700 farmacias necesitaron ayudas públicas para no cerrar
La crisis abre más la brecha de un sistema a dos velocidades entre las boticas que más y menos facturan, después de que 687 oficinas precisen ayudas públicas para no cerrar sus puertas
La mayoría de estas boticas no facturan más de 200.000 euros y están situadas en poblaciones rurales
El modelo español de farmacias tiene un roto importante que los años de crisis han abierto todavía más. La prueba de que la economía del sector está cogida por alfileres es que 687 farmacias necesitaron el año pasado ayudas públicas para no cerrar, un 13 por ciento más que las registradas en 2013. Lejos de remontar, la tendencia se agrava y amenaza la atención sanitaria de muchos municipios rurales, ya que el 94 por ciento de estas boticas que no alcanzan una facturación anual de 200.000 euros está situado fuera de capitales de provincia. Castilla y León, Navarra y Aragón son así las regiones con un mayor número de boticas subvencionadas que están repartidas por 11 comunidades. La situación económica del sector es tan precaria que el último informe elaborado por Antares revela que el 20 por ciento de la red de farmacias de 21.854 oficinas se encuentra en una situación financiera desfavorable y de ellas un cinco por ciento se enfrentaría a un “alto riesgo de liquidación o de
venderse de forma inadecuada”, bien por no encontrar fácil acceso a las financiación, estar fuertemente apalancadas con sus distribuidores o por retrasos en los pagos. De hecho, las farmacias que facturan menos de 300.000 anuales presentan un margen negativo del -21 por ciento, según una encuesta de la consultora Antares a 474 farmacias.
Recuperación de márgenes del sector
La recuperación que apuntan ya los márgenes de la farmacia tampoco alcanza a todas las oficinas, según certifica el Informe Anual de Oficina de Farmacia 2015, que elabora Aspime con datos fiscales de 2013 de una muestra de 800 oficinas. Las boticas que facturan menos de 300.000 euros al año, un 17-18 por ciento del total, no sólo no remontan el vuelo sino que retroceden a la vista de sus declaraciones de IRPF. Su margen neto antes de impuestos cayó hasta el 6,8 por ciento sobre sus ventas, frente al 7,71 por ciento registrado dos años antes. Se trata de un retroceso “imparable”, en opinión de Juan Antonio Sánchez, economista y coordinador general de la asesoría Aspime, que reclamó ayudas fiscales o la fusión de estas boticas en los municipios rurales para garantizar “su importante papel asistencial”, subrayó.
Durante la presentación del informe patrocinado por Almirall en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (Cofm), este experto advirtió de que “no hay grandes esperanzas sobre la viabilidad económica de estas farmacias”, ni tan siquiera con el actual mecanismo de ayudas públicas. A diferencia de las boticas que están en tramos superiores de ventas, donde sí se apreció una mejora generalizada de sus márgenes impulsada por las ventas libres, las farmacias más pequeñas no tienen la misma capacidad de explotar el mercado de autocuidado y dependen de las ventas de recetas públicas, que están además sometidas a deducciones y a la incertidumbre de los impagos en varias comunidades autónomas. Las ventas libres de estas boticas no alcanzan así el 30 por ciento de la facturación total, frente al peso del 41-43 por ciento que tienen en las farmacias que superan los 300.000 euros de facturación.
Otro de los grandes lastres que arrastra el sector son las devoluciones de sus ventas según tramo de facturación. Las oficinas con ventas situadas entre los 600.000 y los 900.000 euros, que son la mayoría, tuvieron que devolver una media de 17.000 euros, “un salario”, según recuerda Juan Antonio Sánchez. Enrique Granda, prologuista del informe y experto en la economía de la farmacia, propuso eliminar este sistema de deducciones
Precios de derribo
Y es que la tendencia de hundimiento de precios parece imparable. El precio medio por receta es así un 14,8 por ciento más bajo que hace once años. Pocos productos de la cesta de la compra se han devaluado tanto como los medicamentos dispensados en farmacia. El resultado es que el envase de ibuprofeno de 600 miligramos y 40 comprimidos cuesta 1,97 euros o el omeprazol -20 miligramos y 28 cápsulas- se dispensa a 2,42 euros.
La espiral de bajos precios en las recetas está afectando además de forma muy desigual al sector. Las farmacias de menor facturación, que coinciden con las de tamaño más pequeño y cuyos ingresos dependen más del número de recetas dispensadas, se están viendo más afectadas, hasta el punto de que fueron las únicas donde se registró un decrecimiento de ventas el último año.
Las ventas en el segmento de autocuidado, que crecieron un 4,2 por ciento en 2014 y que representan ya más del 32 por ciento de los ingresos de las farmacias españolas, han amortiguado el descenso de precios, sobre todo de las farmacias con mayor facturación. Las oficinas que se encuentran así en el tramo más alto de facturación tienen un 32 por ciento de venta libre mientras que las que facturan menos de 300.000 euros anuales alcanzan sólo el 26 por ciento. Estas diferencias se traducen en los importes del ticket medio de una farmacia, que oscila entre los 19,24 euros de las oficinas con menores ventas a los 22,90 euros de las que más ingresos generan.
Desde la Administración se barajan algunas medidas para apoyar al sector. La eliminación de la restricción de los descuentos que reciben las farmacias puede favorecer la economía del sector pero también abrir más la brecha entre farmacias, ya que favorecería especialmente a las farmacias con mayor poder de compra y acentuaría las diferencias.