Por un sistema sanitario único al servicio de los ciudadanos
De los cuatro modelos de sistema de salud existentes, los modelos Beveridge y Bismark son los más extendidos. Los países con modelo de Seguridad Social (Bismarck) tienen mayor gasto que los Sistemas Nacionales de Salud (Beveridge)
De los cuatro modelos de sistema de salud existentes, los modelos Beveridge y Bismark son los más extendidos en Europa. El primero se caracteriza por estar inspirado en el Informe Beveridge de 1942, manteniendo una financiación pública a través de impuestos y mediante presupuestos estatales; tiene libertad de acceso toda la población y está implantado en países como España, Italia, Portugal o Reino Unido. El modelo Bismark está inspirado en la legislación social de la Alemania de 1883. Se financia mediante cuotas pagadas por empresas y trabajadores, y la población no cubierta puede tener acceso mediante el sistema impositivo o a través de los seguros privados: este es el sistema elegido por países como Alemania, Austria o Francia. Como norma general, los países con modelo de Seguridad Social (Bismarck) tienen mayor gasto que los Sistemas Nacionales de Salud (Beveridge), en general el peso del gasto sanitario privado en España es del 28 por ciento aproximadamente frente al 72 por ciento que corresponde al gasto público.
La existencia del sistema privado actúa con diversas funciones según el país donde se implanta, en forma de doble aseguramiento -constituyéndose la opción voluntaria privada como un suplemento (como es el caso de España)- o como un complemento al aseguramiento público facilitando el acceso a servicios no cubiertos por el Sistema Nacional de Salud (SNS). También el aseguramiento privado puede ser sustitutivo del sistema público, dando cobertura a personas que no tienen acceso al SNS o que renuncian a él.
El sector sanitario privado en España representa un elevado peso en el sector productivo con 230.000 profesionales, 452 hospitales ( 52,7 por ciento total de centros hospitalarios) con 52.346 camas (y 2.900 centros médicos ambulatorios. Supone el 27 por ciento del gasto sanitario total; además, sumando al gasto privado el gasto público con la provisión privada, se alcanzan los 34.238 millones de euros, lo que supone el 3,2 por ciento del PIB. En base a los presupuestos del Estado, se ha estimado para 2014 un gasto sanitario público per cápita de 1.236 euros - el privado se ha estimado en 495 euros per cápita-.
Contribuye a la descarga y al ahorro del sistema público gracias a los más de 7,1 millones de asegurados -excluyendo los mutualistas-, que no consumen -o lo hacen de forma esporádica-los recursos del SNS. Asimismo, el sector privado descongestiona la sanidad pública, al complementar y ampliar la oferta asistencial: en 2011, los centros privados españoles fueron responsables del 29,0 por ciento de las cirugías realizadas, el 22,9 por ciento de las altas, y el 22,8 por ciento de los ingresos.
En este contexto regulatorio, la colaboración que el sector privado tiene con el sistema público a través de conciertos, convenios singulares, concesiones y mutualismo administrativo -con 2 millones de mutualistas- , ayuda a garantizar la accesibilidad a los servicios sanitarios, permite reducir listas de espera, reporta beneficios financieros y aporta flexibilidad e innovación en la gestión. Por ello, la sanidad privada es un aliado estratégico imprescindible para el sector sanitario público.
En este aspecto es necesario subrayar que todas las comunidades autónomas recurren a la contratación de servicios privados para dar respuesta a la demanda de servicios sanitarios públicos, introduciendo una mayor eficiencia al sistema sanitario. Según los datos más recientes del Ministerio de Sanidad, España destina al año, unos 7.600 millones de euros a la contratación de servicios privados.
El reto ahora se encuentra no sólo en impulsar estas formas tradicionales de colaboración, sino en encontrar otras novedosas que sirvan para dotar de solvencia y sostenibilidad al sistema sanitario. Entre ellas figura la interoperabilidad; el facilitar al paciente y sus familias el libre acceso y trasiego entre sistemas, públicos o privados, con todas las medidas de seguridad y garantías de calidad, es indispensable en un sistema sanitario global y moderno como el nuestro.
Si todos somos capaces de establecer unos criterios y estrategias básicas y claras en este contexto, lograremos más satisfacción del usuario y mejores resultados de salud mejoren, con una eficiencia ien la gestión de procesos que eviten duplicidades innecesarias. Asimismo, se verían reducidas considerablemente las listas de espera.
Pero para que todas estas aspiraciones fluyan, es necesario establecer una serie de herramientas básicas que doten de realismo a este proceso de interoperabilidad; las nuevas tecnologías nos ofrecen ese soporte necesario y hemos de aprovecharlas. El empleo de sistemas tecnológicos eficientes de información y gestión permiten aumentar la eficiencia, reducir costes y optimizar y agilizar los procesos de toma de decisiones del profesional. Sólo se puede hablar de una gestión clínica integrada y activa cuando se tienen todos los datos en todos los niveles asistenciales disponibles. Por eso es importante trabajar en la integración e interoperabilidad de los sistemas TIC.
La incorporación de la historia clínica digital a la práctica clínica en el entorno sanitario privado es ya una realidad; y los modelos de colaboración público-privada pueden suponer sin duda un impulso a esta interoperabilidad también tecnológica. La interoperabilidad a través de la historia clínica es un objetivo planteado recientemente por el Ministerio de Sanidad. Desde Idis nos parece una propuesta muy positiva, ya que persigue nuestro objetivo de romper fronteras entre lo público y lo privado. Por ello la Administración sabe que cuenta con toda nuestra proactividad y buena disposición también en esta materia.
Ante una realidad tan patente se hace urgente la necesaria reforma del modelo estratégico de nuestro sistema sanitario para dotarlo de mayor eficiencia en la gestión, solvencia y suficiencia financiera. Para ello debe contar con todos los grupos de interés que lo integran y realizar un análisis exhaustivo del ratio coste-oportunidad, tomando como base las experiencias acumuladas en los países de nuestro entorno, con sistemas de bienestar social perfectamente asentados y que nadie pone en entredicho. Es necesario subrayar que todas las comunidades autónomas recurren a la contratación de servicios privados para dar respuesta a la demanda de servicios sanitarios públicos y dar más eficiencia al sistema de salud