La seguridad de los pacientes
Una de las primeras preguntas que un paciente se plantea cuando debe pasar por una determinada intervención sanitaria es preguntarse cuáles son los riesgos que comporta y cuáles son los posibles beneficios. Frente a esta disyuntiva debe hacer balance y decidir si hará o no aquello que le propone el profesional sanitario. Este proceso de decisión asume que las intervenciones sanitarias, sea por la administración de un medicamento, por una intervención quirúrgica o por cualquier otra intervención, implica un determinado riesgo.
Los avances científicos y tecnológicos han supuesto una mayor complejidad y una mayor eficacia en la atención sanitaria, que ha ido acompañada de un incremento de los riesgos. A mayor complejidad, más riegos. Además la actual atención sanitaria requiere, para su adecuada práctica, la intervención de equipos con diferentes disciplinas y especialidades, lo que puede comportar un cierto grado de fragmentación de la atención, y a la vez, posibles errores. Es muy conveniente pensar que una atención sanitaria de calidad, además de producir beneficios para los pacientes, aunque sea de calidad, también supone riesgos y ejercer de ciudadano responsable implica aceptar este cierto grado de incertidumbre.
La seguridad de los pacientes es una nueva disciplina en el campo de la salud que tiene por objeto la reducción de los riesgos mediante la reducción de errores que potencialmente pueden conducir a los eventos adversos con el consecuente daño al paciente. Se han hecho muchos estudios sobre la seguridad del paciente en los últimos años y nos aportan unos datos que nos hacen pensar en la necesidad de impulsar estrategias para mejorar la actual situación.
Los daños atribuibles a los eventos de la atención sanitaria tienen un impacto no menor. Una parte muy alta del daño que se produce es evitable. Se podría decir que hay personas que pueden morir, sufrir daños, alargar su estancia hospitalaria o simplemente molestias a consecuencia de los problemas de seguridad del sistema.
La gestión de la seguridad del paciente implica de forma inicial identificar los riesgos, notificar e informar de los incidentes de seguridad así como analizar las quejas y denuncias. Este es el punto de partida que permite diagnosticar la situación de las organizaciones sanitarias en relación a la seguridad de los pacientes. Pero no nos podemos conformar con el diagnóstico y debemos pasar al tratamiento. Hacer el diagnóstico de la situación tiene como principal objetivo aprender de los errores de la organización para poner en marcha tratamientos que permitan reducir los riesgos lo máximo posible y que los profesionales incorporen en su práctica diaria la gestión de riesgos.
El estudio de las causas es una fuente de aprendizaje para las organizaciones y para la comunidad sanitaria. Es muy útil crear sistemas de notificación que tendrán como objetivo aprender de los errores y compartir con otros profesionales de