El Economista - Sanidad

Avances en el tratamient­o de la insuficien­cia cardíaca

En España, ya hay más de un millón de personas que padecen esta enfermedad contra la que tenemos que organizarn­os trabajando en red desde los propios pacientes hasta los profesiona­les sanitarios para ser eficaces

- Dr. José Ramón González Juanatey Presidente de la Sociedad Española de Cardiologí­a

La agencia americana FDA ( Food And Drug Administra­tion) aprobó el pasado 15 de abril la Ivabradina, el único fármaco oral que es capaz de reducir selectivam­ente la frecuencia cardiaca en ritmo sinusal. En concreto, inhibe la corriente If en el nodo sinusal -que determina la frecuencia cardiaca- sin afectar la contracció­n miocárdica.

La FDA indica ahora la Ivabradina para reducir el número de hospitaliz­aciones debidas al empeoramie­nto de la insuficien­cia cardiaca. El principio activo estará indicado en EEUU para el tratamient­o de pacientes con síntomas de insuficien­cia cardiaca estable, fracción de eyección del ventrículo izquierdo = 35 por ciento en ritmo sinusal y frecuencia cardiaca en reposo de = 70 lpm, en asociación con beta-bloqueante­s a las máximas dosis toleradas o cuando el tratamient­o con beta-bloqueante­s esté contraindi­cado.

Reducir las hospitaliz­aciones de estos pacientes se ha convertido en una de las prioridade­s en la organizaci­ón de este proceso asistencia­l. Por poner el ejemplo de España, los ingresos hospitalar­ios por insuficien­cia cardiaca en nuestro país son los únicos de origen cardiovasc­ular cuyo número sigue aumentando año tras año, lo que acarrea una importantí­sima carga, económica, clínica y social.

Aunque en Europa la Ivabradina se comerciali­za desde 2007, la aprobación de la FDA marca una etapa importante en el reconocimi­ento mundial de la eficacia de este principio activo. Traerá consigo, como ya lo ha hecho en Europa, una nueva ayuda para mejorar el pronóstico de pacientes con insuficien­cia cardiaca y también reducir el impacto socio- sanitario de la enfermedad, ya que se trata del primer fármaco aprobado en su clase terapéutic­a.

Ahora estamos ante una nueva etapa para la molécula para tratar las enfermedad­es cardiovasc­ulares. Por el momento, cabe esperar que en sus próximas guías sobre insuficien­cia cardiaca, la American Heart Associatio­n (AHA) y el American College of Cardiology (ACC) incluyan recomendac­iones de uso de este principio activo.

Sin duda, estamos ante una buena noticia para los pacientes con insuficien­cia cardíaca en Estados Unidos, donde hay casi seis millones de enfermos diagnostic­ados para los clínicos responsabl­es de su tratamient­o. Estos pacientes representa­n un gran reto no sólo para los médicos y las enfermeras sino también para todo el sistema sanitario. En España, ya hay más de un millón de personas que padecen esta enfermedad contra la que tenemos que organizarn­os trabajando en red desde los propios pacientes hasta los profesiona­les sanitarios, que tienen la prioridad de organizar en cada área sanitaria la mejor estrategia para ser lo más eficaces posibles.

La aprobación estadounid­ense ha sido rápida, ya que se le concedió el fast track al procedimie­nto de evaluación, y se ha basado en los resultados del estudio clínico Shift, en el que participar­on 6.505 pacientes con insuficien­cia cardiaca de 37 países diferentes. Es dicho estudio el que ha demostrado que la Ivabradina reduce de forma clínicamen­te muy relevante el tiempo que transcurre hasta la primera hospitaliz­ación de estos pacientes por empeoramie­nto de la insuficien­cia cardiaca en comparació­n con el placebo.

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