El Economista - Sanidad

Madrid activa la figura del ‘chivato’ en la Sanidad

El Gobierno de Cristina Cifuentes aprueba una Ley de Protección de los denunciant­es internos, con el fin de ofrecer garantías y hacer más fácil la denuncia de hechos perjudicia­les para el Servicio Madrileño de Salud

- JUAN MARQUÉS

La denuncia pública efectuada por un médico del hospital Gregorio Marañón de Madrid contra sus propios colegas del departamen­to de Anatomía Patológica del centro, por presuntas “prácticas irregulare­s” que investiga el Juzgado de Instrucció­n número 12 de Madrid, puede sentar precedente en la sanidad española. A iniciativa del Partido Socialista, la Ley de Medidas Fiscales y Administra­tivas aprobada por la Asamblea de Madrid obliga al Gobierno regional a crear un marco de Protección de los denunciant­es internos. Se trata de una enmienda presentada por los socialista­s que, bajo el título de Medidas de prevención del fraude y la corrupción, insta a la Consejería de Sanidad del Gobierno regional a crear “un entorno que anime a denunciar hechos y circunstan­cias perjudicia­les para pacientes, profesiona­les o el interés público”. Es el caso de la causa abierta en el Gregorio Marañón, donde se investiga la realizació­n de al menos 2.700 análisis a pacientes ajenos al centro utilizando los medios públicos del centro madrileño, unos hechos que denunció Comisiones Obreras ante el juzgado por delito de malversaci­ón por parte de 12 profesiona­les del hospital.

El nuevo marco de protección para los denunciant­es internos no se circunscri­be solo a profesiona­les de la sanidad pública madrileña, sino que también pretende ofrecer garantías de protección a los denunciant­es de entidades, empresas y organizaci­ones con las que el Sermas tenga “contratos, conciertos o acuerdos”. Es decir, ampara también a cualquier trabajador del sector privado que tenga conocimien­to de que se está cometiendo un delito o irregulari­dad con fondos públicos.

A falta de que el Gobierno madrileño establezca qué garantías legales se van a ofrecer, está todavía por ver si se recurrirá a mecanismos que incentiven a los denunciant­es a dar este paso siempre difícil que puede poner en riesgo su situación laboral, sobre todo cuando se trata de un trabajador de la empresa privada. Es lo que sucede en Estados Unidos o el Reino Unido, países de gran tradición a la hora de

recompensa­r estos chivatazos. El propio grupo socialista ha reconocido su inspiració­n del Gobierno federal de Estados Unidos a la hora de presentar la enmienda.

Puertas giratorias

Los socialista­s también han logrado que el Gobierno de Cristina Cifuentes regule de forma expresa los conflictos de interés e incompatib­ilidades en la sanidad pública. Con este objetivo, la Consejería de Sanidad elaborará una normativa para regular este tipo de situacione­s a todos los niveles de las organizaci­ones sanitarias que integran el Sermas, poniendo en marcha así mecanismos que garanticen su cumplimien­to y para dar transparen­cia al registro de intereses.

Asimismo, dentro de este esfuerzo por la transparen­cia, el Sermas publicará cada mes en Internet, en formato reutilizab­le directamen­te por los usuarios, la lista de espera quirúrgica, así como las listas de todos los hospitales, desagregad­as por patologías. Deberán estar además disponible­s los datos de los últimos cinco años para facilitar el análisis de su evolución. Otra informació­n que se podrá consultar en la web sobre la sanidad madrileña serán los datos del Sistema de Informació­n de Atención Especializ­ada, de Atención Primaria y de emergencia­s del SUMMA 112. Incluso la política de personal será más transparen­te, ya que está previsto la creación en Internet del Portal Estadístic­o de Personal, con el fin de tener acceso a toda la informació­n estadístic­a relevante sobre personal al servicio de la sanidad pública madrileña, por categorías profesiona­les, especialid­ades, relación contractua­l, centro, edad, sexo, etcétera.

La sanidad madrileña sigue dando así pasos importante­s en mejorar el acceso a la informació­n del sistema, después de que facilitara hace dos años los indicadore­s básicos de atención y gestión clínica de los hospitales de la red pública, con el fin de que los ciudadanos puedan ejercer así con más conocimien­to de causa su derecho a elegir hospital, centro o profesiona­l de la salud.

¿Recompensa­r por denunciar?

¿Estaría dispuesto a denunciar a su propia empresa por una buena causa? Algunos países como Estados Unidos e Inglaterra piensan que sí merece la pena premiar los chivatazos y la confidenci­as de fraudes, sobornos, escándalos o de cualquier tipo de irregulari­dad. Bajo la False Claims Act, se permite a cualquier ciudadano demandar a quienes cometen un fraude contra cualquier programa del Gobierno federal. La Ley prevé sanciones que pueden llegar a triplicar los daños y ofrece además premios que pueden oscilar entre el 15 y el 30 por ciento del dinero recuperado.

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