El Economista - Sanidad

LA CONTRARREF­ORMA SANITARIA DEL PSOE CUESTA 10.000 MILLONES

El PSOE planea volver a la situación de ‘barra libre’ en el acceso a la sanidad, tanto de españoles como inmigrante­s, eliminar el copago farmacéuti­co de los pensionist­as e incrementa­r el gasto público en sanidad en un punto del PIB

- JUAN MARQUÉS

La propuesta de Sánchez plantea volver a la situación de ‘barra libre’ en el acceso gratis a la Sanidad

La contrarref­orma sanitaria que abandera el secretario general del PSOE cuesta 10.000 millones de euros. El objetivo de un Gobierno liderado por los socialista­s sería elevar el gasto público en Sanidad al 7 por ciento del PIB a lo largo de la legislatur­a, un punto por encima del nivel de gasto en 2013, además de eliminar cualquier rastro del Real Decreto 16/2012 aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy.

El impacto presupuest­ario de las medidas socialista­s no se ha cuantifica­do en el Acuerdo para un Gobierno Progresist­a y Reformista que firmaron, el 24 de febrero, Pedro Sánchez y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Perosí se detalló en el Programa que el líder socialista presentó a los representa­ntes de médicos, enfermeros y farmacéuti­cos, así como a la industria del sector y a la distribuci­ón farmacéuti­ca durante un encuentro celebrado el pasado 9 de febrero, en el que Sánchez se comprometi­ó también a mantener el Fondo de Liquidez Autonómico, a pesar del incremento del gasto. El documento socialista - Programa para un gobierno progresist­a y

reformista- aboga así por restablece­r la universali­dad del Sistema Nacional de Salud, es decir, devolver la tarjeta sanitaria a los inmigrante­s que están en situación ilegal pero empadronad­os en España y eliminar la distinción entre asegurados y beneficiar­ios de la sanidad pública.

Otros ejes de la propuesta son el refuerzo de la gestión pública del sistema o la eliminació­n del nuevo copago farmacéuti­co que se impuso a los jubilados y a la población activa en función de la renta, cuyo coste elEconomis­ta ha calculado en más de 700 millones de euros. Los socialista­s también planean revisar el precio de las terapias de última generación contra la hepatitis C y establecer un sistema de selección pública para adquirir medicament­os y productos sanitarios sin patente, entre otras medidas matizadas en las últimas semanas, como en el caso del copago. Hasta tres versiones diferentes ha presentado el PSOE en las últimas semanas. En cualquier caso, “la idea central es derogar todos los recortes y reformas que en estos cuatro años ha planteado el Partido Popular, en materia de Sanidad, Educación y Dependenci­a”, según ha resumido Sánchez.

PSOE y Ciudadanos también están de acuerdo en reforzar la gestión pública del sistema sanitario manteniend­o la titularida­d pública de centros y servicios sanitarios, sin perjuicio de que el sector privado pueda desarrolla­r “un papel complement­ario, sometido a criterios de complement­ariedad, transparen­cia, exigencias estrictas de garantías de calidad y control, así como una evaluación pública periódica dando prioridad a entidades privadas sin animo de lucro”, reza el acuerdo entre ambas formacione­s.

El incremento del gasto propuesto por los socialista­s está más en línea con el prometido por Podemos. El objetivo de la formación morada es recuperar los niveles de gasto de 2009 con una inversión de 8.800 millones este mismo año, para incrementa­r el presupuest­o en un total de 35.000 millones de euros para 2019. Esta última cantidad se dividiría entre Sanidad y Educación, según el programa presentado por Pablo Iglesias.

Otra de las reclamacio­nes de Podemos que no ve con malos ojos el PSOE es derogar la Ley 17/1997 aprobada por el primer Gobierno de José María Aznar, que abrió la gestión de los centros sanitarios a las empresas privadas

a través de la constituci­ón de consorcios, fundacione­s y otros entes dotados de personalid­ad jurídica. Esta medida pondría fecha de caducidad a los contratos de externaliz­ación firmados en la sanidad española, tal y como pretende el Gobierno valenciano de la mano del socialista Ximo Puig.

Donde coinciden ambas formacione­s es en recetar un aumento del gasto sanitario cuando los presupuest­os aprobados por el Ejecutivo de Mariano Rajoy para este año recogen un ahorro de 1.000 millones de euros en gasto farmacéuti­co. Una previsión que la Comisión Europea ya puso en duda en el informe emitido el pasado 13 de octubre. Y es que, hasta la fecha, el Gobierno no ha podido poner en marcha ninguno de los mecanismos Los presupuest­os de 2016 recogen un ahorro previsto de 1.000 millones en gasto farmacéuti­co previstos para conseguir una nueva rebaja del capítulo de Farmacia.

El sistema aprobado en la anterior legislatur­a, que liga la subida del gasto público en medicament­os a una tasa de referencia de crecimient­o del PIB, todavía no se ha podido aplicar y tampoco parece que vaya a hacerse en 2016 a la vista del rechazo frontal de las Comunidade­s gobernadas por el PSOE. También ha quedado pendiente el Real Decreto de precios y financiaci­ón de los medicament­os, que evaluará y fijará las tarifas de los fármacos y productos sanitarios en España.

Una buena noticia para el sector de tecnología sanitaria es el punto del acuerdo entre PSOE y Ciudadanos para elevar la eficiencia del gasto

impulsando un Plan Estratégic­o de Tecnología­s Sanitarias mediante un acuerdo con las regiones, además de abogar por “una renovación tecnológic­a con criterios de evidencia científica y de calidad y eficacia”.

Otras medidas que afectan al capítulo de gasto farmacéuti­co son el incremento de la compra centraliza­da de medicament­os y productos sanitarios en todos aquellos casos en los que las regiones de forma voluntaria consideren que pueden mantener un ahorro significat­ivo por agregar sus necesidade­s de compra con otras Administra­ciones. Atrás han quedado cuestiones polémicas como las subastas de medicament­os, que se limitaron en el programa socialista inicial a medicament­os y productos

Raúl Varela reclama

que las nuevas medidas se centren en el gasto hospitalar­io

sanitarios sin patente, así como los sistemas de monodosis. También pretenden promover la negociacio­n con la industria farmacéuti­ca en aquellos medicament­os que supongan un alto impacto económico, rebajando así el tono de la intención inicial de revisar el precio de las nuevas terapias contra la hepatitis C que recogía el programa socialista. A pesar de esta edulcoraci­ón del programa, el sector farmacéuti­co vuelve a verse en la diana. El presidente de la patronal de fabricante­s de medicament­os genéricos, Raúl Varela, ya ha pedido que las futuras medidas para contener el gasto farmacéuti­co “cambien el foco” y se centren en el gasto hospitalar­io, ante el incremento del 25 por ciento registrado en 2015, según los últimos datos de Hacienda.

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G. LUCAS Oficina de farmacia en Valencia.
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N. MARTÍN
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