Dispositivos, ‘big data’ y ‘analytics’ en la industria de la salud
Con el volumen de datos del que dispone la industria de la salud, el reto de las organizaciones radica en aprender a aprovechar los datos y utilizarlos para mejorar la atención al paciente y abrir nuevas vías para la investigación médica
En un momento en el que el uso de dispositivos wearable como relojes inteligentes, medidores de actividad física, e incluso ropa y zapatos se está generalizando, el objetivo es ahora utilizarlos para cuidar la salud de las personas, mejorar los resultados para el paciente, racionalizar los procesos manuales y abrir nuevas vías para la investigación médica y la epidemiología.
Actualmente existen dispositivos wearable que pueden monitorizar y medir diferentes coordenadas de sus portadores -tales como su actividad, su ritmo cardíaco y otros signos vitales-, recompensar a los usuarios por sus actividades y hábitos saludables, además de alertar tanto al usuario como a terceros -servicios de emergencia o miembros de la familiacuando surgen problemas. Al aprovechar la tecnología sanitaria wearable como fuente de información conectada, con un sentido de comunidad y para la gamificación, los líderes del sector sanitario cuentan con nuevas formas de interactuar con sus pacientes y generar informes precisos y a largo plazo sobre la salud de los individuos y las comunidades.
Los dispositivos wearable son tanto generadores de datos, puesto que recogen y transmiten los datos de los usuarios, como consumidores de los mismos, al recibir y mostrar información sobre el estado y progresos de los portadores. Son un gran ejemplo de generación de Big Data, a gran velocidad, volumen y variedad. Como en cualquier escenario de Big Data, transformar estos datos en conocimiento y acciones requiere capacidades de analytics potentes y escalables, visualización de datos y una plataforma de información transparente.
Los wearable tienen muchas características en común con las redes de sensores de las aplicaciones del Internet de las Cosas (IoT), pero la salud añade complejidades adicionales, especialmente en materia de seguridad. Cuando los datos personales de salud de un individuo entran en juego nos encontramos con leyes más complicadas, regulaciones de seguridad y preocupaciones en torno a la privacidad. Según un informe de IDC, se prevé que el mercado de wearables alcance 126,1 millones de unidades en 2019. Si a esto le sumamos el volumen de datos del que dispone la industria de la salud, el reto de las organizaciones radica en aprender a aprovechar los datos y utilizarlos para mejorar la atención al paciente. Estamos siendo testigos de un debate sobre los beneficios potenciales del uso de dispositivos wearable en el sector sanitario. En este sentido, podemos encontrar multitud
Marck Gamble Director senior de Analytics y Reporting en OpenText Los proveedores del sector sanitario deben garantizar que disponen de los sistemas adecuados para proteger la privacidad del paciente, teniendo en cuenta el creciente volumen y variedad de datos, con plataformas seguras
de ejemplos de uso:
• Una persona en observación por enfermedad cardíaca puede utilizar un dispositivo wearable para controlar su ritmo cardíaco 24 horas al día. Este permite la recogida de datos tanto históricos como en tiempo real y la plataforma permite un análisis en profundidad de dichos datos.
• Recibir alertas a través de un smartwatch puede animar a un comportamiento saludable, como caminar, y a adoptar hábitos positivos, tales como dormir lo suficiente. Este tipo de usos están pensados para la gamificación, es decir, si el usuario camina un cierto número de pasos consigue recompensas. Las personas son más propensas a usar estos dispositivos si suponen un elemento de diversión y aportan un reconocimiento positivo.
• Estos dispositivos permiten que los datos de un gran número de usuarios puedan convertirse en anónimos y agregarse para realizar estudios epidemiológicos. También pueden ser segmentados geográficamente, por nivel de actividad, y demográficamente, si los usuarios lo autorizan.
• Un dispositivo wearable sincronizado con un smartphone con GPS puede transmitir las coordenadas y los datos pertinentes a equipos de primeros auxilios en caso de una emergencia e incluso alertar a los miembros de la familia.
• Un cirujano que lleve gafas inteligentes durante una operación puede monitorizar los signos vitales de los pacientes y otros equipos médicos en tiempo real, sin apartarse del paciente. Como indican estos ejemplos, una plataforma para
wearables en el sector sanitario tiene que operar a un nivel micro, enviando alertas personalizadas, recomendaciones y acciones a las personas en base a sus propios datos; pero también debería permitir el macro-análisis de grandes cantidades de información para identificar tendencias y correlaciones dentro de grandes poblaciones.
La capacidad de analizar los datos a gran escala no sólo es una gran expectativa para la investigación médica, sino que también mejora el valor del dispositivo wearable para el usuario. Por ejemplo, una plataforma inteligente con acceso a datos individuales y agregados puede percibir la diferencia entre un pico de frecuencia cardíaca debido al ejercicio y un episodio cardíaco que requiera atención urgente e intervención; todo ello sobre una base individual y no sólo partiendo de un umbral preestablecido.
Sin embargo, con este volumen de datos a gran escala, los proveedores no deben olvidarse de los conceptos básicos de la gestión de datos en el sector sanitario. Los datos de salud son especialmente sensibles tanto en un sentido legal, ya que esta información se clasifica como sensible en la ley de protección de datos de la UE; como en el sentido de la confianza de los consumidores. Por tanto, una plataforma que permita al uso de estos dispositivos en este sector requiere una base robusta y segura.
Los proveedores del sector sanitario deben garantizar que disponen de los sistemas adecuados para proteger la privacidad del paciente, teniendo en cuenta el creciente volumen y variedad de datos. De lo contrario podrían llegar a perder el acceso a esta fuente de datos increíblemente útil que supone la tecnología wearable.