Ébola: diez laboratorios compiten por encontrar el primer fármaco contra el virus
Dos grandes multinacionales farmacéuticas, GSK y Johnson&Johnson, han entrado en la carrera por la investigación contra el virus del Ébola. El resto, con las compañías Mapp Biopharmaceuticals y Tekmira a la cabeza, son pequeñas firmas que han recibido fon
Hasta diez compañías farmacéuticas compiten ya por ser la primera en encontrar una solución para combatir el Ébola, un virus que se ha cobrado ya 1.552 muertes y otros 3.069 infectados, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud. Estas nueve compañías se dividen en dos grandes grupos: las que buscan un fármaco para curar a los infectados y las que quieren actuar de manera preventiva desarrollando una vacuna.
En el primer grupo, la farmacéutica más avanzada es Mapp Biopharmaceutical, dueña del fármaco experimental ZMapp administrado a los dos ciudadanos de EEUU infectados del virus de Ébola y hoy felizmente recuperados, apenas tiene 9 empleados. Fue fundada en el año 2003 por los doctores Larry Zeitlin -presidente ejecutivo- y Kevin Whaley - consejero delegado- tras haber trabajado juntos en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore. La empresa no cotiza en bolsa y apenas genera ingresos. Sin embargo, desde hace años recibe fondos del Pentágono, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, para que continúe con sus investigaciones sobre el virus del Ébola.
No es la única empresa biofarmacéutica que los recibe. Al menos otra cuatro pequeñas compañías biotecnológicas, según informó esta semana The New York Times, han recibido en los últimos años inyecciones de capital de diversos departamentos del Departamento norteamericano, como la Agencia de Defensa para la Reducción de Amenazas (DTRA), para financiar estas investigaciones. La canadiense Tekmira Pharmaceuticals, la primera compañía que saltó a la fama por su suero contra el Ébola, TKM-Ébola, firmó en 2010 un contrato con el Departamento de Defensa para investigar en este campo por 140 millones de dólares (algo más de 100 millones de euros). Tekmira sí cotiza en el Nasdaq y Toronto y en lo que va de año se ha revalorizado en torno al 200 por ciento. Otra compañía del Nasdaq, Sarepta Therapeutics, también desarrolla un compuesto, AVI-7537, que ha obtenido financiación pública del Pentágono.
En concreto, el Departamento de Defensa transfirió en 2010 a esta empresa de Boston un total de 291 millones de dólares (220 millones de euros) para desarrollar fármacos contra el Ébola y la enfermedad de Marburg, otro virus de la familia del Ébola.
En este caso, los fondos se cortaron en 2012, pero la empresa ha asegurado que actualmente tiene suficiente suministro de su producto para tratar hasta 100 pacientes. La multinacional japonesa Fujifilm -sí, la de las cámaras fotográficas- también está presente en este negocio, a través de una de sus filiales biotecnológicas, denominada Medivector, también con sede en Boston, y ya ha presentado los primeros estudios a la agencia estadounidense del medicamento, FDA, para seguir investigando en Ébola con su medicamento Favipiravir.
Mapp Biopharmaceutical, con sede en San Diego, California, arrancó su actividad en 2003, y consiguió hace dos años su resultado más prometedor hasta la fecha. La ventaja de este producto es que se trata de una píldora, más fácil de
administrar que los sueros del resto de compañías.
La última de estas cinco compañías biotecnológicas que investigan fármacos contra la enfermedad de Ébola gracias a los fondos del Pentágono se denomina BioCryst Pharmaceuticals, también con sus acciones en el Nasdaq. Esta empresa desarrolla el compuesto BCX4430, que ya está en la fase 1 de investigación tras pasar los estudios previos.
En septiembre de 2013, la compañía llegó a un acuerdo con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (Niaid) de EEUU por el que recibía 22 millones de dólares (16 millones de euros) para desarrollar su producto. BioCryst ha ganado un 11 por ciento en bolsa en el último mes.
GSK y Johnson&Johnson, con la vacuna
En el grupo de investigación de la vacuna contra el Ébola, la farmacéutica británica GlaxoSmithKline ha conseguido lo que otros laboratorios como Johnson&Johnson, Bavarian Nordic o Profectus Biosciences todavía tardarán en conseguir varios meses: probar en humanos su vacuna experimental contra la enfermedad. La vacuna de GSK será suministrada a mediados de septiembre a voluntarios saludables en Gran Bretaña y Estados Unidos para posteriormente extender su programa hasta Gambia y Mali.
Por su parte, el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de la NIH también planea pruebas en humanos de una vacuna desarrollada por científicos del Gobierno canadiense, que fue concesionada a NewLink Genetics. Igualmente la compañía Crucell, unidad de negocio de Johnson&Johnson, trabaja también mano a mano con el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de la NIH en busca de una vacuna que podría estar lista para ser probada en humanos entre 2015 y 2016.
También la danesa Bavarian Nordic ya recibió en 2012 un contrato con el Gobierno de EEUU por valor de 17,9 millones de dólares (13,6 millones de euros) para continuar desarrollando su vacuna contra la viruela Imvanex. Otras compañías, como Profectus Biosciences, en manos privadas, han probado su vacuna en primates.