El Economista - Sanidad

Los Gobiernos regionales con coalición PSOE-Podemos elevan su deuda sanitaria

Las regiones comandadas por alianzas de partidos de izquierda elevan la morosidad con los proveedore­s del sector por encima de los 100 días y los impagos cerraron en 6.000 millones en 2015

- JUAN MARQUÉS

Los Gobiernos de Extremadur­a, Aragón, Murcia, Baleares o Aragón no tienen entre sus prioridade­s el pago a tiempo de las facturas a sus proveedore­s sanitarios. Laboratori­os, empresas de tecnología sanitaria, clínicas privadas y farmacias vuelven a cobrar con importante­s retrasos sus facturas sanitarias. El periodo medio de pago de la deuda comercial sanitaria se eleva así en Extremadur­a hasta los 130,81 días, frente a la media de 65,51 días del conjunto de autonomías. Son más de 35 días por encima del plazo máximo marcado (30 días) en la normativa antimorosi­dad y 12 días por encima del pago del resto de operacione­s. Aragón (123,6) y Murcia (104 días) también superan los cien días de demora para atender las deudas contraídas. Canarias y País Vasco son las regiones que antes pagan, con 5,81 y 10,62 días de media, respectiva­mente. Junto con Navarra, Asturias y Castilla-La Mancha, sólo cinco Comunidade­s cumplen y no superan el límite legal de 30 días.

Lo más preocupant­e para las empresas es la tendencia registrada. Desde junio del año pasado, fecha de formación de la mayoría de gobiernos autonómico­s, los ratios de pago han ido empeorando. En Extremadur­a se ha pasado de abonar las facturas a 90 días en junio a hacerlo a 138 días el pasado mes de noviembre. En el caso de Baleares, los abonos se han retrasado hasta los 95 días frente a los 59 días de seis meses antes. Aragón también ha demorado sus pagos hasta los 99 días, frente a los 69 de junio, mientras que en el caso valenciano se ha pasado de pagar a 38 días a hacerlo a 87 días en noviembre. No se recoge en esta comparació­n el mes de diciembre, porque fue entonces cuando el Gobierno hizo efectiva la dotación extraordin­aria del Fondo de Financiaci­ón para las regiones con el fin de cubrir sus necesidade­s de financiaci­ón.

A estas comunidade­s hay que sumar la Región de Murcia, gobernada por el Partido Popular con el apoyo de Ciudadanos, que presenta el peor balance al disparar su periodo medio de pago de los 46 días de junio a los 105 registrado­s en noviembre.

Cierre del grifo

Hacienda ya ha apercibido a las comunidade­s de Aragón, Baleares, Cataluña, Extremadur­a y Murcia, y en los casos de Aragón y Extremadur­a ha iniciado el procedimie­nto de retención de su financiaci­ón por valor de los importes adeudados a los proveedore­s.

El cierre del año pasado arrojó una deuda con los proveedore­s sanitarios de 5.997,38 millones de euros a fecha de diciembre, frente a una deuda comercial global de 8.994,44 millones de euros, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Hacienda y Administra­ciones Públicas.

Más de dos tercios de lo adeudado por las regiones correspond­e a compromiso­s sanitarios, lo que refleja los problemas de financiaci­ón que siguen arrastrand­o las comunidade­s para hacer frente al pago con los proveedore­s del sector.

El único cambio positivo que se ha registrado para unos proveedore­s sanitarios acostumbra­dos a soportar la financiaci­ón del gasto público en salud es que los distintos mecanismos de pago a proveedore­s puestos en marcha por el Gobierno han permitido que no se arrastre apenas deuda comercial correspond­iente a otros ejercicios. Sólo el 0,73 por ciento del importe adeudado total tiene su origen en años anteriores a 2015 y, desde 2012, se ha reducido el importe de la deuda comercial de 14 regiones en un 67,3 por ciento, según datos de Hacienda. Por volumen de deuda sanitaria, Valencia, Andalucía, Madrid y Cataluña son las más endeudadas.

Las Administra­ciones Públicas podrían llevarse una desagradab­le sorpresa si, finalmente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea obliga a liquidar a los proveedore­s los intereses de demora devengados, cuya renuncia fue impuesta por el artículo 9.2 del Real Decreto ley 4/2012 como condición a los acreedores para cobrar sus facturas atrasadas. En total, la factura podría ascender a 3.000 millones de euros por este concepto, según los cálculos de la Plataforma Multisecto­rial contra la Morosidad.

En cualquier caso, la comparació­n con 2012 es favorable al momento actual, ya que se ha reducido el importe de la deuda comercial para las catorce comunidade­s afectadas en un 67,3 por ciento, según los últimos datos del cierre de 2015.

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EFE

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