Cuatro claves de mejora en la evaluación económica de la innovación
incorporar los costes derivado de la llamada perspectiva social a la evaluación económica y a la decisión crítica de financiación-reembolso de los nuevos medicamentos que en España sólo tiene en cuenta el impacto en los presupuestos de Farmacia, como subraya el último informe de la Fundación Gaspar Casal.
Hay mucho en juego porque la fijación de precio consume mucho tiempo en el tira y afloja entre la Administración y las compañías, a las que hay que unir las ineficiencias introducidas por las comunidades autónomas. El resultado es que en España, desde que la Agencia Europea del Medicamento aprueba un medicamento hasta que se financia, pasaban 230 días en 2009, que se dispararon hasta los 431 en 2013, según datos publicados en la Revista Española de Salud Pública.
El debate está servido en un momento en que desde la Comisión Europea se pide desvincular el precio de los fármacos de la I+D y gobiernos, como el español, trabajan en la nueva metodología para medir la innovación. El Ministerio de Sanidad ha avanzado ya un sistema que puntuará con un máximo de 100 puntos los distintos grados de novedad que incorporen los futuros medicamentos. Se trataría de un instrumento de ayuda para la Comisión Interministerial de Precios de los fármacos a la hora de decidir el precio y financiación de las nuevas terapias, según explicó en octubre el director general de Cartera de Servicios y Farmacia de Sanidad, Agustín Rivero.
Los expertos entrevistados apuntan la conveniencia de incluir de forma gradual los costes indirectos en la toma de decisiones de precio y reembolso de fármacos, pero tras una estandarización de la metodología de cálculo y del peso relativo que los costes indirectos debieran tener en la evaluación.
El profesor titular de Fundamentos del Análisis Económico de Universidad de Castilla La Mancha, Juan Oliva, señala que “dicha información no sustituye sino complementa a la información epidemiológica y sanitaria sobre problemas de salud, y puede ser una herramienta útil en el apoyo de la planificación de políticas públicas y dar soporte a la toma de decisiones sobre asignación de recursos en políticas de salud”. Los expertos reclaman un esfuerzo de transparencia sobre qué perspectiva se considera, qué costes y cómo deben incluirse en la evaluación. Otra necesidad es que la Administración facilite una base de datos de micro-costes sanitarios del SNS, con sus desviaciones por Comunidades para estandarizar su análisis en las evaluaciones económicas. Faltan estándares del método de cálculo para calcular los costes indirectos o una base de datos con los días de baja asociadas al código identificador de enfermedad.