MADRID FIRMA SU PAZ SANITARIA
Empleo, estabilidad laboral y nuevos incentivos profesionales son las bases del nuevo acuerdo planteado por la Consejería de Sanidad de la Comunidad a los profesionales de la sanidad pública. A cambio, el Ejecutivo regional reduce la actividad concertada
Nada mejor que la cercanía de unas elecciones para terminar de engrasar las maltrechas relaciones con los profesionales de la sanidad pública madrileña. Es lo que está haciendo el Gobierno madrileño al negociar un ambicioso plan que se apoya en exclusiva en el uso de recursos públicos para aumentar su actividad y reducir las listas de espera.
El objetivo de la Consejería de Sanidad es lograr el apoyo y la colaboración de los profesionales sanitarios para aumentar la actividad por las tardes en los centros y hospitales públicos de la Comunidad, además de realizar cirugías y pruebas diagnósticas también los fines de semana. Se trata de dar respuesta a los pacientes que rechazan operarse en un centro hospitalario privado y prefieren el suyo de referencia para acortar los tiempos de espera. Para ello, Sanidad negocia ya con los sindicatos profesionales nuevos incentivos de productividad, al tiempo que ofrece una mayor estabilidad laboral a una plantilla sometida al duro desgaste de los recortes y la tensión del fallido proceso de privatización de la gestión sanitaria de seis hospitales públicos.
El coste de esta estrategia es nulo, según el Gobierno madrileño. “Lo que no gastamos en un sitio lo aplicamos en otro, incentivando a los profesionales para acometer la actividad en su propio hospital”, aseguró el presidente regional, Ignacio González. Con lo que el presupuesto asignado por la sanidad madrileña para concertar su actividad sanitaria con el sector privado durante 2014 se desviará en una parte que todavía no ha sido cuantificada para hacer frente al pago de los nuevos incentivos.
El presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad, Javier Murillo, se ha mostrado hasta cierto punto comprensivo con el giro que está dando Madrid al señalar recientemente que “esperemos que pasen pronto las elecciones y volvamos a trabajar y no a hacer campaña”.
Lo cierto es que el nuevo consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, apoyado por su director de Recursos Humanos, Armando Resino, es el artífice de esta paz sanitaria que, si
bien supone un cambio de rumbo, permite al presidente regional, Ignacio González, acallar las críticas y recuperar la iniciativa política en un área tan sensible para los ciudadanos.
Rodríguez y Resino han conseguido pactar con las gerencias y los jefes de servicio de los centros de salud y hospitalarios madrileños la nueva actividad, los objetivos, las condiciones y el número y categorías del personal necesario para cumplir con el plan trazado por la Comunidad. Se trata de “rentabilizar al máximo” los quirófanos, resonancias o TAC, para realizar más pruebas los sábados y domingos, según ha explicado la Consejería, sin apartarse además de los objetivos de reducción del déficit de las cuentas públicas.
De 8 a 15 horas
Una semana después de este anuncio, el portavoz socialista en materia sanitaria en la Asamblea de Madrid, José Manuel Freire, aprovechó también para reclamar una mayor actividad vespertina e instar a “aprovechar al máximo los recursos públicos”, ya que la mayoría de los centros públicos madrileños en Madrid sólo tienen plena actividad de consultas y quirófanos de 8 a 15 horas, “cuando en el resto del mundo funcionan hasta las 18, las 19 o las 20 horas”, aseguró la semana pasada en la Asamblea.
Para motivar a los profesionales, la Consejería convertirá 5.000 empleos eventuales en interinos a partir del mes de julio y de forma progresiva. Es una de las propuestas para mejorar la estabilidad laboral de estos profesionales que la Consejería negocia con las centrales sindicales de la mesa sectorial, junto con otras propuestas como la movilidad del personal sanitario o la promoción interna. Sanidad acaba así con la costosa renovación de contratos y consolida empleos. Además, desde comienzos de año, se está renovando la mayoría de los contratos eventuales, cuya duración se ha extendido hasta el 31 de diciembre, en el 92 por ciento de los contratos. El 8 por ciento restante se ha firmado a 3 y 6 meses cuando la norma era renovar mes a mes.
El otro guiño a los profesionales que ha hecho el Ejecutivo madrileño es anunciar una nueva Oferta de Empleo Público para este año de 150 nuevas plazas de especialistas en las categorías donde hay más temporalidad: radiodiagnóstico, traumatología, anestesia, ginecología, cirugía general, neurofisiología clínica y medicina interna. Plazas que se suman a las 3.571 abiertas para médicos de familia, pediatras, enfermeras, matronas, fisioterapeutas y auxiliares de enfermería, cuyas pruebas se celebrarán en septiembre.
Apoyo de sindicatos
Desde el sindicato CSIF han aplaudido el giro de la Consejería que también abrirá un proceso para que el personal laboral o funcionario que lo desee pase a ser personal estatutario con el fin de homogeneizar los regímenes jurídicos laborales, ya que el personal estatutario es el mayoritario.
Incluso el sindicato médico Amyts no ha tenido otra que reconocer que “todas las medidas habían sido reivindicadas, pactadas y acordadas desde 2007, con lo cual nos satisfacen, pese al oportunismo con que se ha hecho”, según afirmó el secretario de la central, Julián Ezquerra, en alusión a la cercanía de las elecciones europeas. Desde el sindicato reclaman una bolsa de contratación y criterios claros de baremación para realizar la conversión a interinos que tengan en cuenta la antigüedad y la formación.
Habrá que esperar a junio para saber en qué se concreta la propuesta de Madrid. Es la fecha prevista para que la Dirección General de Recursos Humanos de la Consejería de Sanidad remita a la Consejería de Hacienda el documento de las plantillas de cada centro. “Una vez aprobadas por Hacienda, se tendrá que ver cuántas plazas de interinos son posibles en cada centro, por lo que a partir de junio y julio será cuando se puedan empezar a nombrar los interinos”, señalan desde Amyts.
Son los frutos del recambio acometido en la Consejería de Sanidad para situar al frente a un político y médico tan curtido como Javier Rodríguez, que en tan sólo un par de meses ha logrado calmar las aguas y sentar las bases de una nueva relación con los profesionales.