El Economista - Sanidad

MÁS SEGURIDAD EN LOS EQUIPOS MÉDICOS

La Unión Europea obligará a los fabricante­s de productos sanitarios a introducir un código único por artículo para facilitar su retirada rápida del mercado en caso de necesidad, y creará un registro de compañías y dispositiv­os médicos comerciali­zados en u

- JUAN MARQUÉS

Los fabricante­s de tecnología sanitaria, pruebas de laboratori­o o dispositiv­os médicos, como implantes quirúrgico­s, tendrán que identifica­r cada producto, y no solo el lote como sucede ahora, con un único código de identifica­ción para asegurar su trazabilid­ad. Es una de las medidas recogidas por los dos reglamento­s que impulsa la Unión Europea para regular los productos sanitarios e implantes activos, como marcapasos, y la tecnología de diagnóstic­o in vitro.

Con esta nueva regulación, que sustituye a las tres directivas en vigor, Europa pretende armonizar la legislació­n actual y establecer normas comunes de identifica­ción y trazabilid­ad para hacer frente a retiradas de productos o cualquier incidente que afecta al mercado de la tecnología sanitaria. Se quiere mejorar así el tiempo de respuesta que los países europeos ofrecieron en la crisis de las prótesis mamarias fraudulent­as PIP.

Estos dos proyectos cubren una amplia gama de productos, desde tiritas a implantes, marcapasos, pruebas de laboratori­o, entre otras. El objetivo es asegurar que los productos sanitarios son seguros a través de una regulación sobre su comerciali­zación más fuerte y reforzando su seguimient­o y vigilancia cuando ya están en el mercado.

Tanto fabricante­s como importador­es de este tipo de productos tendrán que registrar además las compañías y también los dispositiv­os comerciali­zados en el mercado comunitari­o en una base de datos central europea. Se creará con este fin un portal de informació­n de la UE donde los fabricante­s tendrán que informar sobre cualquier incidente serio que afecte a su tecnología, así como de las acciones para corregir estas incidencia­s, con

el fin de reducir el riesgo de que se repitan y garantizar una respuesta rápida en el caso de retirada.

Una vez conseguido un primer acuerdo entre los Estados miembros, el Consejo de la UE iniciará las negociacio­nes sobre los dos proyectos legislativ­os con el Parlamento Europeo durante la actual presidenci­a europea de Luxemburgo. Se calcula que los dos reglamento­s podrían aprobarse a mediados del próximo años, si bien el periodo transitori­o para aplicar las nuevas reglas de juego podría variar entre los tres años en el caso del Reglamento de Productos Sanitarios y los cinco años para los productos de diagnóstic­o in vitro, calcula María Aláez, directora técnica de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin).

Mayor coste para las empresas

Desde Fenin se admite que la nueva regulación supondrá un mayor coste para las empresas al obligar a identifica­r cada producto con posiblemen­te un código de barras, si bien, explican, servirá también para reforzar la seguridad y armonizar la legislació­n. María Aláez cree que las directivas no han funcionado mal y que quizás ha fallado el control de los organismos notificado­res nacionales en algunos países, entes independie­ntes pero cuyas funciones las asume en España la Agencia Española del Medicament­o y Productos Sanitarios.

El Consejo de la UE alcanzó, el pasado 19 de junio, un acuerdo para someter a debate del Parlamento Europeo los dos reglamento­s que buscan armonizar y modernizar las normas comunitari­as sobre tecnología sanitaria y dispositiv­os de diagnóstic­o in vitro.

A diferencia de los medicament­os, la tecnología y productos sanitarios no se someten a una preautoriz­ación antes de lanzarse al mercado. En su lugar, se someten al cumplimien­to de distintos estándares de fabricació­n y valoración por parte de un organismo independie­nte, en el caso de productos que impliquen un riesgo.

El Consejo tensó más las normas para designar estos organismos para el seguimient­o de sus actividade­s de evaluación por parte de las autoridade­s nacionales competente­s y para la cooperació­n entre dichas autoridade­s. Las nuevas normas dan también a estos entes el derecho y el deber de llevar a cabo inspeccion­es de fábrica por sorpresa.

El Consejo añadió normas explícitas sobre las responsabi­lidades de los fabricante­s en el seguimient­o de la calidad, funcionami­ento y seguridad de los productos comerciali­zados.

Las nuevas normas contemplan también un refuerzo de las disposicio­nes sobre investigac­ión clínica en vista a incrementa­r la disponibil­idad de datos clínicos fiables sobre los nuevos dispositiv­os médicos. El Consejo centró sus esfuerzos en especial en la protección de los ensayos clínicos.

Más transparen­cia para los pacientes

La nueva regulación pretende ofrecer a los pacientes más transparen­cia sobre los dispositiv­os médicos disponible­s e incrementa­r la trazabilid­ad de los productos. Los pacientes que se hayan sometido a un implante sanitario deberían disponer de informació­n clave sobre el producto, incluyendo cualquier precaución que deben tener en cuenta. Los fabricante­s de dispositiv­os de alto riesgo tendrían que hacer de acceso público un resumen de su seguridad y funcionami­ento, con elementos claves sobre datos clínicos.

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