La CNMC abre el debate de la liberalización de farmacias
Propone la desregulación del sector para permitir la apertura de más farmacias, la liberalización de horarios y la venta de medicamentos sin receta en los supermercados
El sector responde a Competencia sobre las perjuicios de abrir el mercado de fármacos a supermercados
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia cargó de nuevo contra la ordenación farmacéutica en España con un nuevo informe que hizo público en octubre, donde aboga por remover las restricciones para abrir nuevas farmacias y permitir la venta de medicamentos sin receta en supermercados, entre otras 26 propuestas desreguladoras del sector.
El órgano dependiente del Ministerio de Economía arremete así contra un modelo regulado de farmacias en España que siempre ha estado bajo sospecha de las autoridades de la Competencia, pero que apoyan el Ministerio de Sanidad, las Consejerías autonómicas de salud y los principales partidos políticos, según las declaraciones efectuadas por sus portavoces. Y lo hace al final de la legislatura, después de que el departamento que dirige Luis de Guindos haya tenido que retirar el anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales que la Comisión Europea ha intentado impulsar en
Navarra es la región con mayor número relativo de farmacias y con la red más subvencionada
España, donde se introducía un cambio en la titularidad y propiedad de las farmacias para permitir la entrada de capital ajeno al sector.
Las recomendaciones sobre la farmacia que el regulador ha resumido en 26 propuestas no han sorprendido a unos farmacéuticos españoles que ya tienen
callo desde que el entonces Tribunal de Defensa de la Competencia en 1993 cuestionase las bases del monopsonio de venta de medicamentos. En dicho informe se atacaron las restricciones de apertura de nuevas boticas basadas en módulos de población y distancia, amén de otras limitaciones sobre horarios de apertura y publicidad, o las condiciones de titularidad y propiedad de estos establecimientos, que sólo pueden estar en manos exclusivas de farmacéuticos y que impiden la creación de cadenas de farmacia, según la regulación vigente.
Entonces, como hoy, los colegios farmacéuticos han contraatacado casi con los mismos argumentos recogidos en el informe elaborado por los economistas Ramón Tamames y Gerardo Ortega, donde se defendían los actuales criterios de regulación de las farmacias como mejor forma de garantizar un acceso a los medicamentos cercano y en igualdad de condiciones a la población y se advertía, además, de las consecuencias de promover una liberalización en el sector a la sudamericana, que provocó una proliferación de aperturas de farmacias en los centros de las ciudades y un desabastecimiento de fármacos en zonas menos pobladas o rurales.
Ha pasado mucho tiempo desde 1993 y por el camino las farmacias han cerrado filas frente a Bruselas con varias sentencias del Tribunal de Justicia de
la UE que han blindado el sistema. También han tenido que enfrentar regulaciones autonómicas dispares que tampoco han logrado cambiar las bases de la ordenación farmacéutica, aunque sí las han erosionado. Es el caso de Navarra, que en 2000 aprobó una ley de ordenación farmacéutica que determinó el número mínimo de farmacias necesario para asegurar una adecuada cobertura geográfica, en lugar del número máximo de farmacias por ratio de habitantes vigente en la legislación básica del Estado. Este cambio ha hecho de Navarra la región con más boticas, con una farmacia por cada 1.066 habitantes frente a la media nacional de un establecimiento por cada 2.140 habitantes, pero también la que posee la red más subvencionada. El 12 por ciento (72 oficinas) de las 601 boticas abiertas en la Comunidad Foral necesita ayudas públicas, frente a la media nacional del 3,10 por ciento.
¿Faltan o sobran farmacias en España?
Los farmacéuticos se preguntan si hacen falta más farmacias cuando el Gobierno subvenciona ya a 687 que no alcanzan los 200.000 euros de ventas públicas al año por no ser rentables. Si se compara con Europa, la red española de 21.854 farmacias es una de las más extensas, sólo superada por Malta, Chipre y Grecia, países que no son comparables por demografía ni extensión. Los farmacéuticos alegan además que la libertad de apertura no conduce a más farmacias, ni tampoco a una mayor competencia, ya que los precios de los fármacos con receta están intervenidos por el Estado. Países como Alemania, Francia e Italia tienen menos establecimientos que España con mayor población y otros, como Reino Unido u Holanda, donde no hay restricciones legales para abrir boticas, tienen ratios de 4.452 y 8.467 habitantes por farmacia, respectivamente.
Competencia propone además la venta de fármacos que no necesitan receta en supermercados y otros canales de distribución. Estos medicamentos ya se pueden comprar en Internet a través de farmacias autorizadas. Los farmacéuticos anteponen razones sanitarias para rechazar esta medida, ya que, en su opinión, derivaría en un mayor nivel de automedicación que podría provocar un incremento de las visitas a Urgencias o de ingresos hospitalarios. La recomendación de Competencia supondría un duro golpe para la economía de la farmacia, ya que los productos de autocuidado han permitido mantener las ventas de este sector ante los fuertes recortes en el gasto público en medicamentos de los últimos años.
Otra de las propuestas es liberalizar los horarios y la publicidad de las farmacias, posibilidad que está prohibida en España por entender que puede inducir al consumo de medicamentos. La lucha por horarios de apertura libre en los años noventa provocó un cambio en la legislación para posibilitar que las boticas abriesen las 24 horas, como ya sucede en la actualidad. Las leyes de ordenación autonómica reconocen esta posibilidad, pero obligan a las farmacias que realizan horarios por encima de los mínimos establecidos a comunicarlos a las autoridades sanitarias, para organizar los servicios de guardias, vacaciones o urgencias que prestan estos establecimientos.