La inversión en tecnología se activa
Los fabricantes de equipos médicos facturan 7.000 millones de euros en 2015 y confían en que la exigencia de nuevos recortes no trunque el plan de inversiones
Los fabricantes de equipos médicos facturaron 7.000 millones de euros en 2015
La renovación del parque tecnológico sanitario ya ha comenzado aunque no al ritmo que la situación de obsolescencia generalizada de la sanidad española requiere. Las empresas de tecnología sanitaria han avanzado que este mercado creció el año pasado el 1,5 por ciento, hasta obtener unos ingresos de 7.000 millones de euros, según la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin).
Falta ahora que los compromisos adquiridos por el sector con las distintas Administraciones para modernizar la tecnología médica “se concreten en realidades en los planes y presupuestos de inversión en equipamiento tecnológico sanitario y en su actualización y mantenimiento adecuado”, como subraya la presidenta de Fenin, María Luz López-Carrasco, en la primera
Memoria Anual de Sostenibilidad de Fenin. Siete de cada diez euros facturados por este sector, que engloba a 15 subsectores de actividad formados por empresas de fabricantes, importadoras y distribuidoras de tecnologías y productos sanitarios, corresponde a la sanidad pública. Una razón más que suficiente para mirar con lupa los presupuestos autonómicos de este año después de que la partida de inversión haya sido la más castigada durante los años de la crisis, al reducirse en más de un 50 por ciento.
De los 4.123 millones de euros invertidos en 2009 en la construcción de centros hospitalarios o en la dotación de los mismos y la modernización del equipamiento de los hospitales, en 2014 se bajó a poco más de 2.000 millones, una caída de 2.114 millones que poco a poco se está recuperando.
El impacto del ajuste del gasto público en los ingresos de las empresas ha sido profundo. Desde 2010, su mercado se ha reducido en un 16 por ciento, lo que también ha supuesto una pérdida de empleo del 7 por ciento en un sector que genera 23.000 puestos de trabajo.
Parece el momento ahora de revertir esta situación y recuperar el terreno perdido. Los presupuestos autonómicos en sanidad de 2016 recogen un incremento del 3,8 por ciento, que se suma al crecimiento del 1,8 por ciento registrado el año anterior. El capítulo VI, que incluye las inversiones en equipamiento e infraestructura en hospitales, ya aumentó el 14 por ciento de media respecto a 2014, si bien el gasto retrocedió en Asturias, Baleares, Cataluña y Murcia.
Los sectores de tecnología sanitaria más beneficiados el año pasado han sido Implantes de Ortopedia y Traumatología, con incrementos del 5 por ciento, y Cardiología, Efecto y accesorios -material de cura y apósitos-,
Tecnología y Sistemas de Información Clínica y Productos de Un Solo Uso, con alzas del 3 por ciento. En terreno negativo se situaron Nefrología (-1,8 por ciento), Oftalmología (-0,9 por ciento) y Terapias Respiratorias Domiciliarias (-5,5 por ciento), Diagnóstico in vitro (-2 por ciento) y Dental (-2 por ciento).
Una de las válvulas que ha permitido al sector crecer durante los últimos años ha sido el mercado exterior. Las ventas en el extranjero alcanzaron los 2.355 millones de euros, un 6 por ciento más que en 2014, en línea con la tendencia apuntada en los últimos cinco años. El 74 por ciento de las exportaciones se ha dirigido a cinco países europeos: Alemania, Portugal, Bélgica, Francia e Italia. Además de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón son los más importantes en volumen, mientras que China, México, Brasil o Rusia los que más crecen, según los datos de Fenin. Aunque se ha reducido desde 2011, la balanza comercial de tecnología sanitaria sigue siendo deficitaria en más de 2.838 millones de euros.
Otro de los logros obtenidos por el sector es reducir tanto los plazos medios de pago como las facturas pendientes de cobro por parte de las administraciones. La cifra global de facturas pendientes de pago de las comunidades autónomas se situó así en su nivel más bajo en los últimos cuatro años, gracias a las facilidades puestas en marcha por el Gobierno. A 31 de diciembre de 2015, el importe de las facturas pendientes de cobro era de 1.085 millones de euros, un 79 por ciento menos que en 2011, con plazos medios de pago de 148 días.