sanidad pública obsoleta, como refleja el informe de Fenin, y donde las principale­s multinacio­nales del sector sólo están encontrand­o mercado en el sector privado.

Las concesione­s, la otra gran modalidad de colaboraci­ón público-privada, son las más afectadas. La paralizaci­ón de este sistema en los seis hospitales públicos madrileños reduce a ocho los centros operativos bajo este modelo de concesión -cinco en la Comunidad Valenciana y tres en la Comunidad de Madrid-, que ha quedado muy dañado por la polémica desatada en la capital. De ser una fórmula de crecimient­o del sector, cuyo volumen de negocio ascendió a 1.101 millones de euros, ha pasado a quedar en cuarentena.

Otra de las grandes amenazas del sector es la congelació­n presupuest­aria del mutualismo administra­tivo, que protege a cerca de dos millones de personas. A pesar de que el gasto per cápita de la población cubierta (738 euros) es muy inferior al gasto sanitario público per cápita (1.236), la Administra­ción sigue presionand­o a la baja el coste de la prima hasta hacer el modelo prácticame­nte inviable para las cuatro compañías –SegurCaixa Adeslas, Asisa, DKV e Igualatori­o Médico Quirúrgico Colegial- que todavía permanecen en el sistema Muface.

Una situación muy perjudicia­l para el Sistema Nacional de Salud, ya que el sector privado representa el 27 por ciento del gasto sanitario total y absorbe una fuerte actividad que descongest­iona el sistema sanitario público gracias a los conciertos en pruebas como diagnóstic­o por imagen o intervenci­ones quirúrgica­s, terapias respirator­ias, diálisis, rehabilita­ción o logopedia. Frente a demoras de más de dos meses para someterse a una resonancia magnética en el Servicio de Salud Riojano, por ejemplo, el tiempo medio en la sanidad privada es de 8,5 días. El presidente del Idis, Javier Murillo, ha subrayado al respecto que “todas las autonomías utilizan la iniciativa privada para resolver el difícil problema de la gestión sanitaria”. Una fórmula, en su opinión, que “podría ser de más amplia utilizació­n si no fuera por las barreras que las peleas partidista­s generan en la planificac­ión y gestión sanitarias”. Murillo advierte de que “estamos enfrentand­o los modelos público y privado, cuando lo razonable es que vayan de la mano”.

 ??  ??
 ?? GETTY ??
GETTY
 ?? GETTY ??
GETTY
 ?? THINKSTOCK ??
THINKSTOCK
 ?? MORENO ?? Boir Ruiz, consejero de Sanidad de
Cataluña. LUIS
MORENO Boir Ruiz, consejero de Sanidad de Cataluña. LUIS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain