Terreno resbaladizo
De lo que no hay duda es que, con los descuentos, la farmacia entra en terreno resbaladizo. Antes de que se limitasen, los rappel aplicados en las compras podrían alcanzar un volumen de ventas equivalente al 40 por ciento del total. Y, a pesar de que la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia ha reclamado su liberalización, no es menos cierto que está sometiendo al sector a un especial escrutinio, hasta el punto de publicar el año pasado dos informes críticos con la actual regulación de la farmacia.
Tanto los colegios de farmacéuticos como los expertos han subrayado, por ello, la necesidad de ir con pies de plomo y reflejar los descuentos en la factura, como obliga la norma. Los laboratorios y los mayoristas deberán además llevar un registro mensual de los descuentos aplicados a los medicamentos y productos financiados por el sistema público, registro que estará interconectado con el Ministerio de Sanidad y que, de momento, está pendiente de desarrollo reglamentario.
Dicho registro permitirá a las autoridades sanitarias conocer de primera mano el margen que existe para aplicar nuevas rebajas de precios y apretar así aún más en la negociación de precios con los laboratorios a través de una nueva revisión de tarifas. No hay que olvidar que Competencia está abogando por que parte de los descuentos aplicados en el medicamento se trasladen al paciente y al Sistema Nacional de Salud, recuerda el experto.