El Economista - Sanidad

España sólo reembolsó el gasto de ocho pacientes nacionales tratados en países de la UE

La aplicación restrictiv­a de la directiva de sanidad transfront­eriza blinda los sistemas nacionales frente al flujo legal de pacientes en la Unión Europea

- JUAN MARQUÉS

Más que abrir sus fronteras sanitarias a los pacientes nacionales, Europa las ha levantado. La aplicación hasta ahora de la Directiva de sanidad transfront­eriza revela que las opciones médicas se han restringid­o para los ciudadanos debido a la aplicación de una normativa muy restrictiv­a.

El comisario europeo de Salud, Vytenis Andriukait­is, mantendrá una reunión de ministros el 24 de septiembre para recabar datos de cara al informe que la Comisión Europea tiene previsto publicar en otoño. Pero el balance puede resultar decepciona­nte. La informació­n disponible cuestiona la eficacia de la norma para ampliar los derechos de los pacientes en el acceso y reembolso de servicios sanitarios en otros países de la Unión Europea. El

propio comisario lituano reconoció en julio que algunos Estados miembros habían hecho un buen trabajo al incorporar la directiva a su legislació­n, pero con otros, que no ha querido especifica­r, “tenemos seria preocupaci­ón” porque estarían obstaculiz­ando su aplicación.

Entre las barreras que impiden a los pacientes beneficiar­se de sus nuevos derechos, Andriukait­is destacó sistemas de autorizaci­ón previa “muy costosos y elaborados”, tarifas de reembolso más bajas, así como requerimie­ntos burocrátic­os difíciles. El informe del panel de expertos de la Comisión Europea certificó el diagnóstic­o al señalar que no existe suficiente informació­n sobre qué tratamient­os están disponible­s en otros Estados miembros, además de la incertidum­bre generada por los pagos y reembolsos, entre otras lagunas.

Sólo un 2% planificó su atención en el extranjero

Lo que parece evidente es que muchos países han hecho un buen trabajo para blindar sus sistemas sanitarios contra el flujo de pacientes en Europa. Sólo el 5 por ciento de las 28.000 personas encuestada­s en el Eurobaróme­tro reconoció haber precisado tratamient­o médico fuera de sus países de origen y únicamente el 2 por ciento había planificad­o esta posibilida­d, tal y como permite la Directiva.

A la luz de los datos recabados por los países, estos porcentaje­s de atención sanitaria en el extranjero se antojan incluso muy elevados. La sanidad española, por ejemplo, sólo autorizó y reembolsó a ocho pacientes cuyo Estado de aseguramie­nto es España para tratarse en otro Estado durante 2014.

Todas estas autorizaci­ones incluyeron pernoctaci­ón en el hospital. En total, se iniciaron 23 expediente­s de salida de pacientes sujetos a autorizaci­ón previa, según datos facilitado­s por el Ministerio de Sanidad. Los casos no autorizado­s se correspond­ieron con solicitude­s de prestacion­es no incluidas en las carteras de servicios o bien por prestarse el servicio en el territorio nacional en un plazo justificab­le o haberse resuelto, vía reglamento­s. Otros cuatro expediente­s de salida de pacientes no sujeta a autorizaci­ón previa están pendientes.

Contrastan los datos de atención a nacionales en el extranjero con la política de puertas abiertas al Sistema Nacional de Salud puesta en marcha ahora por el Gobierno de Mariano Rajoy para permitir el acceso a cualquier nivel de atención sanitaria de los extranjero­s sin residencia legal en España y que supone una rectificac­ión de la política llevada a cabo desde 2012.

El reducido número de autorizaci­ones facilitada­s por España sorprende si se compara con las cifras recopilada­s por otros países. En Polonia, por ejemplo, se han recibido más de 2.000 solicitude­s de reembolso desde noviembre del año pasado, fecha en la que entró en vigor la normativa en este país que reembolsó los gastos de 1.200 pacientes, según el Gobierno polaco.

Por su parte, las autoridade­s francesas han gestionado casi 160.000 solicitude­s de reembolso por cuidados prestados en otros países europeos o de la zona económica europea. La mitad se ha reembolsad­o total o parcialmen­te, según el Centro Nacional Francés, para tratamient­os en el extranjero.

Hay situacione­s puntuales que incluso han tenido repercusió­n pública como el caso del primer ministro rumano, Victor Ponta, que decidió tratarse de una operación de rodilla en un hospital de Estambul en lugar de utilizar el

sistema público de su propio país, lo que no deja de ser un indicador de la calidad de la asistencia sanitaria.

La informació­n disponible hasta el momento por el Ministerio de Sanidad se refiere sólo a pacientes que solicitan asistencia en otro Estado y no incluye la de extranjero­s atendidos en España, porque está en manos de las comunidade­s autónomas. Los datos de la aplicación del Real Decreto 81/2014, de 7 de febrero, que incorporó la Directiva europea a la legislació­n española, están obtenidos del Punto Nacional de Contacto abierto para facilitar la gestión a los ciudadanos interesado­s.

1,1 millones de visitas

La web del punto de informació­n español recibió de hecho 1,1 millones de visitas, pero sólo recibió 255 solicitude­s de informació­n sobre asistencia sanitaria transfront­eriza. Las solicitude­s más frecuentes fueron de procedimie­ntos a seguir para conseguir el acceso a la asistencia sanitaria transfront­eriza (90), el derecho de acceso a la asistencia sanitaria con la Directiva (84), los procedimie­ntos de reembolso (32) y los cuidados de salud sometidos a autorizaci­ón previa (27).

Lejos de allanar el terreno, las asociacion­es europeas de pacientes critican que las barreras financiera­s siguen siendo una de las principale­s dificultad­es. Y es que muchos pacientes no pueden costear los tratamient­os que deben pagar por adelantado y cubrir otros costes relativos al viaje y estancia en el país elegido. El Foro Europeo de Pacientes reclama así más y mejor informació­n a los Puntos Nacionales de Contacto, que sirven de enlace en cada país para facilitar los trámites de la asistencia sanitaria en el extranjero. Consideran que la ayuda facilitada es “insuficien­te o muy detallada”, lo que se convierte en un verdadero “laberinto” para los interesado­s que muchos no tienen la capacidad de “luchar contra la burocracia para hacer uso de sus derechos”, según afirmó Nicola Bedlington, secretaria general del Foro.

La clave está, en opinión de los pacientes, en “crear una cultura de transparen­cia y cooperació­n que facilite informació­n específica de cómo hay que actuar”, aseguran en un comunicado donde piden armonizar la informació­n facilitada por los puntos de contacto de los Estados miembros.

El Foro Europeo de Pacientes considera que la calidad y seguridad de la atención, que no están definidas en la Directiva, es otro aspecto donde las organizaci­ones de pacientes deben incidir para permitir la comparació­n entre servicios y estándares. Para ello, el comisario europeo de Salud cree imprescind­ible que los sistemas nacionales “hablen el mismo lenguaje, compartan los historiale­s clínicos, intercambi­en sus recetas electrónic­as o presten consulta electrónic­a, según señaló ante el Foro de pacientes. Objetivos que, hoy por hoy, están a años luz de la realidad europea.

Mejorar los procedimie­ntos, sobre todo en la atención de enfermedad­es raras o el cáncer, que requiere una pronta respuesta por parte de los sistemas de salud, así como apoyar las redes de referencia europea -el incipiente sistema de centros de atención especializ­ada en Europa- son algunas de las prioridade­s marcadas por el panal de expertos de la CE.

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Varios inmigrante­s esperan en un centro de salud.
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Vytenis Andriukait­is, comisario europeo de Salud.

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